Investigar la corrupción del PT y de toda la casta política. No a la condena judicial a Lula
En Brasil el juez Sergio Moro condenó a Lula, ex presidente y actual precandidato del PT a la presidencia, a 9 años de cárcel y 19 años de inhabilitación para ejercer cargos públicos por corrupción pasiva y lavado de dinero.
La condena es por la entrega de 3,7 millones de reales por la constructora OAS a Lula para arreglar una casa de campo y un departamento de lujo en Guarujá. Lula por ahora no irá preso, ya que apeló ante el Tribunal Regional Federal. El proceso puede durar hasta dos años. Mientras el tribunal no confirme la condena Lula podrá ser candidato en las presidenciales de 2018 y va primero en las encuestas.
Es la primera vez que en Brasil se condena a un ex presidente. Es consecuencia de la investigación judicial “Lava Jato” sobre una trama de corrupción, con dádivas y coimas de grandes empresas (Odebrecht, JBS, OAS y otras), que involucra a gran parte de la dirigencia política incluido el actual presidente Temer.
La profunda recesión que redujo el PBI brasilero en más de un 7% en los últimos dos años empujó a la burguesía, con Temer a la cabeza, a tratar de ajustar el régimen jubilatorio e imponer una reforma laboral precarizadora (ver pág. 5). Ante ese ataque surge una importante resistencia obrera y popular, cuyo pico fue el paro general del 28 de abril, que plantea ¡Fora Temer! Si éste sobrevive es por la complicidad del Tribunal Electoral, la Justicia, el Congreso corrupto y la burocracia sindical que impide llevar la pelea hasta el final.
Investigar y enfrentar a toda la casta política
Como señalan nuestros compañeros del MES-PSOL de Brasil en su reciente declaración, “las relaciones entre Lula y la cúpula del PT con las mega-constructoras, los bancos y las grandes empresas como la JBS…” fueron “programáticas”. A cambio de coimas, desde el gobierno se promovían negocios en el país y en el exterior, como lo muestran los sobornos de Odebrecht para obtener obra pública en toda América Latina.
Coincidimos con el MES, pero rechazamos este intento de proscripción a Lula por la vía judicial. Aunque algún juez o fiscal avance contra la corrupción, esta condena confirma que la justicia es una institución dependiente del poder político, sujeta a sus presiones y maniobras.
Por eso frente a la corrupción que cruza a todo el poder político y empresarial de Brasil la salida es formar una comisión investigadora independiente, con personalidades intachables y sin ningún vínculo con el poder, para sacar todo a luz. Aquí en la Argentina planteamos lo mismo, bajo la forma de una CONADEP de la corrupción, para investigar tanto al gobierno anterior del FPV como al actual de Cambiemos.
Mientras el grueso de la cúpula política brasilera sigue impune, empezando por el propio Temer, nos oponemos a que un candidato presidencial que tiene un fuerte respaldo entre sectores populares sea proscripto.
A la vez, damos batalla política contra Temer y toda la derecha y también contra Lula, responsable de políticas de ajuste y de haber puesto a Temer como vicepresidente junto a Dilma. Como dice el MES, “defendemos la derrota de toda la casta política, en la cual la cúpula del PT se integró y ahora defiende… Pero esta derrota debe venir de las manos de los trabajadores, que necesitan apostar a la construcción de una nueva alternativa. Al mismo tiempo, nuestro Fuera Temer exige y lucha por elecciones generales ya, para presidente y para el Congreso nacional, fortaleciendo la lucha para barrer a la casta política. Sin nuevas elecciones, además de mantenerse la casta política, las reformas neoliberales serán aprobadas por este Congreso corrupto y pro-patronal.”
Esas elecciones generales deben ser complementadas por la convocatoria a una Asamblea Constituyente, que ponga fin al viejo régimen político de corrupción y privilegios, derogue todas las leyes de ajuste y tome las medidas de fondo necesarias para reorganizar Brasil al servicio de los trabajadores y el pueblo.
Gustavo Giménez