A 9 años… Lázaro Duarte, ¡presente!

El 20 de febrero se cumplieron 9 años de la muerte de Lázaro Duarte. Este hecho fue un golpe durísimo para la regional Oeste del MST Nueva Izquierda, y para el partido en su conjunto. Además de continuar el reclamo de justicia, homenajear a Lázaro como ejemplo de militancia y moral, es la forma que hemos encontrado para sobrellevar su enorme pérdida. En estas líneas intentaremos que el conjunto de la militancia, allegados y amigos del MST recuerden quien fue Lázaro y lo sigan llevando como bandera.

Lázaro asesinado por la mafia del MPN Neuquino

Los partidos tradicionales y su “vocación de poder” están permanentemente rodeados de las mafias y lúmpenes que a sueldo defienden el sistema imperante. Ese es su grado de «militancia». El MPN, histórico partido de gobierno de la provincia de Neuquén no es una excepción. No solo la represión y el ajuste son la moneda corriente de sus gobiernos, también es la entrega descarada de recursos como fue la aprobación de la Ley Chevron. Para sostener esta entrega y este ajuste, además de las fuerzas armadas que mataron a Fuentealba, necesita una organización de mercenarios que reprima e intimide a los trabajadores y el pueblo.

Lázaro había llegado a Neuquén el 15 de enero del 2009. Viajó a esa provincia para ayudar a la militancia local a lograr la difícil personería política del MST. Durante la noche del 19, una patota ligada al MPN ataca nuestro local de la ciudad, hiriendo a uno de nuestros compañeros. Lázaro sale a la defensa de este, haciendo retroceder a varios de los atacantes, por lo que recibió la saña de estos: recibió 9 puñaladas. Una de ellas hirió su corazón, que siguió latiendo durante un mes. Su corazón era como él, un luchador incansable. El 20 de febrero de 2009 la pelea llegó a su fin. Y comenzaba otra pelea para todxs lxs que lo sobrevivimos.

Lázaro, ejemplo de militancia

Pero… ¿Quién era Lázaro Duarte? El era un laburante misionero. Todavía se notaba en su hablar esa tonada típica de la Mesopotamia. Hacia ya muchos años que vivía en Morón, en el oeste del gran Bs As. Allí formó su familia, con un hijo y una hija. Fue simpatizante peronista. El era de la época de la “Resistencia”, se movilizo a Ezeiza en la vuelta de Perón, pero siempre se referenció con la izquierda de ese sector.

Siempre fue un rebelde y un protestón, pero de los que no se quedan en las palabras. A principios de los años ´80, conoce a través de su hijo Luis, al viejo MAS. En ese momento comenzó su militancia en la izquierda, para no abandonarla nunca más.

Por esa época era trabajador de la carne. Siendo ya grande, conformo una lista opositora contra la burocracia, la cual por muy pocos votos no gana las elecciones en el frigorífico. Con los años se jubila, pero su actividad no decae, ya siendo parte del MST. Todxs lxs que lo conocieron saben que era una persona súper activa. Era el que se trepaba a los postes para colgar las banderas y lograr la mejor visibilidad. Era el que estaba presente en cada actividad que la regional realizaba, sea marcha, pintada, pegatina, o agitación callejera con volantes. Su jovialidad lo llevo a varias provincias a colaborar con campañas de afiliaciones y electorales. Conoció a muchxs compañerxs en Tucumán, Córdoba, Mendoza Neuquén, Río Negro y era un ejemplo para todxs lxs jóvenes que comenzaban la militancia. Siempre dispuesto, militaba a la par de compas que tenían 50 o 60 años menos. Si bien fue parte de las luchas de los jubilados en los 90’ contra el ajuste de Menem y Cavallo, a Lázaro le gustaba militar junto a las nuevas camadas de compañerxs. En ellas encontraba vitalidad, lo que le permitía mantener sus energías intactas. A la vez transmitía disciplina, orgullo y alegría a esxs jóvenes que veían como una persona mayor no esquivaba ninguna tarea que se le planteaba por delante. Esta militancia dejo infinidad de anécdotas que no se pueden olvidar, y que merecen una recopilación mas acabada. Es una tarea pendiente que debemos encarar.

Lázaro, ejemplo de moral revolucionaria

Más allá de muchos elementos que hacen a cómo se forma y de donde surge la moral y la tradición partidarias, Nahuel Moreno condensaba estos elementos en algunas líneas simples, y a la vez, muy profundas. En su folleto “Moral y actividad revolucionaria” escribía: “El principio es que nada hay superior como individuo que un camarada del partido. Es el principio superior de nuestra moral en este terreno de las relaciones personales dentro del partido. Por lo tanto le debemos franqueza, la sinceridad más absoluta salvo por razones de seguridad del propio partido. Pero mucho más que ello, el camarada del partido merece todos los cuidados y consideraciones. No hay ni puede haber sacrificio en favor del camarada que no hagamos.”(…) “Por el compañero del partido se arriesga la vida, se hace cualquier sacrificio. El principio moral es que la vida, la moral, la conciencia y el propio cuerpo físico del camarada del partido valen mucho más que uno.»

Lázaro, sin ningún discurso, ni escrito sobre este tema; y quizás sin haber leído nunca esta cita, era un ejemplo vivo de esta moral. Su disposición a la solidaridad siempre fue una constante. Y su pertenencia al partido la solidificó. El y su rastrojero estaban siempre dispuestos para mudar a cualquier compañerx. Estaba presto para ayudar en todos esos problemas concretos que siempre surgen. Su taller y sus herramientas siempre arreglaban algo “fundamental” para la vida de un compañerx. Las palabras no abundaban en Lázaro. Pero rebosaba en acciones y actitudes que hacen a la moral militante. Lázaro estaba hecho de la piedra en que se tallan los revolucionarios. Era concreto, directo y activo. Como es la clase obrera. Y como debe ser el partido que la dirija.

Lázaro Duarte… hasta el socialismo siempre!

“Hay revolucionarios sabios y otros ignorantes, los hay inteligentes y los hay mediocres. Pero no es revolucionario el que no esta dispuesto a destruir obstáculos, el que carece de abnegación y espíritu de sacrificio” (León Trotsky, 1929).

Para destruir el principal obstáculo que tienen los trabajadores, que es el sistema capitalista, los revolucionarios debemos seguir el ejemplo de militancia y moral que era Lázaro. En la historia de nuestra corriente política, encontramos a miles de compañeros que han continuado esta tradición. Las distintas generaciones han aprendido de estos ejemplos. Y lo seguirán haciendo. Es una tarea fundamental para la formación de este partido revolucionario, continuar esa tradición y esa moral. Nahuel Moreno decía que lo que une a las distintas etapas del partido, los distintos programas que formulo, las distintas estrategias que se fue dando en casi 8 décadas de existencia, es la moral y la tradición. Muchas de estas etapas, tácticas, programas y políticas pueden haber estado erradas, y otras fueron enormemente certeras. Pero el argamasa que unifica toda esa experiencia, son nuestra moral y nuestra tradición.

Resignificar la caída de un compañero es una tarea fundamental. Encontrar las virtudes y errores y continuar el legado es una tarea en si misma. Luis, su hijo, es un ejemplo de esto. Lograr resignificar su asesinato, sabiendo de la impunidad con la que cuentan sus sicarios avalados por los gobiernos y la justicia, es clave para continuar la militancia. A veces lo comenta de una forma muy dura, pero real: Lázaro murió a los 81 años luchando, Lázaro murió como vivió. Quizás si se lo hubieran preguntado de antemano, hubiera elegido esa misma forma.

La historia del partido y su lucha contra las dictaduras y gobiernos nos han dejado una larga lista de héroes y mártires de la revolución. Son, entre otros, los compañeros de la Masacre de Pacheco, César Robles, lxs camaradas de La Plata como el Laucha o Adrianita. Creemos que Lázaro se gano un espacio al lado de ellos. Un lugar al lado de los que dejaron la vida luchando contra el capitalismo, construyendo el socialismo y su partido revolucionario.

Regional Oeste del MST- Nueva Izquierda»