La crisis en el FIT de mal en peor:
A esta altura, no es un secreto para nadie que los integrantes del Frente de Izquierda están atravesando una importante crisis, como puede verse en su accionar cotidiano y en la ausencia de cualquier rastro de unidad. Sus integrantes lejos de mostrarse activamente dando respuestas a las necesidades de las mayorías obreras y populares, solo ofrecen una triste y cotidiana muestra del sectarismo elevado a su enésima potencia, el que comienza con agresiones mutuas y nunca se sabe donde termina.
Tan impresentable es esta situación, que ni sus mismos protagonistas pueden evitar referirse a las mismas. Mientras el PST e I.S. se pelean a través de sus periódicos por casi todo, el PO -que también crítica a sus aliados- es tal vez quien mejor realiza una semblanza del FIT en la actualizad, ya que en su último periódico dice: “el Frente de Izquierda está paralizado por los acontecimientos, incluso va a la rastra de ellos y hasta lo hace con yapa, porque no acierta en adoptar una posición común frente a ninguno de los episodios políticos de los últimos meses y, lo que es mucho peor, no se advierte un propósito de clarificar las diferencias de caracterizaciones y tácticas con vistas a reivindicar y destacar su objetivo estratégico”. Más claro…imposible. El FIT no juega ningún rol positivo en la situación política actual. Tan es así, que hasta sus responsables políticos lo admiten.
Valga el ejemplo, para convocar una vez más a construir un proyecto que desde la izquierda y manteniendo un programa firme de transformaciones, a la vez se aleje del sectarismo y el dogmatismo, que no pueden ofrecerle nada bueno a los millones que buscan una alternativa. Hace falta una izquierda amplia y unitaria que sepa trabajar con otras tradiciones y culturas políticas para disputar el poder a los viejos partidos. Para ese objetivo el FIT no puede contribuir en nada, porque no se lo propone y porque no puede hacerlo por el sectarismo que lo paraliza y lo divide cada día más. Es hora de sacar conclusiones.