Después del triunfo de Chávez: Venezuela, Argentina y algunos debates
A quienes llegamos desde otros países a ser testigos de la vibrante contienda electoral del domingo pasado, nos tocó tras el triunfo de Chávez presenciar una Caracas movilizada y empapada en sudor y alegría por el pueblo bolivariano, que llegó de a miles hasta el Palacio de Miraflores y el balcón del pueblo, a festejar su nuevo triunfo. Una masa humana de trabajadores, sectores populares y sobre todo de jóvenes, nos fue llevando hasta el palacio presidencial. Una marea efervescente que se llama así misma socialista cantaba victoriosa, entre ellos nuestros queridos compañeros de Marea Socialista.
Es que el anuncio de los resultados llegó para terminar con tanta incertidumbre que a lo largo del domingo 7 había tenido en vilo a millones que defienden este proceso. Sucede que la elección fue precedida por un notorio clima de descontento de sectores de las bases del pueblo que con justa razón critican la falta de soluciones, la corrupción, la ineficiencia y otros males que el proceso arrastra. Pero ante el avance del candidato Capriles el pueblo bolivariano tuvo un nuevo despertar, desplegó desde sus propias entrañas un enorme acto de cierre el 4 de octubre bajo una lluvia torrencial al que nadie quiso faltar. Desde esa enorme demostración de fuerza salieron las ganas que hicieron que millones se acercaran desde muy temprano y hasta muy tarde a los centros de votación. Esos millones defendieron con su voto el proceso y todo lo conquistado, defendieron a Chávez y también a su modo pidieron cambios y soluciones a los temas pendientes. Había que derrotar al candidato del imperialismo y felizmente se logró, ahora empieza el desafío de atacar los males internos del proceso y de sacar a sus responsables, que estuvieron cerca de poner todo en riesgo. Mientras se pelea por un rumbo que verdaderamente con medidas concretas vaya en sentido socialista.
A presenciar esta elección, me tocó volver estos días a Caracas llevando nuestro apoyo a esos millones que lejos de detenerse quieren seguir avanzando. Y pude vivir en vivo este triunfo que también actúa positivamente sobre el continente, porque si ganaba la derecha hubiera significado un retroceso concreto y a su vez un golpe sobre amplias franjas que ven con simpatía un curso independiente en Latinoamérica. Por eso nos ubicamos junto al pueblo bolivariano y desde este lugar es que apoyamos en particular a los compañeros de Marea Socialista que forman parte de nuestra corriente internacional, porque han sabido estar ubicados como parte activa y protagónica del proceso y a la vez siendo independientes en sus posiciones y críticos –incluso del propio Chávez- siempre que fue necesario. Y esa independencia política seguirá siendo indispensable en adelante.
Argentina y Venezuela: comparaciones y distancias
El gobierno de CFK y todos sus canales, diarios y voceros intentan aparecer muchas veces como la versión Argentina del fenómeno venezolano. El propio Chávez, cuando equivocadamente elogia a CFK aporta a esa idea. Y Clarín y los políticos de la derecha tradicional argentina cuando dicen que CFK busca ser Venezuela también colaboran con esta comparación. En este error cae el propio periodista Lanata prestándose a este juego, aunque más allá de esta crítica no compartimos que se le hayan quitado sus materiales de trabajo y haya sufrido persecución en su viaje a Caracas. Pero volviendo al tema central nosotros no creemos que Chávez y el kirchnerismo sean una misma cosa. Pensamos que el proyecto político de CFK es distinto y Clarín es funcional al gobierno cuando fortalece la idea de que son iguales, porque contribuye a darle a los K una épica que no le es propia. Venezuela y Argentina deben analizarse sin caer en los argumentos ficticios de la pelea de los K vs Clarín, porque dentro de esa pelea se pierde la realidad y la profundidad de las cosas.
Los K y Chávez no son iguales y por ende la política hacia ellos no puede ser la misma, en primer lugar por la principal diferencia que tienen y que está en la génesis de ambos que aún repercute en la actualidad: en Venezuela se dio un proceso revolucionario que aún pervive y que dio surgimiento al movimiento bolivariano y del cual Chávez fue su figura emergente, por eso el apego y respeto que aún millones sienten por su líder. Lejos de esto, el kirchnerismo llegó al poder como desconocidos, lo hizo apadrinado por Duhalde y con un negro paso previo por el menemismo. Los K llegaron al gobierno como respuesta al argentinazo que fue el mayor proceso revolucionario contra el régimen político argentino, del cual no fueron actores centrales ni de reparto, sino parte del partido justicialista que se oponía asustado a esa revuelta.
A su vez, como proyecto político uno se define queriendo ir hacia el socialismo (aunque no haya ido) y el otro se dice claramente capitalista (y así lo hace). Venezuela provocó cambios estructurales en su economía que sin ser socialista generó enormes conquistas sociales y un proceso constituyente que cambio las reglas de juego rompiendo con el régimen político anterior. El kirchnerismo no hizo cambios estructurales, tomó algunas medidas muy limitadas pero los puntos centrales de su modelo económico e institucional son de continuidad con el modelo anterior. En este marco no se puede ignorar que es verdad que hay lazos comerciales y acciones y planteos comunes de los dos gobiernos, incluso propaganda mutua, y esto lógicamente actúa en la realidad. Pero aún siendo importante, esto en si mismo no puede definir el análisis ni la política porque es un aspecto y no la totalidad, es el conjunto de la realidad de dos proyectos con puntos coincidentes y muchas diferencias lo que define que política tener ante cada uno.
Por estas razones desde el MST estuvimos en la misma semana apoyando el proceso venezolano expresado en la candidatura de Chávez y a la vez ayer enfrentando al gobierno de CFK en la Plaza de Mayo junto a la CTA y la CGT de Moyano. Junto a decenas de miles enfrentamos en un gigante acto unitario las medidas de ajuste del gobierno nacional, el impuesto al salario, la negativa a dar el 82% móvil, reclamamos el aumento del salario mínimo y la universalización de las asignaciones familiares. El fin de la megaminería, de la concentración y las corporaciones. Y marchando también contra la Ley Antiterrorista. El éxito de la movilización y las demandas correctas y profundas que levantó, es una expresión más de las diferencias entre los gobiernos venezolanos y argentino. Y a su vez una muestra del mal momento que vive CFK, del malestar social existente y del creciente descontento de sectores obreros, populares y medios.
Ante esa realidad lo que hace falta es construir un proyecto político amplio y unitario a la izquierda del kirchnerismo y no a la derecha como preferirían Clarín u otros sectores. Necesitamos un proyecto que tome los mejores ejemplos de las conquistas sociales de la revolución bolivariana y deje de lado sus aspectos negativos y sus limitaciones. Un proyecto así estamos poniendo en pie desde el MST, junto a Pino y Proyecto Sur, junto a nuestros compañeros de la CTA y junto a muchos otros con quienes apostamos a seguir confluyendo en el tiempo que viene. Creemos que esta es la mejor forma de hacer nuestro aporte desde Argentina a esta etapa de cambios y nuevas experiencias que vive nuestro continente.
Venezuela y el fracaso del candidato del FIT
Los distintos partidos del Frente de Izquierda de Argentina le dieron apoyo a Orlando Chirino, quien entre los candidatos presidenciales que tuvo la elección venezolana salió último con un marginal 0.02%. Ese resultado es la confirmación del enorme sectarismo con el cual los partidos del FIT actúan en el proceso venezolano. El nulo apoyo conseguido es un golpe a este tipo de proyectos que no comprenden en lo más mínimo el proceso central y real que vive el pueblo venezolano, que en primer lugar se siente parte de un proceso y quiso defenderlo frente al candidato del imperialismo, ignorando a quien se aparta de esa pelea. Al no comprender esto las corrientes sectarias se marginaron una vez más de la realidad política. Sobre este desastre no está de más recordar que como Chirino es militante de la corriente internacional de Izquierda Socialista, tanto el PO como el PTS le dieron “apoyo” en medio de enormes críticas y ataques al propio Chirino. Como dice una vieja frase: ”con amigos así para que querer enemigos”. En Venezuela también, los tres partidos del FIT se pelean por todo, incluso ante el tema en el que estuvieron de acuerdo: el llamar a votar por un candidato…que no votó nadie. No cabe duda que ahora también se pelearan por el balance de lo sucedido. Mientras la vida real, pasa por otro lado.