¿Cómo derrotar la política anti-educativa de Cambiemos y sus aliados?
Todxs los que nos ubicamos en el campo político de la defensa de la educación pública vamos a coincidir en caracterizar la orientación PRO. La hoja de ruta del gobierno nacional está clara desde el principio: normalizar el capitalismo en Argentina sobre la base de ajustar salarios a la baja y en el plano social, transformar cada derecho social en una oportunidad de negocio privado.
En ese cuadro, el ataque a la universidad pública tuvo una primera manifestación en 2016 con un intento de recorte presupuestario que logramos derrotar con un potente movimiento educativo que lo impidió, pese a las limitaciones que todas las conducciones docentes y estudiantiles mostraron, cerrando apuradamente el proceso.
Vino en la segunda mitad de ese año, una ofensiva sobre el CONICET, que otra vez expresó una lucha desde las bases muy fuerte, y una conducción que se apresuró a firmar -no sin críticas de sectores importantes del propio movimiento- un acuerdo que le concedía parte de lo que el PRO-Barañao querían, a saber: avanzar en legalizar el recorte de ingresos anuales al CONICET
Así, las primeras pruebas de confrontación entre la universidad pública, docentes del sector y CONICET contra la orientación privatista PRO, mostraron la tónica de una etapa: movimientos que por la base desenvuelven una enorme energía, y conducciones que limitan o entregan esa fuerza en negociaciones a la retranca. Así, arrancó el 2017 con la paritaria docente universitaria.
La estrategia de unificar la defensa de la universidad y el sistema científico, ausente
Lo planteamos en cada instancia donde nos tocó intervenir: el macrismo tiene un plan global capitalista de reconvertir la universidad y el sistema científico. En la primera, retomar la agenda de multiplicar el ingreso de las corporaciones en la vida de la educación pública. También seguir devaluando los títulos de grado, transferir más contenidos a posgrados pagos y negocios de esa naturaleza. En el CONICET, lo dicho: ponerlo al servicio del modelo agro-minero exportador, de carácter capitalista-extractivo.
Por lo tanto, las variables del salario docente, la violencia sobre el Convenio Colectivo -en especial en la UBA a lxs docentes del CBC-, el vaciamiento presupuestario o las maniobras en CONICET, son una única orientación global. Por lo tanto, ameritaba desde el principio, una respuesta global construida de conjunto en instancias interclaustros de coordinación por abajo, tal como lo propusimos en asambleas de base de la UBA, en Congresos de CONADU (H) y en plenarios nacionales de trabajadorxs de CyT. Nunca se hizo de forma consecuente.
En el movimiento estudiantil, la conducción de FUBA compartida entre PO y Patria Grande, convocó tarde a un testimonial y vacío congreso que resolvió medidas que el conjunto del estudiantado ni conoce. La rosca y disputa electoralista por arriba de unos y otros embarra la cancha. En la docencia y el CONICET, tampoco se tendieron puentes de unidad en la acción con otras federaciones -en docentes-, ni se desplegó el potencial del movimiento de CyT. Así llegamos a la marcha del próximo 16 de mayo. Sin preparación ni el impulso necesarios.
Una vez más: por un Encuentro Federal en Defensa de la Universidad Público y el Sistema Científico Estatal
Por todo lo anterior, volvemos a plantear una salida política y organizativa clave: hace falta una instancia de coordinación que discuta, resuelva y planifique de abajo/arriba un plan de acción para avanzar en el conjunto de demandas pendientes -que no son pocas- en la docencia, el movimiento estudiantil y el sector de CyT.
Esto implica reorientar el movimiento, darle protagonismo a la democracia por la base y desechar las disputas superestructurales de conducciones que especulan con elecciones, ubicaciones y no con las reales necesidades de la educación pública y el CONICET: salario, respeto al CCT, presupuesto, boleto educativo, ingresos al sistema científico.
Este martes 16 de mayo, obviamente convocamos a marchar desde Congreso a Plaza de Mayo, pero no podemos dejar de plantear la necesidad de provocar un cambio rotundo en la orientación general del proceso de lucha. Y a la vez, señalar que se desaprovechó la oportunidad de responder con la contundencia del año pasado al ataque de la ceocracia gobernante.
Con Macri en el gobierno, con las complicidad de las camarillas y el CIN, con la coexistencia cómplice del PJ/FPV, hace falta una perspectiva que ubique en el centro de gravitación a los verdaderos protagonistas: la base estudiantil, la docencia y los trabajadorxs de CyT.
En ese camino, con esa orientación, militamos en todo el país.
Juventud Socialista – MST en Izquierda al Frente