De la Sota posterga tratamiento de la Ley de ambiente
Monsanto anunció que el nuevo Estudio de Impacto Ambiental estaría listo para Julio próximo.
El anuncio se realiza en el marco de una segunda postergación, en la Legislatura de Córdoba, de la votación de la nueva Ley de Ambiente. Más allá de estas “complicaciones”, de la Sota sabe que los altísimos costos políticos que viene pagando por estos asuntos requiere una votación más amplia que la del autosuficiente bloque oficialista. Y se tensa la cuerda.
De todos modos, el circo montado por la sociedad Monsanto/Gobiernos continúa su función. El acto inicial está encaminado. La nueva ley se votará, más tarde o más temprano, con más o menos repercusiones. Es el papel del gobierno provincial.
La empresa, por otro lado, cumple con otro rol y presiona al gobierno: “El nuevo Estudio de Impacto Ambiental estará listo en el próximo Julio, confeccionado por URS Corporation, una consultora estadounidense que ha realizado otros EIA para empresas megamineras que operan en el país”.
Olvidar el mal paso
Todo este show tiene la misión de sepultar casi dos años de lucha incansable de la Asamblea “Malvinas Lucha por la Vida” y de todo el pueblo de Malvinas Argentinas, y generar una especie de gran “borrón y cuenta nueva” para que todo el proceso de autorización e instalación de Monsanto comience de cero. Esto es lo mejor que el gobierno está en condiciones de ofrecer.
¿Puede ser posible tantísima impunidad y servilismo entre nuestros gobernantes?, ¿pueden ser tan irrespetuosos de pretender hacernos creer que “empezar de cero” es la solución más democrática?
Según el ministro López, la lucha de la AMLV contra Monsanto “no fue el principal factor en la decisión de crear la nueva ley de Ambiente”. Pero nosotros estamos convencidos de que si no hubiese sido por el enorme conflicto social que la AMLV generó junto al pueblo de Córdoba, la empresa ya estaría funcionando y contaminando, según sus planes originales. El gobierno no quiere reconocer que la AMLV le marcó la agenda desde el principio, y por eso no puede permitirse ni el más mínimo reconocimiento a nuestra lucha. “Si escucho al pueblo me muestro débil”, tal parece ser el razonamiento del gobierno.
El absurdo de la “otra oportunidad”
El EIA no es similar a un examen. Es un estudio complejo, que la empresa va elaborando EN COLABORACIÓN con la Secretaría de Ambiente, que funciona de consultora pública. Por eso el rechazo del EIA que Monsanto presentó fue una decisión política. Si no hubiera habido conflicto, EL MISMO estudio que fue rechazado hubiera corrido la suerte opuesta.
Por eso también denunciamos la maniobra que se está desarrollando. La planta que Monsanto pretende construir en Malvinas Argentinas no está en las más mínimas condiciones de cumplir con los estándares ambientales más rudimentarios. Solo considerando los enormes volúmenes de materiales e insumos que pretenden movilizar ya se puede proyectar el daño.
Suponiendo que existieran filtros para limpiar el aire que ventea de los silos hasta en un 90 % (lo que es una exageración), y considerando que proyectan emplazar 240 silos, sería como tener, en el mejor de los casos, 24 silos enormes venteando a metros de una escuela primaria. Ese solo número da una idea de lo irrealizable del proyecto. Podemos encontrar noticias de muchas localidades que han trasladado los antiguos y céntricos silos cercanos a las estaciones del FFAA hacia las afueras por causa de las enfermedades que ocasionaban. Y en ningún caso eran 24 los silos, sino muchos menos.
Ningún Estudio de Impacto Ambiental puede ser aprobado, a menos que su evaluación por parte del gobierno provincial flexibilice las exigencias o haga vista gorda a algunos datos.
El camino de la Asamblea
La lucha va a continuar en Malvinas Argentinas. La Paz Social fue desplazada por Monsanto y sus gobernante cómplices, y la movilización popular ha dejado claro que CON MONSANTO NO HAY PAZ SOCIAL.
El ruidoso circo de la nueva Ley de Ambiente no podrá acallar las voces que exigen que la empresa se vaya definitivamente, puesto que ya ha fallado su prueba técnica. Cualquier otra salida que pretenda disfrazarse de democrática pero permita “otra oportunidad” a Monsanto no es más que burla y engaño al pueblo.