¿A dónde va Patria Grande?
La agrupación de Itai Hagman definió participar en la primaria del PJ-FPV en la Capital. Su conducción nacional está en desacuerdo y se profundizó la crisis interna que venían atravesando en torno a su orientación política.
Unidad Porteña se llama el frente de unidad que inscribió el PJ y el FPV en Capital para competir en las PASO. Las dos fuerzas van en una lista unificada y permiten a otros aliados presentar listas adicionales. Por ahora se han anunciado otras dos. Una se trata de la curiosa comunión del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno y el legislador porteño Gustavo Vera, unidos en su apego al Vaticano y a los cargos públicos. La otra es el final del camino de la peronización de la ex izquierda independiente de Patria Grande.
La decisión de integrar este frente desató una crisis en el seno de PG. Sucede que la regional Capital de la organización tomó esa definición unilateralmente, en contra de la voluntad mayoritaria de la dirección nacional y del último plenario nacional de delegados y delegadas que celebraron en marzo.
La Mesa Ejecutiva Nacional de PG publicó una nota en su página web despegándose de la decisión y explicando: «nuestra organización no fue capaz de construir consensos respecto de la conformación de una alianza electoral que incluye al Frente para la Victoria en la Ciudad de Buenos Aires. Después de haberlo discutido con opiniones diversas entre nuestra militancia, la posición de avanzar con esta propuesta fue mayoritaria en la regional en cuestión, y minoritaria en las instancias nacionales de Patria Grande. Esto supuso una crisis de magnitud, no sólo por la definición electoral en sí, sino por los significados que cada compañero y compañera le da a la misma, en el marco del debate estratégico en curso».
En la nota anuncian que la regional Capital hará su experiencia y que el debate lo continuarán de manera pública. La crisis es profunda por tratarse del distrito «vidriera» del país, y el centro originario de PG, que surgió de una agrupación estudiantil de la UBA. También porque enfrenta a sus dos fundadores y principales dirigentes: Itai Hagman, a la cabeza de la orientación porteña, y Martín Ogando, que sostiene la postura de la dirección nacional y quedó en minoría en su regional. Pero fundamentalmente, por la insalvable contradicción que supone ir con el PJ para una organización cuya supuesta razón de ser es la construcción de una nueva fuerza política de la izquierda popular, independiente y contraria a los aparatos de la política tradicional argentina.
Solían explicar que «apoyaban lo bueno y criticaban lo malo» del kirchnerismo. Pero en Unidad Porteña apoyan e integran el conjunto del espacio peronista sin distinción, crítica ni diferenciación. Llamaron a votar a Scioli en el balotaje porque no daba lo mismo. Pero en este frente parece que da todo igual. Tras el triunfo de Macri, se autocriticaron de no haber sido más afines al kirchnerismo y propusieron a los de Cristina un camino de unidad. Eso sí, a condición de dejar atrás «errores» como haber apostado al empresariado y la estructura del viejo PJ en lugar de a la participación popular. Pero esa condición fue olvidada.
Advertimos en ese entonces que PG, por esa vía, terminaría peronizándose, que la orientación del kirchnerismo era opuesta a la que PG proponía: afiliar al PJ y mantener su liderazgo de ese aparato como vehículo para una futura candidatura de Cristina, desafío que estarían hoy logrando. Advertimos que el PJ arrastraría a PG hacia su orientación, y no al revés, hecho que estamos hoy presenciando.
A comienzos de este año se acercaron a ese destino, con un llamado a la creación de un frente amplio antimacrista que, para ellos, tendría que encabezar Cristina. Obvio, ese frente amplio debía excluir al PJ y a los «traidores» que venían votándole las leyes a Macri. Escribieron que sería una frustración si la candidatura de Cristina «es utilizada para un mero rearmado del FPV, y para que sectores oportunistas y conservadores del PJ que han sido funcionales a las políticas neoliberales en estos quince meses revaliden sus cuotas de poder». Hoy se suman a un armado que cumplirá precisamente eso.
Plantearon que el «límite claro (del frente) sea el apoyo o complicidad con las políticas antipopulares». Pero Unidad Porteña incluye a todos los «traidores» que vienen garantizando la gobernabilidad del ajuste.
En un largo y melancólico post de Facebook, Ogando se lamenta de la definición de integrar Unidad Porteña y de la crisis abierta en su organización. Pero tiene que reconocer que el rumbo político por el que el conjunto de PG viene avanzando no podía tener otro destino.
La definición de su plenario de marzo pedía lo imposible: le exigía a Cristina que se volteara y caminara en la dirección contraria a la que venía transitando. Advertimos en ese momento que se trataba, o bien de una declaración vacía por irrealizable, o bien de una estación de paso moralmente necesaria para preparar el terreno para su integración a esa misma estructura del PJ que decían vetar. Lamentablemente estamos ante la materialización de la segunda hipótesis.
Itai Hagman y sus socios de Seamos Libres van a competir en agosto con lista propia en la interna de Unidad Porteña. Pero están discutiendo si el piso para llegar a la boleta unificada de octubre es del 15% o del 20%. Es decir: lo más probable es que la lista hegemónica del FPV y el PJ arrase y PG termine en octubre simplemente llamando a votar a esa lista. Incluso si llegaran a superar aquel piso, integrarían a Itai a una lista encabezada y dominada por el PJ y el FPV.
Patria Grande argumenta que esto es necesario para frenar a Macri. Vale preguntarse: ¿Con Cabandié, que un buen día terminó a las trompadas con militantes de la propia Cámpora que se habían movilizado a la Legislatura porteña para repudiar el acuerdo de leyes PRO-K que él acababa de sellar? ¿Con ese bloque del PJ-FPV porteño que le votó los presupuestos y la mayoría de las leyes al oficialismo durante una década, permitiendo que Macri se fortaleciera y convirtiera en presidenciable? ¿Con los mismos que rompieron el bloque del FPV en Diputados para votar el pago a los buitres y negociar la gobernabilidad del ajuste con Macri presidente? ¿Con los mismos que hicieron lo propio desde la conducción del bloque en el Senado? ¿Con el massista devenido Randazzista, Alberto Fernández? ¿Con ellos vamos a frenar al macrismo?
No. Esto es una claudicación lisa y llana.
Para los militantes de Patria Grande que se metieron en la militancia para enfrentar a las corporaciones y el imperialismo, para luchar contra la opresión y explotación, por un mundo socialista, éste es el momento para elegir otro vehículo. Para enfrentar a Macri necesitamos un amplio frente de unidad con los que luchan contra él, no con los que pactan con él. Necesitamos un movimiento de toda la izquierda política y social con un programa anticapitalista y una orientación de ruptura con las estructuras políticas tradicionales, no entregarnos a la reconstrucción de esas estructuras. El MST e Izquierda al Frente tienen sus puertas abiertas a quienes busquen avanzar en esa dirección.