El FIT después de Atlanta Las peleas siguen, el sectarismo también

Parece mentira, pero es verdad. Parece increíble, pero es real. Tan solo un par de días después del acto de Atlanta, las dos fuerzas que conducen el FIT (PTS-PO) ya se estaban peleando nuevamente. 

Las acusaciones arrancaron esta vez por parte de PO, que denostó el discurso central de Del Caño y además acusó al PTS de no cumplir los acuerdos pactados.
El motivo final de esta nueva disputa, los coloca al borde del ridículo. PO cuestiona al PTS por haber tirado pirotecnia en el acto, cuando había un acta acordada de no hacerlo. Cuestión que muestra dos cosas insólitas; primero que haya necesidad de pactar no usar pirotecnia y segundo que el PTS no cumpla lo pactado. Una y otra cosa son incalificables.
La resultante de sus desacuerdos es que PO anuncia que así no habrá más acciones conjuntas en el FIT, cuando afirma Solano en su artículo que: “Los acuerdos se hacen para cumplirse. Advertimos que quien los viola, lo hace considerando que no habrá nuevas acciones comunes”. Aunque PO había dicho que el acto de Atlanta era para “poner fin a un inmovilismo inadmisible” (Nota de Ramal) ahora su balance de Atlanta es que se vuelve a las actividades separadas y a políticas distintas. La apariencia de que sí hay un frente unido, duró lo que un partido de fútbol. El balance que PO hace del PTS muestra su incomodidad notoria por haber perdido la dirección política del frente. Mientras el PTS hace gala de su infantilismo enrostrándole durante semanas el “cierra Nicolás de Caño” como su eje de convocatoria. El debate pirotécnico, solo es una muestra final que en el FIT nada ha cambiado después de Atlanta. Como perros y gatos, diría una vieja frase popular.

El verdadero debate, ausente

Sin embargo, hay otro debate que convendría hacer a fondo, pero nadie en el FIT los hace, es sobre la unidad de la izquierda. Del Caño habló en su discurso a la pasada, de ampliar el FIT. PO lo critica y explica por qué eso no sería correcto. A su vez Del Caño solo hizo ese planteo en general, para la tribuna, sin decir nada que lo comprometa de verdad. Porque no hay ningún planteo serio al respecto. Muy lejos de debatir un verdadero llamado a la unidad de toda la izquierda, el eje del acto de Atlanta fue la disputa entre ellos para ver quien llevaba más gente, quien recibía más aplausos. La pirotecnia fue parte de esa disputa por hacerse notar.
Todo esto por supuesto que es lamentable. Ya que el FIT tiene la principal responsabilidad en intentar unir más a la izquierda, y no la asume. En Atlanta, una vez más tiró la pelota afuera. Los miles de militantes, simpatizantes o votantes de izquierda que no son del FIT, verían positivo un llamado de verdad a ampliar la unidad, y sus propios votantes también. Pero esto no sucedió. Como tampoco el acto se aprovechó para convocar a una gran unidad y encuentro de todo el sindicalismo clasista, que frente al ajuste de Macri y las patronales con la complicidad de la burocracia sindical, debiera ser la principal tarea de la izquierda política y sindical. En este tema, de nuevo el FIT hizo silencio.

Nuestro frente, nuestra propuesta

De nuestra parte, acabamos de conformar un nuevo frente de izquierda y socialista entre el MST y el Nuevo MAS. Es un gran paso, que viene a fortalecer la pelea por lograr unir a la izquierda socialista y anticapitalista de nuestro país, por eso como planteamos en una nuestra declaración política, es un frente abierto a dialogar e incorporar más sectores. Y lo hicimos bajo un programa de izquierda, socialista y de independencia de clase, invitando a quienes lo compartan a sumarse. Además, volvimos a plantearle al FIT que estamos dispuestos a discutir la conformación de un gran frente de toda la izquierda. Tanto el MST como el MAS, por separado y en reiteradas ocasiones le hicimos esta propuesta. Ahora se la hacemos desde nuestro frente común, asumiendo nuestra parte de responsabilidad en intentar ampliar la unidad, tema que debería ser responsabilidad de todos.
Solo hay dos posibilidades; O el FIT asume esta realidad y se abre a discutir una verdadera unidad, o seguirá negándola envuelto en sus disputas internas e interminables. Es su decisión. La nuestra es haber dado hoy un paso unitario conformando un nuevo frente. Ahora comenzando a recorrer todo el país para hacerlo grande y ponerlo a disposición de apoyar e impulsar las luchas obreras, populares, de las mujeres y la juventud. En ese camino, si algún día el FIT reflexiona seriamente, nos encontrará abiertos a encontrar las formas de unir ambos frentes.

Sergio García