Un nuevo triunfo en la lucha contra el machismo
Logramos que el TSJ incorpore la figura de femicidio en el caso Paola
Ayer fuimos miles en las calles cordobesas haciendo temblar la tierra al grito de Ni una menos! Vivas y libres nos queremos! Viendo a todas estas mujeres peleando contra la violencia machista y reclamando los derechos que nos faltan, era imposible no recordar aquellas primeras marchas exigiendo justicia para Pao y Martina. Desde aquellos días de 2015 el movimiento de mujeres de Córdoba viene avanzando a paso firme consiguiendo conquistas enormes.
Y este 9 de marzo ha puesto un nuevo mojón en el camino. Que el TSJ haya incorporado la figura de femicidio en el caso de Pao, en respuesta a la apelación que presentamos a la sentencia original, nos llena de orgullo. Sabemos que la justicia de Córdoba es machista y misógina. La primera condena a Lizarralde daba cuenta en extremos de esto. Por eso, que nosotrxs hayamos logrado arrancarle la aplicación del agravante de femicidio sólo se explica por la enorme lucha que hemos dado en estos años y por el apoyo gigante de la sociedad cordobesa a nuestra causa.
Hemos hecho todo para llegar hasta acá, pasamos días enteros frente a la comisaría para que salieran a buscar a Pao y Martina, marchamos frente a cada uno de los tribunales para exigir que actuaran con celeridad, colmamos el centro exigiendo justicia, denunciamos frente a Casa de Gobierno la inacción de De la Sota y Schiaretti y exigimos presupuesto acorde, presentamos con Luciana Echevarría y decenas de familiares de víctimas el proyecto de Ley de Emergencia.
Toda esta lucha y la tenacidad con la que la llevamos a cabo llevan la impronta de nuestra enorme compañera Maru Acosta, que no frenó un solo instante y mantuvo viva la llama de Pao. Por eso Paola hoy es la bandera de todas las que luchamos contra la violencia machista.
Este fallo no solo constituye un enorme triunfo, también es una potente herramienta para obligar a la justicia de Córdoba y el país a incorporar la perspectiva de género en el tratamiento de todos los casos. Y es un paso más en la batalla por terminar definitivamente con este sistema opresor que nos violenta y nos mata.
Mentiras desmentidas
Lo dijimos durante todo este tiempo, un femicidio es el asesinato de una mujer, cometido por un hombre, mediando violencia de género. En resumidas cuentas, nos matan por ser mujeres. No es necesario de ninguna manera que medie una relación estable o de pareja entre la víctima y su agresor. Por eso, aunque Pao no tenía un vínculo de convivencia con su asesino, corresponde aplicar la figura, pues lo que movió a Lizarralde a matarla fue un profundo desprecio por su condición de mujer, fundado en una desigualdad histórica.
La violencia de género implica una desigualdad de poder que está legitimada por las instituciones estatales. El femicidio es el extremo más violento de ese poder, que decide incluso sobre la propia vida de la mujer. Que Paola no haya sido sumisa. Que haya luchado como una guerrera por sus derechos y los de su hija, no la convierte en menos víctima (tal como decía la sentencia original) sino por el contrario es la explicación de semejante ejercicio de violencia por parte de un machista como Lizarralde, que puesto frente a una mujer que defendía firmemente sus derechos tomo la decisión de quitarle la vida para que no estorbara en su camino, pues desde su misógina perspectiva las únicas necesidades y deseos que importaban eran los suyos, jamás los de la mujer.
Todos los argumentos machistas de la sentencia fueron desmentidos por nuestra apelación y por eso hoy Lizarralde fue condenado por FEMICIDA!
Con Pao como bandera
Desde Juntas y a la Izquierda y el MST estamos orgullosxs y felices de haber conquistado este enorme triunfo, ahora vamos a redoblar nuestros esfuerzos para ganar todos los derechos y libertades que nos faltan. Nos organizamos para exigir que el gobierno destine el presupuesto necesario a la atención de las víctimas de violencia, reclamamos nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y la legalización del aborto. Peleamos para separar la Iglesia del Estado, para visibilizar que somos nosotras las que nos encargamos de las tareas domésticas, sin recibir remuneración y para denunciar que el ajuste y la crisis nos afectan doblemente, que somos las más pobres y las más precarizadas.
Nuestra lucha es para terminar con el capitalismo patriarcal que nos oprime y explota y construir una sociedad de iguales: FEMINISTA Y SOCIALISTA! Te invitamos a sumarte para dar esta pelea juntas!