Iglesia, Corte, Macri… Impunidad: Política de Estado

La Corte Suprema de (in) Justicia decretó en fallo dividido, la aplicación del beneficio del 2 x 1 para el represor Luis Muiña y abrió la puerta para que más de 750 genocidas queden en libertad.

Muiña (der.) junto a Bignone en el juicio

La Iglesia Católica, plagada de colaboradores de la dictadura, realizó un día antes un llamado a la “reconciliación”. Si le sumamos a esto las declaraciones y funcionarios de distintos rangos del gobierno que niegan el genocidio y hablan del “curro de los derechos humanos” nos encontramos ante una política de Estado al servicio de la impunidad.

Pero no es una política al servicio del pasado, sino de los intereses presentes y futuros de la clase gobernante y las instituciones represivas que necesitan para garantizarla.

No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos

La dictadura genocida provocó en nuestro país una masacre, no solo exterminando a una generación entera de luchadores y luchadoras, sino en la cultura, en las ideas de millones que aceptaron la tesis propuesta por los genocidas y sus cómplices de que estaba justificada esa desaparición porque “algo habrán hecho”.

Conferencia Episcopal Argentina

La revolución democrática que barrió esa dictadura, contrarrestó en gran medida ese concepto desplegado a sangre y fuego durante años y la gran mayoría de nuestro pueblo rechaza, no solo la idea de la represión, sino que identifica a todas las fuerzas de seguridad como instituciones poco “confiables”. Al igual que a través de los años lo fue haciendo con otras como la justicia o los viejos partidos.

Es por esta conciencia anti represiva y democrática de nuestro pueblo que desde el momento mismo de caída la dictadura los sectores de poder desplegaron con fuerza la campaña por la “reconciliación” que no es más ni menos que el resultado de la teoría de los dos demonios. Es decir, hubo un “enfrentamiento”, una “guerra sucia” o un “hecho terrible” (como dice Macri) y entonces para que quede en el pasado y el país salga adelante sin rencores es necesario que las dos partes se reconcilien.

Esta explicación intencionada y al servicio de la recomposición de un régimen político surgido de un proceso de movilización popular y por lo tanto con una debilidad de origen, estructural, pretende ocultar que hubo un plan sistemático de exterminio al servicio de imponer un plan económico que beneficiaba abiertamente a un sector minoritario de la población. Que se utilizó toda la fuerza del Estado con ese objetivo y que por lo tanto no hay reconciliación posible, lo que tiene que haber es justicia, esclarecimiento de los responsables militares y civiles de la dictadura y desmantelamiento de  ese plan económico que hoy retorna pero con un velo “democrático”.

Lo que se impone por parte de la Iglesia no es pedir reconciliación sino exponer a la luz pública su participación en la dictadura, denunciar a todos los curas, obispos y demás “cuadros” religiosos que colaboraron con los asesinos entregando a fieles, señalando compañeros y construyendo la pantalla de que en el país no pasaba nada, mientras los grupos de tareas como el de Luis Muñi asesinaban trabajadores.

Injusticia Suprema

El grupo de tareas que comandaba Luis Muñi, recientemente beneficiario de 2 x 1 en su condena y que podría salir en libertad en las próximas horas, se encargó de torturas, asesinar y ,en el mejor de los casos, señalar para su despido a decenas de trabajadores y trabajadoras del Hospital Posadas, en el Oeste del Conurbano bonaerense.

La corte suprema, explica en su fallo, entiende que “todos los presos son iguales” y por lo tanto le corresponden los mismos beneficios, no importan si asaltaron un almacén o torturaron y asesinaron al servicio del Estado para garantizar la imposición de un plan de hambre para millones de argentinos.

Corte Suprema

El fallo de la Corte, abre además la posibilidad de que 750 represores puedan recuperar su libertad, solicitando que se les contemple este beneficio. Es decir, es un indulto encubierto a cientos de los cuadros que dirigieron la desaparición forzada de personas, las torturas y los asesinatos. No se trata, como pretenden hacernos creer los medios y el gobierno, de viejitos indefensos, sino de los dirigentes de un genocidio, los formadores de instituciones pensadas y diseñadas al servicio de la represión interna e ideológica. Se trata de sectores con profundas ligazones con los cuadros dirigentes actuales de las fuerzas armadas, muchos de ellos son sus discípulos.

La resolución de la corte, con su “nueva mayoría”, impulsada por el macrismo y sus socios de Cambiemos, es una garantía de impunidad para el presente, es un mensaje que pretende fortalecer a los dirigentes actuales de los aparatos represivos, mostrándoles que para la “justicia” los que masacran en nombre del Estado, abusan de su poder y reprimen al pueblo trabajador son tratados con el mismo “rigor” que un ladrón de zapatillas, quien la mayor parte de las veces es víctima doble de los mencionados genocidas.

El relato de la impunidad

Macri, socio estructural de la dictadura y beneficiario de sus políticas, construye desde su gobierno un relato que persigue un doble objetivo. Por un lado frenar el avance de las causas y juicios contra los genocidas y sus cómplices, que empiezan a superar el terreno militar para investigar y exponer el papel de los cómplices civiles, instigadores y sostenedores del régimen sangriento de los 70. Es indudable que entre esos socios civiles se encuentra su propia familia y la mayor parte de la clase burguesa “nacional”. Para dar solo algún ejemplo, la familia Macri tenía 7 empresas cuando comenzó la dictadura y 47 cuando terminó la misma y el propio Estado de la mano de Domingo Cavallo estatizó 176 millones de dólares del grupo, transfiriéndolos a todos y todas las argentinas.

Por otra parte, es evidente que el plan económico del gobierno es resistido por sectores cada vez más amplios de la población, esto se evidenció en los masivos reclamos observados en todo el primer trimestre del año y las luchas no se detienen a pesar del “frenazo” de los dirigentes. Para aplicar su protocolo antipiquetes y doblegar las manifestaciones por la fuerza necesita instituciones represivas sólidas y dispuestas, conscientes de que el Estado las va a proteger si la represión se desarrolla a una escala superior. Pero no solo se trata de un mensaje interno a las fuerzas de seguridad, el gobierno también pretende disputar la conciencia de millones, confundir con la idea de los “viejitos indefensos”, del “servicio a la patria”, de la necesidad de “impedir los intentos desestabilizadores al gobierno” y otros argumentos mentirosos.

El gobierno, la iglesia, la justicia están desarrollando una verdadera política de Estado que pretende desmontar una conquista histórica de nuestro pueblo como es la conciencia democrática, el rechazo a la represión, la capacidad de haber juzgado y encarcelado a los responsables del genocidio.

Pretenden desmontar esa para desmontar otras como los derechos laborales, la capacidad de reacción y lucha del movimiento obrero, la fuerza del movimiento de mujeres, la juventud, etc.

Como a los nazis es va a pasar

Como se desprende de lo anterior, hay una pelea abierta en muchos frentes, pero es importante identificar este hecho, no se trata de un gobierno todo poderoso sino de una pelea abierta en la que los trabajadores y el pueblo hemos dado sobradas muestras de nuestra fortaleza.

La pelea es en el terreno económico enfrentando el plan de ajuste y entrega del gobierno, pariente cercano del plan que impulsaron los milicos. La pelea es en el terreno de la memoria y la justicia, exponiendo el rol genocida de los militares y sus cómplices civiles, el carácter sistemático del golpe y la necesidad de que todos sean juzgados y se pudran en la cárcel común, sin ningún beneficio ni reducción de condena. La pelea es, también, en el plano ideológico y político, porque no podemos permitir que quieran volver hacia atrás, reflotando la idea de que lo que pasó en la dictadura se trató de una suma de errores o algunos excesos de un puñado de locos. Tenemos que redoblar la explicación del rol que juegan las fuerzas armadas en el marco de la democracia para ricos en la que vivimos, como cumplen el papel de represores de las luchas obreras, de las mujeres y de la juventud. Como acosas a los pibes en los barrios para que roben a su servicio. Como integran las redes de trata, narcotráfico y tráfico de armas. Es decir como ser verdaderos nichos de impunidad y violencia al servicio de la clase dominante y por lo tanto tienen que ser desmontadas para aplicar un nuevo concepto de seguridad en el marco de un nuevo modelo de país.

Acto en el Hospital Posadas contra el 2×1

Por supuesto tenemos propuestas para impulsar esos cambios de fondo, lejos del 2 x 1 de la Corte o la reconciliación de la iglesia, impulsamos la apertura de todos los archivos de la dictadura, militares, civiles y de la iglesia, exponer a todos los involucrados y que obtengan el castigo que merecen. Proponemos también una profunda depuración de todas las fuerzas armadas, separando y juzgando a los involucrados en violaciones a los derechos, casos de gatillo fácil y delitos comunes. Proponemos la elección directa de comisarios y jueces y el control social de las instituciones que representan. Proponemos la conformación de comisiones independientes que sigan estos procesos para garantizar transparencia y eficacia en llevarlos adelante.

En fin, proponemos una pelea contra el conjunto de un régimen político que desde su debilidad, refuerza sus características más antidemocráticas con el objetivo de sostener el control, contamos para esto con la enorme tradición de lucha de nuestro pueblo y la irreverencia que nos permite gritar una vez más y cada vez que sea necesario “como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.

 

Martin Carcione

 

Los trabajadores colmaron el hall central del Hospital Posadas repudiando el fallo