2017: Crisis capitalista, luchas y polarización social
Termina el 2016, sigue la crisis capitalista y surgen nuevos fenómenos políticos y sociales. Triunfos electorales de algunas fuerzas de derecha y rápida respuesta en las calles del movimiento de masas. Disputas interimperialistas y hegemonía yanqui debilitada. La burguesía imperialista no logra cambios sustanciales a su favor y 2017 viene con luchas y desafíos políticos para la izquierda.
En 2008 el mundo se conmovió con el inicio de la crisis capitalista que evidenció su fracaso como sistema y su decadencia. Se abría una nueva etapa de carácter revolucionario, signada por la crisis sistémica y estructural combinada con la caída de viejas direcciones reformistas y pro burguesas que ya no contenían las expectativas de franjas de masas, hecho que ya venía con fuerza de la etapa anterior abierta a inicios de los 90.
Terminando 2016 vemos que la crisis capitalista no acabó, se manifiesta de diversas formas, con picos y desigualdades en distintas regiones. Prima el fracaso de quienes condujeron el mundo de 2008 hasta hoy, naufragaron sus recetas, el movimiento de masas los cuestiona y no lograron frenar el ascenso mundial que adquiere nuevas dimensiones. A su vez que gane Trump es muestra de la ruina del régimen político yanqui, que gane el Brexit es muestra del fracaso de la UE y la troika. Que surjan sectores derechistas es un subproducto de la crisis por arriba y no expresión de solidez burguesa o de un plan común. Son expresiones del desorden, de la debilidad del sistema mundo para derrotar al movimiento de masas y así cerrar la crisis. Vivimos un interregno convulsionado por el ascenso, la polarización social y la incapacidad del sistema.
Las nuevas derechas y sus límites
Un dato es la emergencia en algunos países de fuerzas de derechas que, en algunos casos, ganaron elecciones. El mayor exponente de ellos es Trump, también Macri en Argentina, las fuerzas conservadoras que impulsaron el Brexit en Gran Bretaña o la llegada de Temer, por una vía reaccionaria y antidemocrática en Brasil. Estos ejemplos los utilizan los viejos aparatos para tapar sus fracasos y hablando de giro a derecha colocan en las masas la responsabilidad de la situación, cuando ellos aplicando también el ajuste han sido los responsables.
Nosotros vemos al mundo de otra manera, creemos que prima el ascenso, la crisis y la polarización social, que no hay cambios negativos en la relación entre las clases y sus tendencias. Las cuestiones electorales y gobiernos más de derecha son expresiones parciales, que por supuesto reflejan parte de la realidad y no hay que ignorarlos, pero un análisis marxista es más integral y dinámico. Por eso hacemos notar la crisis del gobierno de Temer cuestionado por la absoluta mayoría de su país, el descontento social y las movilizaciones de la juventud, el ascenso obrero y popular contra Macri, la bronca que va creciendo contra Trump, la derrota del gobierno derechista de Polonia frente al paro de mujeres, la derrota de la derecha en Austria, el desbarranque del gobierno de Corea del Sur en medio de movilizaciones masivas, las nuevas movilizaciones en España, el descontento social en toda Europa y otras cuestiones. Todas muestras de ascenso, crisis política y mayor polarización social. De ahí que no vemos posibilidad de que se vuelvan sólidos y estables estos gobiernos de derecha. Van a intentar ajustar y los pueblos van a responder, tendrán avances relativos o algunos no podrán avanzar y caerán, porque el límite central de estos fenómenos es que no hay derrota del movimiento de masas a escala internacional ni en nuestra región. Esto marca la perspectiva.
Respuestas sociales que no cesan y más polarización social
Como decíamos anteriormente, si algo tiñe la situación general, más allá de lógicas desigualdades, es la respuesta que el movimiento de masas le viene dando a viejos y nuevos gobiernos. El capitalismo imperialista impulsa una contrarrevolución económica sobre las masas y a la vez no logra triunfos contundentes ni duraderos que provoquen un giro regresivo en la situación. La causa de este problema burgués es la combinación de su crisis con el ascenso, que se refleja en los países antes citados y en el propio EEUU donde la juventud, los trabajadores, las negras/os y latinos ya preparan marchas ante la asunción de Trump y la lucha contra su plan.
La falta de alternativas de izquierda con peso de masas hace que no se logren triunfos cualitativos en el terreno político, mas la clave del tiempo que viene es que no cesa es el ascenso obrero, popular y del movimiento de mujeres y la juventud. Esto es el motor que ocasiona más inestabilidad burguesa y genera terreno fértil para pruebas políticas desde la izquierda.
Alepo; los crímenes de Al Assad y Putin
Un hecho sí negativo es la caída de Alepo, símbolo de la resistencia popular al dictador Al Assad. Varios años de ataque constante, bombardeos y destrucción masiva sobre la población civil, lograron finalmente quebrar la resistencia y que el régimen retome el control de Alepo. Termina una etapa de la revolución siria que comenzó en 2011 junto a otras revueltas de la primavera árabe. Por el contexto general y porque la revolución kurda está viva, no cerramos la posibilidad de que se retome la lucha popular contra el régimen.
Alepo reabre un debate con sectores de izquierda y progresistas, que teorizan sobre el rol progresivo de Rusia en el contexto mundial. Nada más alejado de la realidad, es una potencia con una política imperial – capitalista y como lo muestra en Siria, es abastecedora de un régimen dictatorial y con sus propios aviones y tanques ayuda a ahogar la revolución siria, mientras cerca la revolución kurda en complicidad con Erdogán y el ISIS. La tarea de la izquierda en esa región es oponernos a las dictaduras locales y a todo tipo de intervención imperialista yanqui, de la UE o de Rusia. Apoyar los genuinos movimientos de lucha y en el nuevo contexto tras la caída de Alepo, más que nunca desarrollar una campaña de solidaridad con la revolución kurda de Rojava y con sus lazos dentro de Turquía, ya que este pueblo es el próximo blanco de la dictadura de Al Assad y sus socios rusos y turcos. En este proceso solo se puede tener una posición progresiva desde una trinchera, el gobierno ruso está claramente en la otra.
Construcción revolucionaria y alternativa. Claves del tiempo que viene
En un mundo inestable y convulsionado surge la necesidad imperiosa no solo de impulsar y apoyar cada lucha contra los gobiernos capitalistas, sus regímenes y castas políticas, sino de dotarnos de organización militante con programa de salida. Viene un 2017 de ascenso y mayor polarización social y política a consecuencia de la crisis global que no se cierra. Lejos de cualquier facilismo vemos mayores niveles de lucha, sin que esto sea sinónimo inequívoco de que triunfen sí o sí; como toda lucha hay que darla y ver los resultados.
Como socialistas y anticapitalistas no separamos la lucha social de la lucha política, al proceso objetivo de luchas le incorporamos la tarea subjetiva de construir organización revolucionaria y de izquierda. Es el gran desafío que tenemos, imprescindible para pasar de la inestabilidad y crisis capitalista a un salto positivo en algún país donde se provoque un quiebre anticapitalista y socialista con el pueblo movilizado. La lucha de clases partirá de demandas mínimas o de procesos democráticos que son muy importantes y dinámicos. Partiendo de la realidad tal cual se dé, nuestra tarea es sumarle un programa transicional que lleve al cuestionamiento de todo el sistema con medidas de fondo que ataquen el corazón económico y social imperante.
Nuestra tarea es construir corrientes o partidos revolucionarios que tengan este objetivo, como hacemos en nuestro país construyendo el MST. Partidos y corrientes que sean actores dinámicos al interior de frentes o movimiento amplios de izquierda que le disputen a los partidos del régimen y el sistema. Para hacer fuerte en Argentina a “Izquierda al Frente”, en Brasil al PSol, en Venezuela avanzando en organizar a la izquierda crítica del proceso, en España fortaleciendo el ala izquierda de Podemos, en EEUU impulsando la conformación de un nuevo movimiento político independiente y otros ejemplos similares. En el 2017 te invitamos a sumarte al MST, para prepararnos juntos y ser impulsores de esta estrategia socialista y anticapitalista.
Sergio García