Schoklender, INADI… La corrupción K no discrimina

El gobierno nacional no logra cerrar el escándalo de Schoklender, que se extiende como una oscura mancha de aceite, cuando salta también a la luz pública el caso del INADI. Si con lo de la Fundación Madres el kircherismo ha ensuciado la bandera de los derechos humanos, una lucha histórica del pueblo argentino de la cual ellos hicieron uso y abuso político, lo del INADI afecta otro logro democrático que también intentaron usurpar: la ley de matrimonio igualitario. Lo que va quedando cada día más claro es que la corrupción oficial no discrimina: los K pudren todo aquello que tocan.

 

 Pablo Vasco, equipo de contenidos del Movimiento Proyecto Sur

Sólo algún enemigo jurado de los derechos humanos podía imaginarse a la Policía Federal allanando la sede de las Madres de Plaza de Mayo. Sin embargo, semejante escándalo lo logró el gobierno kirchnerista. Con su línea de utilización política y cooptación económica sin control, a través de Sergio Schoklender el kirchne-rismo gobernante financió negocios corruptos jugando, además, con otra necesidad social: la construcción de viviendas. Vergonzoso por donde se lo mire.
La novedad resultó ser que, en medio de ese gravísimo escándalo de corrupción política, días atrás le saltó otro: el del organismo nacional de lucha contra la discriminación.

El INADI bajo los K

El Instituto Nacional de Lucha contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo se supone, se debería dedicar íntegramente a la función que su nombre indica. En los últimos años, además, bajo el gobierno de los Kirchner, el crecimiento de su estructura en presupuesto y personal ha sido realmente meteórico:
A pesar de tan llamativo desarrollo, más allá de alguna que otra acción aislada lo cierto es que el INADI no ha cumplido la tarea para la cual fue creado.
Veamos un ejemplo conocido: el de la represión policial a la comunidad qom de Colonia La Primavera, en Formosa, hecho que terminó con tres muertos. El líder de esa comunidad es Félix Díaz, nada menos que el delegado del INADI en dicha provincia. Pero como el gobernador que envió la represión policial es el kirchnerista Gildo Insfrán, el gobierno nacional no movió un dedo para lograr justicia por esos crímenes ni tampoco para restituir las tierras usurpadas a los tobas. Funcionales a esa política de ninguneo, si Claudio Morgado no resolvió nada… María Rachid directamente lo echó a Díaz de su cargo como delegado del INADI.

Un botín de cargos y dinero

Hace dos semanas, el presidente y su vice se trenzaron fuerte y con escándalo. Morgado acusa a Rachid de usurpación, amenazas, privación ilegítima de la libertad y sustracción de documentación, así como de autoritarismo, maltrato al personal y nombrar familiares. Por su parte, Rachid acusa a Morgado de hacerse pagar el celular de la esposa, nombrar ñoquis para «hacer caja» personal y malversar fondos públicos. Hubo gritos y empujones. Uno y otra terminaron llamando a la policía.
Pero lo cierto es que Morgado entró al INADI en diciembre de 2009. Y Rachid, cara visible de la pelea por el matrimonio igualitario, cooptada por los K, entró en diciembre de 2010. O sea que ese «matrimonio» ahora separado duró al menos seis meses, durante los cuales ninguno dijo ni mu. Según parece, Morgado ya tendría un lugar reservado en el Consejo de la Televisión Digital Argentina, que depende del ministro De Vido. Y Rachid, cuarta candidata a legisladora en la lista de Filmus, habría reclamado que le crearan una Secretaría de Igualdad en algún ministerio a cambio de no seguir sacando trapos sucios al sol…
Esta es una típica pelea por cargos y fondos estatales, de gente que chantajea, busca reciclarse en el poder y antepone sus intereses políticos e individuales por sobre la función pública para la que fueron nombrados. Terminaron los dos echados, con los K tratando de sosegar a Rachid. Es más: trabajadores de ATE del Ministerio de Justicia, del que depende el INADI, denunciaron que bajo el engaño de «contratos de capacitación» los llevaban a actos políticos del Frente para la Victoria. Otra vergüenza, por la cual ya Filmus hasta tuvo que suspender dos actos de campaña que tenía previstos con la comunidad LGBT.

Investigar a fondo y no votar a Filmus

Al igual que el caso Schoklender, el escándalo del INADI ya está en manos de la Justicia. Habrá que ver si se investiga, enjuicia y castiga a los culpables o, una vez más, la corporación judicial termina asegurándole impunidad a la corporación política.
Pero más allá de lo que hagan los jueces, vos sí podés hacer algo bien concreto: no votarlo a Filmus, que no se cansa de decir que quiere traer a la Ciudad de Buenos Aires el modelo del kirchnerismo… que incluye estas mañas de cooptación económica, clientelismo político y negocios sucios. Si querés terminar con la corrupción gubernamental y recuperar la ética pública, el 10 de julio votá a Pino Solanas y a la lista 607 de Proyecto Sur.