Conflicto en la elección de director en Cs. Antropológicas: ¿Quién decide en la UBA?
En el día martes 28/03, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA lxs estudiantes de cs. Antropológicas (que incluye arqueología y antropología social) bloqueamos el acceso de lxs representantes de profesorxs y graduadxs al departamento de la carrera. Esta medida, impulsada Revocables de Antropo y Arqueo (del cual el MST forma parte), actual mayoría estudiantil de la carrera, y votada en la asamblea estudiantil, se realizó con el objetivo de impedir la elección de director en la junta departamental, proponiendo en su lugar que se discutiera en una asamblea interclaustros.
Frente a esto, Mauricio Boivin (reelecto director por tercera vez consecutiva) prefirió intentar ingresar a dicho departamento por la fuerza, negándose al diálogo y violentando a compañerxs estudiantes (Ver Video), para luego retirarse y votar directamente en el pasillo, entre el abucheo y los cantos de alrededor de cien estudiantes que nos manifestábamos en contra de esta maniobra (Ver Video). Después de seguir al director hasta el departamento de profesorxs, donde finalmente nos entregó el acta de la sesión, nos reunimos en asamblea para definir el plan de acción a seguir: una campaña denunciando lo ocurrido, ligada al cierre de prácticos que sufrimos en la carrera, una movilización el martes 4/4 al Consejo Directivo a las 14 hs, una nueva asamblea de cs. antropológicas el miércoles 5/4 a las 19 hs. y una asamblea del CEFyL la semana siguiente, para discutir en conjunto lo ocurrido entre todas las carreras. Quedó expuesto el carácter antidemocrático del co-gobierno actual de la universidad, donde la mayoría automática con la que cuentan lxs docentes les permite el quórum para sesionar y votar aún en contra de la explícita voluntad de lxs estudiantes.
El co-gobierno de la UBA
El sistema de co-gobierno actual en la Universidad de Buenos Aires, que se repite con variaciones en distintas facultades del país, es herencia de la Reforma del ’18 iniciada en Córdoba. Si bien en su momento representó un avance frente al poder absoluto de lxs docentes y la Iglesia católica sobre la institución, hoy en día sólo es un obstáculo para nuestras reivindicaciones: nuestras condiciones de cursada (incluyendo oferta horaria, infraestructura edilicia, becas, etc.) vienen degradándose desde hace mucho tiempo; lo mismo ocurre con los salarios de lxs docentes, incluso llegando al ridículo del trabajo gratuito (“ad honorem”). Ni hablar del estado del conocimiento que se produce en la academia (tanto en las aulas como en la investigación), cada vez más mercantilizado y menos ligado a la crítica de la realidad social actual. Si estos problemas no encuentran solución, es porque lxs estudiantes no podemos decidir realmente.
Básicamente, la “democracia” universitaria es un gobierno tripartito: un Claustro de profesorxs (comprendido por titulares y adjuntxs), un Claustro de graduadxs (que incluye al resto de lxs docentes recibidxs) y un Claustro de estudiantes. Esta división, que imita la de los gremios feudales (maestrxs, oficiales, aprendices), distribuye el poder acorde al nivel de conocimiento atribuido a cada grupo, garantizando una mayor representación para quienes son menos numéricamente, pero “saben más”. Nótese además que quienes sólo responden a la condición de docentes se encuentran divididxs en dos claustros distintos. Así, por ejemplo, los consejos directivos de cada facultad de la UBA cuentan con 8 representantes de profesorxs, 4 de graduadxs y 4 de estudiantes, más unx decanx que vota en caso de empate (y que también sale de entre lxs profesorxs). Esta mecánica garantiza la ya mencionada mayoría automática docente, hegemonizada a su vez por el reducido grupo de profesorxs.
Esta estructura tiene una doble función. Por un lado, le permite al claustro profesoral mantener su control político tanto sobre el manejo de los fondos de la institución (una parte de los cuales se apropia directamente) como sobre el saber que se produce en la misma –ya que también son ellxs quienes gobiernan al interior de las aulas. Por el otro, le sirve al gobierno nacional (en este caso, el de Macri) para aplicar sus proyectos en la universidad y adaptarla así a los intereses del capital, mediante la negociación con quienes la gobiernan en su interior. El ajuste suele venir con la posibilidad de nuevos negocios para la camarilla dirigente, como suele ser la “generación de recursos propios” (o sea, privatizaciones parciales y encubiertas): multiplicación de posgrados pagos, alquiler de espacios físicos de las facultades para negocios privados, prestación directa de servicios pagos (como el CUI, donde se enseñan idiomas), e incluso financiación directa de multinacionales a cambio de modificaciones en los planes de estudio. El objetivo último continúa siendo el arancelamiento.
Gracias a esta alianza, el Estado central ahorra dinero y simultáneamente amplia la influencia directa del imperialismo en la formación de intelectuales, mientras lxs profesorxs mantienen su poder al interior de la institución. Lxs perjudicadxs somos lxs estudiantes, docentes y no docentes que quedan excluidxs de esta rosca, pero también la clase trabajadora y el pueblo, ya que la universidad se aleja crecientemente de sus intereses. Estratégicamente, terminar con los claustros, construyendo en su lugar un genuino poder estudiantil (tanto en su gobierno como en las aulas), es la única manera de construir una verdadera Universidad de lxs trabajadorxs. De esta manera, la lucha contra el capitalismo se traduce al interior de la universidad como la lucha de lxs estudiantes (aliadxs con una parte de lxs docentes) contra el claustro profesoral, apostando a la transformación simultánea de la Universidad y la sociedad toda.
La coyuntura actual: ¿qué hacer?
Habiendo hecho este recorrido, el conflicto de cs. antropológicas aparece en toda su importancia, porque logró apuntar al núcleo del problema en nuestra Universidad: su estructura antidemocrática, que garantiza un poder de casta. Si bien no puede hablarse de un triunfo, ya que lxs estudiantes no logramos impedir la elección ni constituir la asamblea interclaustros, la iniciativa tiene el mérito de volver a instalar este debate central, a la vez que permite una importante acumulación de fuerzas para encarar nuestras próximas tareas. Hay que consolidar esta experiencia y seguir avanzando lo más rápidamente posible. Asoma, como posible balance, una conclusión importante: la salida institucional no es una opción, sólo organizándonos democráticamente, en asamblea y luchando conseguiremos transformar nuestras carreras y el co-gobierno universitario.
No es una cuestión menor: este año el macrismo se propone una nueva ofensiva contra la educación superior, en línea con su política general de ajuste. El presupuesto votado en el parlamento incluye un recorte en las áreas de educación e investigación científica, y el gobierno ya ha demostrado sus planes con los despidos en el CONICET (que incluyen una reducción de lxs ingresantes a la mitad) y con el ataque que está intentando implementar en estos días contra docentes iniciales, primarixs y secundarixs. El próximo paso es una reducción del presupuesto universitario, política que el año pasado avalaron las autoridades con su voto en el consejo superior de la UBA, de la mano de una oferta de aumento salarial muy por debajo de la inflación en las paritarias universitarias.
Desde el MST – Nueva Izquierda en la Izquierda al Frente por el Socialismo sostenemos que es urgente empezar a organizarnos para enfrentar este ataque. Es imprescindible empezar una campaña en todas las facultades generando asambleas y otras formas de coordinación para impulsar colectivamente acciones que respondan tanto a nuestros problemas cotidianos e inmediatos como frente a las políticas del gobierno nacional en las que se originan, articulando con lxs docentes en lucha y avanzando en la democratización de la Universidad. Proponemos también un encuentro federal que permita unir las luchas de las distintas universidades con las de lxs investigadorxs científicxs. La unidad con la clase obrera y sus luchas es, por último, una tarea indispensable: su fuerza es nuestra fuerza, su victoria será la nuestra.
¡Exigimos más horarios de cursada, cubriendo los tres turnos! ¡Becas integrales y menú estudiantil! ¡Vamos por el boleto educativo! ¡Apertura de seminarios y cátedras paralelas! ¡Reforma de los planes de estudio acorde a lxs intereses de lxs estudiantes y con perspectiva de género! ¡No a la CONEAU! ¡Adecuación de las rentas docentes a sus cargos y fin de lxs trabajadorxs ad honorem! ¡40% de aumento para lxs docentes y no docentes! ¡No al ajuste presupuestario! ¡Defendamos la educación pública! ¡Democratización de la Universidad! ¡Por una producción científica al servicio de la transformación social! ¡Por una Universidad de lxs trabajadorxs!
Patrick Crowe