30M: Otra vez miles en la calle. Ahora, preparar el paro activo
Otra vez la plaza llena. Una nueva postal que se agrega al escenario de conflictividad creciente que recorre el país y que se encamina a un paro nacional. La movilización del 30M convocada por ambas CTA, reflejó la continuidad de la lucha docente en confluencia con los demás conflictos estatales. Hubo paro, además de CTERA, en diversos gremios estatales como los docentes universitarios, CICOP y judiciales. También se movilizaron contingentes organizados de gremios privados y algunos sectores de la corriente federal y disidentes de la CGT. La noche anterior nuevamente en diferentes municipios hubo marchas de antorchas de docentes acompañados por la población. Por la mañana del 30 un combativo acto frente a la Casa de la provincia de Ba As de judiciales y CICOP para no dejar afuera de los reclamos a la gobernadora Vidal.
La marcha expresó una vez más la bronca contra el gobierno que acusó recibo saliendo a negar la realidad de esta masividad. Varios plumíferos y comunicadores, sin dudas mercenarios del poder, además de minimizar la movida y ningunear a la izquierda, pretendieron estimular la polarización con el kirchnerismo, para tratar de recomponer la imagen de un gobierno que no puede disimular las secuelas de una lucha que lo está jaqueando. Más allá de la presencia de algunas agrupaciones K y de algún discurso como el de Gutiérrez de la UOM que reflejó más las demandas de un sector patronal y no tuvo nada que ver con los correctos puntos
programáticos convocantes (salario, paritarias, flexibilización, despidos, criminalización, entre otros), fue una gran demostración de trabajadores contra el gobierno y el ajuste y que tuvo como componente también al sindicalismo combativo y la izquierda. Nuestra corriente sindical fue parte de la marcha organizada desde los sindicatos y nuestro partido, el MST Nueva Izquierda, con Vilma Ripoll y Alejandro Bodart, participó con una nutrida columna.
Hacer activo el paro del 6
El 6/4, día del paro nacional, se va a cumplir un mes donde los trabajadores ganamos las calles con movilizaciones seriales y masivas, casi un plan de lucha impuesto desde abajo, con desborde a los dirigentes. Un nivel de ascenso obrero que en cantidad y calidad hace años no se producía y tiene que ver con un amplio rechazo a la política de ajuste de Macri. Este ha salido a disputar para tratar de recuperar terreno y a intentar mellar el fuerte ascenso obrero. Aunque amenaza con desalojar las calles y se lo reclama el sector más recalcitrante de su base social, la masividad de la protesta coloca una relación de fuerzas que se lo impide. Apela a desprestigiar y a judicializar la pelea y al rol de aquellos dirigentes sindicales que intentan regular las medidas y evitar su profundización al servicio de la gobernabilidad. Asimismo cuentan con una ayudita de sus amigos de la oposición: Massa/Stolbizer y el PJ guardan silencio frente a la huelga docente y demás reclamos.
El 30 se volvió a escuchar la demanda de hacer activo el paro del 6 y darle continuidad que incluso fue mencionado por los oradores de CTA llamando a un plan de acción luego del 6, aunque sin fecha.
Pero lo que está claro es que la CGT está trabajando para minimizarla medida, imprimirle un carácter pasivo, dominguero, no levantar un programa claro que responda a los reclamos urgentes y de fondo de los trabajadores y que no haya ninguna continuidad.
Desde nuestra corriente venimos llamando a hacer activo el paro del 6 y a trabajar para que sea un parazo pese a la burocracia de la CGT. Llamamos a levantar un programa de emergencia obrero y popular, prepararlo desde abajo y darle continuidad con un plan de lucha. Varios sectores han anunciado acciones con cortes a accesos de la ciudad y acciones en las rutas y calles de todo el país. Desde gremios de CTA, CICOP, la izquierda y el sindicalismo combativo se están programando acciones y nosotros somos parte de las mismas. Hay que realizar asambleas, plenarios y reuniones para discutir el paro y preparar las acciones de ese día. Y para que no termine siendo una medida de descompresión, sino que signifique un fuerte golpe al gobierno y su ajuste y una clara señal para los dirigentes que transan y no quieren desarrollar la lucha como se necesita para derrotar el ajuste.
Guillermo Pacagnini