Modificación de la ley de migraciones: Que no pase gato por liebre
Macri decretó condiciones más estrictas para el ingreso y permanencia de extranjeros en el país. ¿Es sólo contra los criminales o hay algo más?
Las nuevas medidas implican que se acortan los tiempos para expulsar de la Argentina a extranjeros con antecedentes penales, mediante el decreto 70/2017 que cambia la ley Nº 25.871. Las argumentaciones del macrismo para abordar el tema de la inmigración se basan en una supuesta cruzada contra el crimen organizado por extranjeros.
Según el macrismo, contó con el aval del Frente Renovador de Massa, que fue a saludar la asunción de Trump, de Margarita Stolbizer y sus seguidores, supuestamente “progres.”
Desde ya, nadie en su sano juicio defendería a las mafias traficantes de drogas, armas, personas y órganos, ni a los que lavan dinero ni a las organizaciones que realizan otras actividades aberrantes. Los honestos inmigrantes de los barrios y las villas también son víctima de las mafias.
Sin embargo, este tema no se puede despachar con ligereza, ya que estamos en presencia de un gobierno con expresiones xenófobas, cuyas posiciones de derecha son fomentadas desde el propio sistema capitalista.
¿Los delincuentes son sólo extranjeros?
Los dichos de la Ministra Patricia Bullrich y otros funcionarios y políticos, no sólo del PRO, sino también del FPV y el PJ, apuntan centralmente contra la inmigración que llega de países como Bolivia, Perú y Paraguay.
En realidad, la delincuencia, la marginalidad y la inseguridad son provocadas por las desigualdades sociales, la falta de trabajo y oportunidades para los jóvenes. Y tienen ubicación local, viven en las propias instituciones del régimen capitalista.
Las mafias locales o extranjeras están regentadas y/o funcionan gracias a los políticos patronales y funcionarios corruptos, a los jueces y la policía que los ampara.
Por acá hay que tomar las medidas fundamentales: depurar las fuerzas de seguridad, elegir al comisario y a los jueces por votación popular, castigar a los funcionarios corruptos y provocar un shock de inclusión social con trabajo y educación para los jóvenes.
¿Y los extranjeros capitalistas?
Las familias de hermanos de países vecinos que vienen a nuestro país lo hacen por una razón simple: buscan mejores condiciones de vida. La mayoría es gente de trabajo, que hace muchas de las tareas que los locales no quieren hacer.
Es la misma realidad de la inmigración en Europa y otros continentes, los capitalistas los usan para los peores trabajos, en pésimas condiciones de empleo y paga miserable. Eso sí, cuando hay crisis, no tardan ni un segundo en acusarlos de ser los causantes de ella.
El otro agravante son los prejuicios. Hay un particular ensañamiento de algunos sectores con las personas pobres que vienen de países latinoamericanos, por su color de piel y sus costumbres.
A los responsables de la mala situación del país no hay que buscarlos entre los pobres que cobran un plan, reciben ayuda social, trabajan en una verdulería, en la construcción o haciendo changas. Los enemigos no son los hermanos latinoamericanos que van al hospital o a la escuela pública. Hay que buscar por otro lado.
Benetton se queda con miles de hectáreas de los mapuches. Lewis se siente el dueño de la tierra y el agua de los lagos. Los gerentes de las multinacionales explotan a los trabajadores y saquean, se llevan los bienes comunes y contaminan la naturaleza.
No son multinacionales peruanas, bolivianas ni paraguayas las que manejan las empresas privatizadas que nos cobran facturas impagables a cambio de servicios pésimos. Más bien son ingleses, franceses, italianos, españoles, chinos y otros grandes ricachones que se vienen a llevar todo.
A ponerse en guardia
Para los gobiernos burgueses hay un amplio espectro de “los que delinquen.” Encima los kirchneristas dejaron su legado represivo con la Ley Antiterrorista, el marco legal para considerar terrorista a quien corta calles o enfrenta la represión policial en una lucha sindical o social. ¿Qué van a decir si hay desocupados extranjeros que salen a luchar? ¿Los van a querer expulsar? Dicen que no, pero hay que ponerse en guardia. Estamos en presencia de un gobierno xenófobo que actúa en sintonía con Trump y otros gobernantes europeos reaccionarios.
No vaya a ser cosa que con la excusa de enfrentar a las mafias, ataquen a quienes honestamente están en la Argentina buscando mejores condiciones de vida, trabajo, vivienda y educación.
Rubén Tzanoff