Brasil: Huelga General contra las reformas anti obreras de Temer
Mañana 28 de abril una importante huelga general de la clase trabajadora brasilera, convocada por la CUT y Fuerza Sindical, le saldrá al cruce al brutal plan de ajuste y reformas contra los trabajadores del gobierno de Michel Temer. En el medio de una grave crisis económica y política, que puede terminar con la destitución del presidente, la burguesía brasilera intenta terminar con conquistas históricas de los trabajadores. La huelga general promete ser un fuerte golpe a sus nefastos planes.
El paro en ciernes ya tuvo un primer “ensayo general”, la enorme movilización que involucró a casi un millón de trabajadores brasileros, distribuidos en manifestaciones masivas en grandes ciudades, que el 15M enfrentó un proyecto de reforma previsional que pretende elevar a los 65 años la edad jubilatoria de los trabajadores de ambos sexos (actualmente es de 60 años para los varones y de 55 para las mujeres). Y exige 49 años de aportes para lograr una jubilación completa.
En un país cuya desocupación ya llega al récord de 13,2 %, con la remanida excusa de aumentar la demanda laboral, la sed de ganancia de los empresarios brasileros pretende flexibilizar al máximo el costo de la mano de obra. Ya aprobaron una la ley de “externalización” laboral hace un mes, que permite “tercerizar” los trabajos considerados propios del funcionamiento de cada empresa y de esta manera contratar a trabajadores con bajos salarios y pocos derechos.
En el día de ayer, la Cámara de Diputados le dio media sanción a un proyecto de reforma laboral por el cual los convenios entre la patronal y los empleados tendrán más fuerza que la ley de trabajo. En esos convenios se podrá pactar la extensión y alteración de la jornada laboral (sin pagar extras), la división de las vacaciones hasta en tres partes durante el año, la reglamentación del trabajo domiciliario y la posibilidad de que las embarazadas trabajen en sitios insalubres. Como en la anterior ley de externalización, con esta reforma los aportes y afiliación sindical dejarán de ser obligatorios para pasar a ser optativos.
En un artículo publicado este 26/04 por Vinicius Torres Freire en Fohla de San Pablo, bajo el título “La huelga, más allá de la izquierda”, la periodista señala que “…Sea cual sea el tamaño de la huelga, es casi seguro que la protesta se extienda por el malestar con las reformas a casi todos los rincones del país…”.
Como en las jornadas del 15M los dos millones de docentes primarios y secundarios estarán a la cabeza de la protesta, a los cuales habrá que sumar 400.000 profesores de la enseñanza superior. Hasta las escuelas privadas de Río de Janeiro, San Pablo y Fortaleza, se plegarán. Pararán también los metalúrgicos, los choferes, los trabajadores del Metro, los bancarios, los químicos, los del área de la salud, empleados municipales, entre otros. Hasta distintos sectores de la Iglesia Católica, cuya Conferencia Episcopal crítico duramente las reformas, se han manifestado a favor del paro general.
Los trabajadores arrancaron el paro a las viejas direcciones sindicales
El comunicado del secretariado del MES PSOL, luego de las acciones del 15M, para explicar porque la bronca y luchas contra el desprestigiado gobierno de Temer, aún no habían cristalizado en un paro general y acciones que terminaran por derrotarlo, explicaba que: “los sectores mayoritarios del movimiento sindical actúan de forma hesitante, sin converger en una acción unificada capaz de dar sentido común a la resistencia. Ni la Força Sindical, que tiene en su dirección a Paulinho, artífice del juicio político de Dilma, ni la CUT quieren realmente parar el país. Actúan para atenuar la ofensiva brutal contra los trabajadores…”
Pero eso no se puede explicar la magnitud de huelga que se prepara en Brasil si no es por el desborde a estas mediaciones que las acciones del movimiento de masas vienen realizando y que terminan por cuestionar al gobierno con el “Fora Temer”. Acciones que tuvieron jalones muy importantes en el masivo acto del 8 de marzo del movimiento de mujeres y en el 15M, que marcó el ingreso de la clase trabajadora al centro de la escena.
Los dirigentes sindicales, en el video que lanzó la CUT, llaman que en la «huelga general el 28 de abril es día de quedarse en casa». Como están señalando y militando los compañeros del MES, al contrario, la izquierda y el activismo tiene que garantizar los piquetes y el paro activo, para derrotar las reformas de Temer.
Una huelga general en medio de una crisis terminal
Las consecuencias del Lava Jato, tienen a Temer y a todo el régimen político en terapia intensiva. Y pese a que quisieran cortar de cuajo el desangre que las imputaciones por corrupción y coimas producen a todo el espectro de los partidos tradicionales, ahora depende del Tribunal Electoral dictaminar si el gobierno de Temer es legítimo, dado las denuncias de millonarios aportes ilegales a la formula Rousseff-Temer. Si pese a las presiones en contra, el Tribunal dictaminara en contra, Temer debería abandonar de inmediato el gobierno.
“En este contexto, la última encuesta de Ipsos, publicada ayer por el diario Valor Económico, señaló que para el 87% de los brasileños la imagen del presidente es «mala o pésima» y apenas un 4% considera que su gestión es ‘buena o muy buena’” (La Nación 27/04/2017)
Con un régimen deshilachado, la burguesía brasilera ha debido tensar la cuerda y aprobar reformas que llevarían a los trabajadores al borde del trabajo esclavo. Lo hacen confiados en la falta de una alternativa política para las amplias masas brasileras y la colaboración de los burócratas sindicales. La dirección de Lula y el PT no tienen ninguna intención de empujar la lucha hasta el final, sino de utilizar el repudio a Temer al servicio de la campaña electoral de Lula. Pero la reacción y el desborde del movimiento de masas están complicando estos planes, tensando cada vez más los enfrentamientos entre las clases.
En esa pelea se está abriendo una extraordinaria oportunidad para la izquierda brasilera para pelear por una nueva dirección sindical que la lucha de los trabajadores necesita y pegado a esas luchas construir una alternativa política anti capitalista que se plante como salida ante importantes sectores del movimiento de masas de Brasil.
Gustavo Giménez