Paro y movilización masiva en Chile
La rebelión golpea a Piñera
El 24 y 25 de agosto los estudiantes chilenos, junto a la CUT, realizaron un fuerte paro nacional y una multitudinaria movilización. El gobierno respondió con represión, pero fue golpeado por la fuerza de la medida y tuvo que llamar al diálogo. El conflicto entró en un nuevo momento, donde la solidaridad internacional es clave.
48 horas de acción popular masiva
Unos días antes, el gobierno insistía en que no había razones para convocar una medida tan importante.
Parece que los trabajadores y estudiantes de Chile tenían motivos para hacerlo.
Y así lo demostraron. Arrancando con cacerolazos y finalizando con una multitudinaria movilización en Santiago y varias regiones del país.
Fin del lucro en la educación, estatización de los liceos públicos y fin de la municipalización, entre otros, eran los reclamos centrales de la protesta. Los trabajadores añadieron demandas laborales postergadas.
La desesperada campaña del gobierno, buscando demostrar que el paro no había afectado, era la constatación de la gran importancia que había tenido.
El poder comenzó a preocuparse ante la posibilidad de que los trabajadores terminen confluyendo con los estudiantes en una lucha unificada, y las cosas se terminen saliendo completamente de control. Para evitarlo, insiste con el accionar de los Carabineros, que reprimen brutalmente, asesinando a Manuel Gutiérrez, de 16 años.
Pero la movilización no se detiene y se enfrenta a la represión durante varias horas.
El plan del gobierno está fracasando.
Piñera siente el golpe y cambia para no perder
Después de semanas negándose a escuchar y respondiendo duramente a los pedidos estudiantiles, Piñera acusa el golpe de la movilización y tiene que cambiar sus planes.
Desautorizando al ministro Bulnes, el presidente llamó a una reunión de diálogo con los estudiantes, aparentemente para el sábado. Y como el repudio por la muerte del estudiante genera un malestar importante el suboficial que disparó va a prisión y se discuten pases a retiro en la cúpula de Carabineros.
Junto con eso, se anuncian proyectos de ley para facilitar el financiamiento de las matrículas.
Ha sido un golpe bastante grande, que afecta aún más a un presidente con la popularidad más baja desde su asunción.
A más de tres meses, el conflicto estudiantil parece entrar en un nuevo momento.
La apertura de las negociaciones será un nuevo desafío para la acción estudiantil, ya que estará en terreno enemigo, con un gobierno jugado a recuperar en la mesa lo que perdió en la calle.
Reforzar la solidaridad internacional
La justeza del reclamo estudiantil y popular es indiscutible.
Pero quienes lucran con la educación en Chile no van a abandonar este jugoso negocio. Empresarios y gobierno estarán juntos frente a los estudiantes y la comunidad.
Esta realidad hace indispensables todas las acciones de apoyo internacional que podamos llevar adelante.
Hay que sostener una fuerte campaña de solidaridad, en todas las facultades y colegios del país. Tenemos que juntar miles y miles de firmas, pronunciamientos y declaraciones para hacerlas llegar a Chile; hay que hacer charlas y debates para concientizar y sumar más jóvenes a esta campaña.
Si se confirma la convocatoria de una movilización nacional de los estudiantes en Chile, ese día tenemos que marchar en todo el país. El MST en Proyecto Sur ha enviado a dos dirigentes para contactarse con los estudiantes, llevar la solidaridad y participar directamente del proceso.
Tras la cordillera se está gestando un cambio trascendente. Tenemos que poner todo para que ganen los estudiantes y el hermano pueblo de Chile.