Corrientes: Unidad Popular con Cambiemos

El 4 de junio se vota intendente y concejales en la ciudad de Corrientes. En una muestra más del desbarranque de la centroizquierda argentina, Unidad Popular, la agrupación liderada nacionalmente por Claudio Lozano, se adhirió y luego retiró de una de las listas de la PASO del frente ECO-Cambiemos.

El actual intendente Fabián Ríos va por su reelección a la cabeza de un acuerdo del PJ y el Massismo. El frente Eco-Cambiemos, por su parte, cuenta con el apoyo del gobernador radical Ricardo Colombi, recientemente implicado en un caso de narcotráfico que vio detenidos al intendente y viceintendente de la ciudad de Itatí. Cuenta también, por supuesto, con el apoyo del presidente Macri y está integrado por 23 partidos, incluyendo el PRO, la UCR, la CC-ARI y el PS de Hermes Binner, repartidos en 10 colectoras que llevan todas al radical Eduardo Tassano como candidato a intendente.

Unidad Popular se asienta en un discurso progresista y sus principales figuras vienen denunciando el ajuste y la política represiva del gobierno de Macri desde que asumió. Lozano recientemente afirmó que “estamos ante el gobierno de Al Capone.” Por eso parece por lo menos contradictorio que integren un frente junto al PRO y auspiciado por el propio Macri. De hecho, el repudio generalizado que se expresó desde la militancia de UP en todo el país llevó a que la dirección nacional del partido intimara a su agrupación correntina a retirarse de dicha alianza, en un comunicado publicado la noche del 15 de abril. Al día siguiente el referente correntino de UP anunció que retirarían su adhesión a la boleta de ECO-Cambiemos para intendente.

Lo inquietante es que el comunicado de UP nacional no cuestionaba la alianza en sí, no cuestionaba el frente con la UCR, ni que el PRO integrara el mismo en otra colectora. Solo cuestionaba que en la boleta a intendente figurara el logo de Cambiemos. Claro que los radicales no iban a resignar el logo dela coalición con la que cogobiernan el país para retener la adhesión de un socio menor.

No menos contradictorio es el hecho que el propio Lozano está en estos momentos negociando su propio frente en la Ciudad de Buenos Aires, pero con el PJ y el Kirchnerismo, a quienes les dedicó durante años las más duras acusaciones de gobernar a favor de las riquezas de pocos a cuestas del pueblo.

Estos acercamientos a fuerzas políticas patronales son particularmente preocupantes dada la ubicación de UP en la dirección de ATE. Es inaceptable que una fuerza que debiera representar los intereses de los trabajadores del estado se una a los responsables directos del ajuste y la represión que han padecido y padecen los trabajadores argentinos.

Estos “papelones” son un destino natural de la centroizquierda, cuya contradicción de fondo reside entre su discurso progresista y su aferramiento al sistema capitalista y su régimen político. En tiempos de crisis se vuelve difícil sostener a ambos. Ocasiones como estas revelan de qué se desprende más fácilmente la centroizquierda. Por eso el rol que siempre juega es el de agrupar sectores de trabajadores desilusionados con la política tradicional, para eventualmente llevarlos engañados de vuelta a la política tradicional. Así fue con el Frepaso de los 90 que terminó en la Alianza de la Rúa, con el ARI de Carrió en sus inicios que terminó socio y gobernando con Macri; así es con Lozano y Unidad Popular hoy, que con tal de buscar votos y cargos, no se empachan en cerrar ni con el PJ y el kirchnerismo, ni les sería imposible hacerlo con el propio macrismo.

No hay que olvidar estas traiciones de la centroizquierda a su propia base y su propio discurso, y reiterar que para romper definitivamente con los ajustadores de siempre no sirven las medias tintas ni los atajos. Es necesaria una fuerte alternativa de izquierda, amplia, pero anticapitalista y enemiga declarada e irreconciliable de todo partido del régimen.

Federico Moreno