Acuerdo de Vaca Muerta: Flexibilización para todos
Macri, con la complicidad de gobernadores y dirigentes sindicales traidores, pretende avanzar en la flexibilización laboral. Para ello se anotó un puntito en el acuerdo con los petroleros. Estableció un nuevo convenio colectivo que el mismo presidente lo caracterizó como «…una verdadera revolución del trabajo» Pero esta política flexibilizadora puede tener el mismo problema que el resto de los planes del gobierno: Toparse con una resistencia que lo deba hacer retroceder.
El Gobierno pretende aprovechar el período vacacional para intentar acelerar el ajuste con el objeto de evitar, en parte, la resistencia popular con la que se fue chocando durante todo el año. Es evidente que los tiempos le apremian y resolvieron realizar una contraofensiva (ver nota)
En este nuevo capitulo intentan empezar a implementar los convenios colectivos a la baja. Aprovechando que las burocracias de los distintos gremios no actualizan los convenios colectivos desde los 70´ (en la gran mayoría de los casos). Es decir, la burocracia sindical, no sólo le permitieron durante todo el 2016 avanzar en el ajuste sin ninguna acción global, sino que también como parte de su entrega histórica al no actualizar los convenios desde hace más de 30 o 40 años le dan el argumento para que el gobierno presione para acordar los acuerdos tal como lo hizo con los petroleros.
En este sentido uno de los argumentos de Guillermo Pereyra (que además de ser el secretario general de los petroleros, es senador por el patronal MPN) fue que el acuerdo era para regularizar una actividad que no estaba contemplada. En sus palabras: «Tenemos una convención colectiva firmada en los 70 y eso no se toca para nada. Cuando la firmamos no existían el petróleo y el gas no convencionales» Sin palabras.
El acuerdo
Del mismo no se conoce el texto porque no es de acceso público hasta el momento en que está escrita esta nota. Solo se conoce de los trascendidos desde las distintas fuentes de información periodística. No es de extrañar que al darse a conocer no surjan más pérdidas para los trabajadores.
Puntos salientes del retroceso en el convenio:
a) Pérdida del pago de las horas extras
b) Implementación de un turno nocturno
c) Pérdida de las horas taxi (contemplaba el tiempo entre la salida de la casa de cada trabajador y su llegada al pozo)
d) Disminución y pérdida de las horas viento (según la velocidad del viento que en las zonas patagónicas que dificulta el trabajo)
e) Modificación de la jornada laboral eliminando los dos francos.
f) Implementar la posibilidad de rotación del personal por todas las tareas.
g) Disminuir el número de trabajadores por pozo de explotación según la consideración unilateral empresaria.
Y la otra cara de la moneda, las condiciones para las petroleras
a) Compromiso del gobierno nacional a eliminar las retenciones y garantizar el precio de compra a valor internacional
b) Compromiso del gobierno neuquino a no cobrar nuevos impuestos al sector
El problema no es el pueblo, el problema son sus dirigentes
Si una cosa está clara es que el gobierno puede avanzar en este tipo de acuerdo es porque cuenta con el apoyo incondicional de los dirigentes sindicales traidores. Historia vieja y conocida. Lo nuevo es que incluso así y todo no la tienen fácil y por eso también el combo del ajuste incluye el ataque a las comisiones internas combativas como la de ARG (ver nota). Sin el apoyo nefasto de la recalcitrante y podrida burocracia les sería imposible.
Ahora bien, esta entrega es a un alto costo. La resistencia popular está siendo constante y es la que permitió que el ajuste del gobierno no haya pasado como necesitan. Y al mismo tiempo es la que está generando las condiciones para que surjan dirigentes nuevos y se fortalezcan alternativas a toda esta manga de entregadores, condición esencial para que esta crisis no la paguemos los trabajadores.
En este marco de situación favorable para el desarrollo de una nueva dirección política y sindical es que la tarea esencial de los trabajadores, el clasismo y los que nos reivindicamos de izquierda, es resistir el ajuste a como dé lugar, haciendo los mayores esfuerzos a la vez que invertimos energías en la construcción de una gran alternativa político-sindical para que la crisis la paguen los que la generan y los trabajadores nos liberemos de una vez de la clase parasitaria y los dirigentes traidores que le hacen el juego, responsables directos de que cada día vivamos peor.
César Latorre