Hablan las enfermeras,

Andrea Ramírez, del Hospital Ramos Mejía

Los enfermeros nos encontramos unidos por la lucha contra la reforma del sistema de organización de los recursos humanos en los hospitales públicos: el Decreto 260. Fue decidido y sancionado silenciosamente antes de que pudiéramos enterarnos. Ese modelo de administración a implementar remplaza la antigua estructura de departamento, división y sección por una “subgerencia operativa” de Enfermería, sin otro cargo jerárquico a nivel hospitalario, y dirigida por la Subdirección medica quien tendrá además el poder de definir los perfiles profesionales.

Si las gerencias son propias del modelo empresarial, ¿será que pretenden tercerizar a la Enfermería, a los técnicos y administrativos, como ya lo hicieron con los servicios de cocina, mantenimiento y limpieza? ¿Qué empresa nos comprará? ¿Quién nos controlará, un contador, un abogado, o peor aun, compañeros que se presten al negocio y explotación de sus pares?

¿Por qué nos dividen y sectorizan a los profesionales? ¿Acaso no somos todos parte de los equipos de salud? ¿Dónde quedó la interdisciplina y la transdisciplina? Los enfermeros también estamos preparados para planificar, organizar, dirigir, coordinar, controlar, decidir, comunicar e influir en los procesos de gestión de la institución, además de realizar las tareas de asistencia, docencia e investigación.

Si no quieren enfermeros que piensen, ¿qué calidad de atención pretenden que reciban los pacientes de los hospitales públicos? Toda la vida la Enfermería se esforzó para que su profesión creciera y luchó por capacitarse para lograr brindar cuidados de salud e intervenir adecuadamente, pero este Decreto nos desjerarquiza, retrotrae y subordina al modelo médico-hegemónico. Pero las cosas pasan por algo y era hora de empezar a unirnos, aprender a luchar por nosotros, por los compañeros, por los pacientes y cambiar la historia.

Stella Maris Ertola, del Hospital Gutiérrez (secretaria general Junta Interna de ATE)

Evidentemente es un decreto empresarial, de venta, “modernización” y gerencial, que apunta a destruir a los trabajadores y a la salud pública y gratuita. Este Decreto260 es la continuidad de la Ley 471, que poco a poco se va cumpliendo. Dicho decreto conlleva una precarización laboral en su totalidad de los trabajadores de la salud y tiende a desjerarquizar a la Enfermería como profesión.

Estos son pasos claros hacia la destrucción del sistema público y gratuito de salud. Desde ya, nuestro total rechazo a dicho decreto. Abordemos este tema con la unidad de todos los trabajadores de la salud pública y en defensa de la misma.

Irma Andrada, del Hospital Álvarez

Viendo la película de Michael Moore, me dio a pensar en una característica muy nacional que es difícil de explicar: vivir copiando y lograr tener lo peor de cada modelo imitado. El tema del film es, entre otras cosas, la salud pública y la manera en que otros diametralmente opuestos enfocan el delicado tema que es que la búsqueda del alivio del dolor físico y psíquico que las enfermedades causan al ser humano. Lo grave es que un grupo de seres humanos decide desde el privilegio del poder político o económico cuáles serán las reglas y modos de aplicación de los recursos disponibles para atacar a enemigos tan mortales y comunes a todos.

Según los sistemas, se prioriza el negocio que crea la desesperación por aliviar el dolor o se generan redes burocráticas que, con el justificativo de su carácter gratuito, sepultan al enfermo y a sus familiares de un mar de formularios, esperas y postergaciones. ¿Y la sensatez? ¡Muy enferma! ¡Enfermiza! Como lo estamos los trabajadores de la Enfermería, que constituimos una fuerza indispensable en todos los servicios de salud y hospitales, como integrantes fundamentales de los equipos interdisciplinarios.

Trabajamos en prevención y promoción de la salud, en situaciones de catástrofes y emergencias. Socialmente se nos define y contempla casi exclusivamente como una actividad humanística, pero no se nos identifica como lo que realmente somos: trabajadores de una profesión cualificada.

El jefe de gobierno no se limita al desconocimiento, sino que a través del Decreto 260/12, el Ministerio de Modernización impone un modelo de organización del sistema público de salud basado en el “gerenciamiento”. El Decreto impondrá nuevos funcionarios en cada hospital para flexibilizar y explotar aún más a los trabajadores y seguir deteriorando la calidad de atención en nombre de la cantidad y la “optimización” del escaso presupuesto que destinan a la salud pública. Han tomado lo peor de la burocracia estatista y la impiedad del peor capitalismo salvaje.

Los esclavistas siempre fracasan, porque llenan de sangre y violencia a sus países y el maltrato al que someten a sus vasallos es tal, que hambreados, golpeados, ultrajados y ninguneados se rebelan a lo Espartaco y dejan al perverso amo sin mano de obra.

Pero la salud no es capitalista: es un derecho fundamental de toda sociedad. Por eso aseguramos que por su salud y la nuestra no pararemos hasta derogar este Decreto perverso.

Máxima Parravera, del Hospital Tornú (delegada general Junta Interna de ATE)

Desde el 2 de marzo estamos como Junta Interna de ATE en el Tornú, aunque el director todavía no nos reconoce como sindicato. Juntos venimos luchando por nuestro hospital, que antes disponía de 400 camas habilitadas y ahora solamente hay 180 porque varios servicios están funcionando con un solo enfermero/a.

Por eso cuando nos organizamos y movilizamos en contra del Decreto 260, el Sutecba persigue a nuestros compañeros cambiándolos de servicio cada tres horas para cansarlos y que renuncien a ATE. Pero juntos pudimos parar la Disposición 40 que impedía las asambleas y ahora seguimos contra el gerencia-miento del Decreto 260, siempre defendiendo la salud pública.