20 años de impunidad: No nos olvidamos de Cabezas

 

Veinte años no es nada, cantaba Gardel en Volver… Pero en este caso veinte años fueron y son impunidad y una muestra más de que la justicia en nuestro país es sólo para proteger a los de arriba.

Transcurría el 25 de enero de 1997 y una escalofriante noticia sorprendía a la sociedad argentina, un auto quemado con un cuerpo calcinado había sido encontrado en una cava en Madariaga.

El cadáver adentro del vehículo era el de José Luis Cabezas, reportero gráfico de la revista Noticias, asesinado por una imagen obtenida un año antes en la playas de Pinamar.

Cubriendo la temporada pinamarense durante enero de 1996 Cabezas le había puesto rostro a una de  los personajes denunciado por corrupción durante el gobierno de Carlos Menem. Con su lente y pasión por su profesión José Luis fue el primero en tener la foto de Alfredo Yabrán.

La impunidad de los amigos del poder

A la generación que nació con tablets, computadoras y celulares inteligentes, seguro le cueste un poco más imaginar como una foto puede costar la vida. Pero en la Argentina de fines de los ’90 las selfies y fotos casuales no eran cotidianas. Y los mafiosos y poderosos del país eso lo sabían.

Yabrán había sido acusado el 25 de agosto de 1995, por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, de ser «jefe de una mafia enquistada en el poder». Hasta el vocero directo del imperialismo en nuestro país se vio forzado a acusar a Yabrán de ser el dueño de Ocasa, Andreani, Oca, Edcadassa, Interbaires, Intercargo, Saprán Techno, Sarán SA y Hy Med, entre otras.

Y si bien su nombre era público y las causas de corrupción lo empezaban a rodear, una de las cosas que más orgullo le daban a Yabrán era que su cara no se conociera.

Situación que cambia el 3 de marzo de 1996 cuando la tapa de la revista Noticias ilustra una nota sobre los negociados de Yabrán con una foto de él y su mujer en las playas de Pinamar. Esa imagen había sido obtenida por Cabezas el 16 de febrero de 1996 y sería el ejercicio de su profesión el que le costaría la vida.

Un costo muy caro pagó Cabezas, su asesinato fue por desenmascarar al poder. Por ponerle cara a las mafias que operaban en el país. Y fue un ataque a la libertad de información. Por primera vez en democracia se atentaba contra un reportero gráfico por informar.

Pero las mafias no actúan solas. La investigación judicial luego demostró que la policía fue responsable de liberar la zona para que el grupo comandado por Gustavo Prellezo pueda llevar a cabo el secuestro y asesinato de José Luis.

Y fue el mismo menemismo el que demostró la protección que le daban al empresario cuando Jorge Rodríguez, jefe de Gabinete de Menem, recibió en la Casa Rosada a Yabrán. Que de manera cínica y sin un gesto de temor acudió a esa reunión con la foto de Cabezas en la mano.

Un crimen que movilizó al país

 La imagen del reportero gráfico impresa en un papel con una leyenda que sería sentida y tomada como propia durante muchos años por la sociedad argentina, recorrieron el mundo: “No se olviden de Cabezas”.
Esa presión social, las masivas movilizaciones nacionales y un profundo sentimiento porque el caso no quede impune, fueron los hechos que lograron que en cinco años la justicia diera un dictamen sobre el asesinato de Cabezas. Aunque hay algo que nunca quedó claro, quienes fueron todos los responsables a la sombra del crimen.

Sin embargo a veinte años, los ejecutores materiales, los mercenarios a sueldo, están todos en libertad.  Una muestra más de que en esta democracia para ricos, la justicia es sólo para unos pocos. Como declaró María Cristina Robledo, esposa de Cabezas, «La familia lo recuerda todos los días, por eso hoy es una especie de acompañamiento de la sociedad en el recuerdo, pero es un día muy triste para el país en general porque da cuenta de que los jueces son muy pobres en sus dictámenes ya que todos los asesinos están en libertad.”

En este sistema corrupto donde la justicia es cómplice, la policía bonaerense represora y la casta de políticos tradicionales encubridores, hace falta desmantelar todo.

Basta de impunidad

Para llegar a fondo con la verdad del asesinato de Cabezas, de la masacre de Once, de la tragedia inducida de Cromagnon, de la AMIA, del caso Nissman  y de otras tantas causas que involucran a todos los poderes de nuestro país, lo que hace falta es un cambio de fondo.

Comenzando por garantizar una investigación independiente para que no sea el lobo el fiscal del rebaño de ovejas.

Es necesaria una inmediata transformación en el sistema judicial. Es necesario que los jueces y fiscales sean electos por voto popular y que sus cargos sean revocables, para garantizar de esta forma una verdadera independencia del poder. También son necesarios los juicios por jurado, para que haya un verdadero “control social” de la justicia.

Junto a esto es necesario depurar todas las cúpulas policiales y elegir a los comisarios por voto popular y no que sean designados a dedo por políticos amigos de turno, como parte de la democratización de la policía.

De esta forma creemos desde el MST en Izquierda al Frente que se llegaría al fondo de la verdad en el asesinato de José Luis Cabezas y sus asesinos no gozarían de la impunidad que este sistema para ricos y mafiosos le brinda.

Porque no nos olvidamos de Cabezas, porque no perdonamos. Porque el periodismo debe ejercerse libremente y sin ningún tipo de censura. Hoy como hace veinte años seguimos exigiendo Justicia por Cabezas.

La foto de Yabrán en Pinamar que le costó la vida a Cabezas