Pan y Rosas defiende a un abusador
El escándalo ya cruza las fronteras. Sergio Moissen, un docente universitario del MTS mexicano, grupo hermano del PTS argentino, abusó sexualmente de una joven estudiante chilena. Y lo defiende no sólo su grupo político sino también Pan y Rosas, la colateral feminista del PTS, que con ese mismo nombre actúa en México y otros países.
Los hechos ocurrieron en marzo pero salen a luz ahora porque, a raíz del caso, a Moissen le rescindió el contrato la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de México. El 1º de junio, el PTS mexicano y Pan y Rosas hicieron un acto ante la UNAM para reclamar… la reincorporación del abusador.
Como información para las compañeras y compañeros lectores, éste el pronunciamiento contra Moissen firmado por nueve organizaciones feministas mexicanas, que incluye la dolorosa denuncia que la propia joven realizó contra él (ver facsímiles a continuación).
Encubrimiento
Ante el estallido del escándalo público, el PTS mexicano y Pan y Rosas tuvieron que sacar un comunicado el 30 de mayo. Allí dicen que en marzo “una comisión de compañeras se entrevistó con la denunciante”. Y dicen también que realizaron “una investigación seria y profunda, entrevistamos a Moissen y a otras mujeres que tenían una relación de amistad con la denunciante”.
¿Cuál es la conclusión de esa “investigación seria y profunda”? “No identificamos una situación de acoso o abuso sexual por parte de Sergio”. Al mismo tiempo, para tratar de atajar la ola de rechazo que se va extendiendo, ofrecen “hacer público a todo el que lo solicite el expediente y los argumentos presentados por Sergio para comprobar su inocencia”. Es decir, ofrecen mostrar… ¡la versión unilateral del abusador!
Doble moral
Cuando el año pasado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA se dio el caso del docente kirchnerista Dante Palma, que cometió abusos y violencia de género contra varias alumnas, Pan y Rosas-PTS planteaba “acompañar el pedido de la denunciante de implementar el protocolo institucional sobre violencia de género, abrir un sumario y separar preventivamente del cargo al docente mientras se realiza la investigación”. O sea la actitud feminista más elemental, que en principio considera válida la denuncia de la mujer que es víctima de acoso, abuso o cualquier otra forma de violencia sexual machista.
El PTS mexicano y Pan y Rosas no actuaron igual en este caso, donde el implicado es su militante y candidato. Al revés: en vez de exigir la separación preventiva del cargo, sólo critican su despido por “arbitrario”, “discrecional” y “sin derecho a defensa”. ¿Pero qué defensa tuvo la joven abusada? ¿O acaso no es “arbitrario” manosear a una mujer dormida o mareada? ¿Y en todo caso, por qué no plantean algún mecanismo democrático para que sean las estudiantes y docentes de la Facultad las que resuelvan sobre si merece seguir allí o no Moissen?
No; el PTS mexicano y Pan y Rosas únicamente intentaron acallar y desmienten a la joven abusada, mientras protegen incondicionalmente al abusador que integra sus filas. Una doble moral realmente vergonzosa, que toda organización feminista, y más aún toda organización que se reclama socialista revolucionaria, debería rechazar de plano.
Juntas y a la Izquierda