Polémica con el PTS. Un infantilismo de voltereta
La Marcha Federal mostró las graves limitaciones del PTS, partido cuyas principales figuras son Nicolás Del Caño y Myriam Bregman.
El día de inicio de la Marcha sostenían: «El PTS-FIT impulsa todas y cada una de las medidas de lucha contra el ajuste y la represión bajo todos los gobiernos, participando de la más amplia unidad de acción para que cada pelea triunfe.»1
Suena bien, pero es falso. Un poco más abajo, se desdecían de un plumazo: «La Marcha Federal no es una medida de lucha. Tampoco es equiparable a la marcha del 29 de abril convocada por las cinco centrales sindicales por la Ley Antidespidos, causa después traicionada por la burocracia sindical tras el veto de Macri. Ahora estamos frente a un acto político convocado por (y al servicio del) peronismo y los empresarios nacionales.»
Barbaridades autojustificatorias
El PTS faltó a la mayor movilización obrera y popular de alcance nacional contra el gobierno macrista.
1) Si las consignas de la Marcha Federal fueron «contra los despidos, el tarifazo y el ajuste» y la «reapertura de las paritarias». Si la convocaron las dos CTA, las dos centrales sindicales opositoras. Si la concurrencia masiva fue de trabajadores y sectores populares. Si además se convocó a movilizar el 16 a la audiencia y se planteó un paro general, ¿cómo que no es una medida de lucha? ¡Hay que estar muy desubicado para negarlo!
2) La marcha del 29A no fue de cinco, sino de cuatro centrales: «olvidaron» que Barrionuevo se borró. Y lo principal: no fue traicionada «después», sino que en sí misma fue una maniobra para descomprimir la bronca obrera y apoyar una ley trucha. A ese acto con Moyano, Caló y toda la burocracia traidora de las CGT el PTS sí concurrió. ¡Lo «no equiparable» es a favor de la Marcha Federal!
3) Decir que la Marcha Federal fue «un acto político del peronismo y los empresarios nacionales» también está fuera de la realidad. Es el mismo verso de tinte gorila con el que el macrismo intentó atacar a la Marcha y no lo logró. Sobre 50.000 asistentes, apenas 200 cantaron «vamos a volver». En cambio, masivamente se cantó «unidad de los trabajadores» y «paro general». La impronta no la dio Boudou, perdido por ahí, sino los miles y miles de asistentes.
Ayer oportunismo, hoy sectarismo… ¿y mañana?
El PTS no sólo actuó en forma oportunista al capitular a los burócratas de las CGT, sino también con su defensa acrítica de Hebe de Bonafini. Tuvimos que presionar para que en la declaración conjunta en rechazo al operativo judicial-policial incluyeran al menos una referencia a la necesidad de investigar la corrupción.
De ese derrape oportunista, sin transición el PTS pegó un giro ultrasectario. ¿Acaso será para atenuar las críticas del PO, su socio en esa cooperativa electoralista que es el FIT, ya que no coinciden en nada más que juntar votos? A diferencia del MAS -que sí movilizó a la Marcha Federal-, mientras el PO fue de modo vergonzante el PTS directamente desertó y de hecho le hizo el juego al gobierno y las patronales.
Invitamos a los trabajadores, estudiantes, mujeres, que quizás ven en el PTS una referencia, a reflexionar a fondo sobre estas cuestiones. Para pelear por dirigir a la clase trabajadora y construir una dirección revolucionaria, firme y unitaria no es seria ni confiable una corriente que ante la lucha de clases hoy plantea una cosa, mañana otra y pasado mañana no se sabe.
1 Web La Izquierda Diario, 30/8/16.