Tras las elecciones en la UBA: Debates en la izquierda universitaria
Las elecciones en la UBA tuvieron lugar hace ya tres semanas, pero todavía hoy las diversas corrientes de opinión que hacemos vida a su interior, seguimos debatiendo. El PO y La Mella -las organizaciones que encabezan la Fuba- desarrollaron sus respectivos balances. Desde la Juventud del MST polemizar con algunas de sus afirmaciones y hacer un aporte constructivo a la perspectiva que se viene.
PO: más votos, más sectarismo
El PO-FIT salió fortalecido de las elecciones estudiantiles. Al igual que en las primarias de agosto, por estar mejor posicionado que el resto de las expresiones de izquierda de la UBA, el PO-FIT capitaliza en mayor medida el desplazamiento a izquierda de sectores del movimiento estudiantil que se alejan del kirchnerismo. Por eso recupera la conducción de Filo, Sociales y Psico, y gana también en Exactas. Este resultado implica una gran responsabilidad frente al movimiento estudiantil. Se podría aprovechar esa ubicación para proponer la articulación de toda la izquierda y los sectores combativos para enfrentar a las gestiones de la Franja y los K; abriéndose a confluir con todas las corrientes que somos parte de la pelea por los reclamos y reivindicaciones del movimiento estudiantil de la UBA.
Mareado por su sectarismo, el PO considera que los votos obtenidos no vienen de un proceso de ruptura con el gobierno y búsqueda a la izquierda en general, sino que son fruto de sus permanentes aciertos. Desde ese pedestal, lejos de pensar en una unidad superior, subestima o directamente ignora al resto de la izquierda. Por lo tanto repite y profundiza un rumbo sectario y aparatista, que lejos de fortalecer las organizaciones gremiales de los estudiantes, ha vaciado los centros y la propia Fuba.
La Mella debe sacar conclusiones
Con los compañeros de La Mella coincidimos en criticar las concepciones dogmáticas y sectarias como las que expresa el PO-FIT y proponer una renovación en el campo de la izquierda. En ese marco, pensamos que no han sacado las conclusiones sobre cuestiones importantes. Primero, en la ubicación que han tenido frente al kirchnerismo. Tanto en asimilarlo al proceso de Venezuela, Bolivia o Ecuador, cuando no eran parte del mismo; como al expresar una política de «apoyo crítico» a varias de sus medidas (YPF, Ley de Medios) que no resolvían los problemas estructurales. Pensamos que esa política se expresó en un relacionamien-to incorrecto con las gestiones afines al kirchnerismo y que esto perjudicó al estudiantado. Las becas en Filo son un ejemplo categórico. Ese equivocado acercamiento a gobierno y gestiones es la causa central del desgaste y posterior retroceso electoral de La Mella.
En segundo término, somos críticos de un rumbo que La Mella reafirma: la negación de otras vertientes de izquierda con tradición y peso en nuestro país. Así como PO-FIT niega las expresiones de la izquierda no trotskista, La Mella insiste en actuar de forma reactiva hacia a la izquierda anticapitalista organizada en partidos. Incluso lo sigue haciendo ahora que se ha presentado a elecciones en la Ciudad. Pensamos que los compañeros tienen que revisar estos planteos y abrirse a confluir otros sectores de la izquierda.
Nuestra visión
En la edición anterior de Alternativa Socialista expresamos un análisis de los resultados de las elecciones de la UBA: castigo a los oficialismos, fortalecimiento relativo de la Franja, retroceso del kirchnerismo, buena elección del PO-FIT y un golpe significativo al bloque que encabeza La Mella.
La discusión es como seguir a partir de ahora
Estamos convencidos de que tanto en el país como en la universidad, para lograr las grandes transformaciones que se necesitan no alcanza con una única corriente política. Si se trata de transformar la UBA es necesario un proceso de articulación y confluencia que integre a toda la izquierda. Nuestra organización estaría dispuesta a comprometerse y aportar su militancia a una construcción así. Para fortalecer la pelea por más presupuesto y por la democratización definitiva; para luchar por una universidad al servicio de un modelo de país para los de abajo; para tener herramientas gremiales que organicen la lucha por las reivindicaciones del conjunto del estudiantado y no sólo iniciativas para la militancia. En síntesis: para una lucha de ideas y en la calle contra la derecha privatista y el pacto Radical-K en la gestión de la UBA hace falta confluencia en el movimiento estudiantil. Sin forzados hegemonismos ni exclusiones, sobre la base de un programa de lucha y transformación, es posible avanzar en esa dirección.
Mariano Rosa