Francia-Huelga General: 1º round contra reformas flexibilizadoras de Macron

El pasado martes 12, convocados por la CGT y la izquierda, más de 400.000 franceses salieron a la calle en las principales ciudades protestando contra la reforma laboral que Macron pretende aprobar en el parlamento el próximo viernes 22. Lo hicieron un día después que cientos de miles de catalanes protagonizaron una gran Diada por la Independencia. Vientos de cambio y fuertes choques entre las clases se avecinan en la Vieja Europa.
 
Mientras Emmanuel Macron, con la excusa de asistir a los damnificados por el paso del huracán Irma, se encontraba de visita en las Antillas francesas, tanto en la ciudad capital como en Lyon, Nantes, Toulouse y una decena de ciudades más, los trabajadores salían a la calle en protesta contra la reforma del Código del Trabajo. En Paris, en la cual se realizaron varios choques contra la policía, los organizadores calculan el número de asistentes en 60.000 personas, a los que hay que sumar el desplazamiento de cientos de camiones que bloquearon las principales vías de acceso, como producto de la adhesión a la medida de 200.000 feriantes.
Si bien la cifra de movilizados es algo menor a la que se realizó en la gran manifestación de marzo de 2016, contra la ley El Khomri y las reformas anti obreras del ex presidente del PS François Hollande, en esta oportunidad solo la CGT dirigida por Philippe Martínez con el apoyo del referente de Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon,  llamó a movilizarse. Las otras dos grandes centrales la Confederación Francesa Democrática de Trabajadores (CFCT) y Fuerza Obrera (FO) no lo hicieron, por haber negociado concesiones parciales con el gobierno previamente.
Sí se movilizaron distintos sectores de sus organizaciones de base y fundamentalmente muchos trabajadores jóvenes, sobre los que los viejos aparatos sindicales tienen poco control. El primer round contra Macron fue todo un éxito y la amplia participación de la juventud es un factor de futuros desbordes ante las traiciones de la vieja burocracia sindical.
Podían observarse entre las pancartas que portaban los manifestantes algunas consignas muy simpáticas como “Rey Macron, los flojos te expulsarán” y “¡Holgazanes de todo el mundo, uníos!” haciendo referencia a las declaraciones previas del presidente francés que calificó a los huelguistas y manifestantes de vagos  y holgazanes, con lo cual no hizo sino agravar la enorme bronca que existe contra él.
El “rey” o “emperador”, calificativos que tienen que ver con su amplia mayoría en el parlamento, producto de un anacrónico y anti democrático régimen institucional en el cual una minoría representante de alrededor del 20% de los franceses puede legislar a su antojo, y también a su forma “gerencial” para manejar los destinos del país, tiene el triste record de ser el presidente con menos apoyo en tan pocos meses de gobierno, con el 60% del país en contra.
 
Una reforma laboral que ataca derechos históricos
Con la excusa de combatir el desempleo que orilla en 10% y está por arriba de la media europea, Macron apela a la receta clásica neo liberal de flexibilizar las condiciones de trabajo de los trabajadores para impulsar “la inversión” empresaria.
Un centro de las reformas es la facilitación de los despidos cuyas indemnizaciones  dependían del juez. Ahora para los trabajadores de por lo menos 28 años de antigüedad habrá un tope de 20 sueldos de indemnización y para los de menor antigüedad no podrá superar un mes por año trabajado. En las empresas con menos de 11 trabajadores la indemnización máxima será de 2,5 veces a partir de 9 años de antigüedad. Las empresas multinacionales podrán despedir con procedimiento de crisis por razones económicas de su sede francesa, que hace la indemnización más barata, aunque la contabilidad de sus filiales en el exterior este muy floreciente.
Al aprobarse las reformas las pequeñas empresas de menos de 50 trabajadores podrán firmar convenios particulares con un delegado de los trabajadores, y estos convenios tendrán más fuerza que los convenios colectivos centrales de la actividad firmados con los sindicatos correspondientes. Con esto se favorecerá los convenios a la baja aprovechando la debilidad de las empresas con menor número de trabajadores. En las empresas con 20 o menos trabajadores sin delegado de los trabajadores, el acuerdo puede ser impuesto por una consulta hecha directamente a la plantilla laboral.
En este camino, a partir del 2020, se reduce la representación sindical en las empresas, que hoy está conformada por el comité de empresa, los delegados del personal y el comité de seguridad y condiciones de trabajo, y se lo reduce a solo dos instancias. En las pequeñas empresas sin representación sindical los acuerdos podrán realizarse con un representante ajeno a los sindicatos.
Cambia la remuneración por horas extras, baja del 25% al 10%. Y dada la posibilidad de reestructurar las horas de trabajo por fuera de los convenios colectivos se liquida de hecho la conquista de las 35 horas semanales.
La reforma, llamada la “Reforma Laboral XXL” pretende flexibilizar las conquistas laborales al máximo, permitiendo incluso el aumento de la edad jubilatoria que puede llevar la jubilación de los ferroviarios a 70 años (hoy es a los 53), tiene su contrapartida en la baja de impuestos para las patronales francesas:  ya que mientras limita al 30% la tasa impositiva a los ingresos del capital, elimina el impuesto a la riqueza sobre activos que no sean inmobiliarios, con el fin de incentivar el emprendimiento y la innovación” (Rebelión, 18/09/2017).
 Y aun así el Medef (Movimiento de Empresas de Francia) que agrupa a la gran patronal del país dice que la reforma laboral es “insuficiente”.
 
Nuevas jornadas de movilización
La CGT llamó a movilizarse nuevamente este jueves 21 de Setiembre ante la decisión de Macron de aprobar a toda costa la reforma en el parlamento el viernes 22. Para el sábado 23 Mélenchon llama también a otra movilización contra lo que ha llamado un “golpe de estado social”.
La pelea en curso es producto de las necesidades de la burguesía francesa, que en línea con las necesidades y políticas del capitalismo actual, tiene que obtener una mayor cuota de plusvalía de los trabajadores para compensar la baja en sus tasas de ganancia, que vienen comprometidas desde la crisis del 2008. Para ello tiene que demoler el “estado de bienestar”.
Utiliza para avanzar el desprestigio y confusión de las viejas formaciones políticas que, como el Partido Socialista (del cual Macron fue ministro de economía)  fue la punta de lanza de estas reformas y a una vendida burocracia sindical. 
Pero la huelga general del martes 12, así como las protestas anteriores en la presidencia de Hollande, están demostrando que la clase obrera francesa no va a permitir licuar sus conquistas sin dar pelea.
La huelga general francesa y sus centenares de miles de trabajadores en la calle, se realizó apenas un día después de la gran Diada catalana por la Independencia. Dos enormes hechos de la lucha de clases en el corazón de Europa con apenas un día de distancia.
Más allá de que Macron pueda imponer su “mayoría” parlamentaria y sancionar las reformas, tiempos de grandes choques entre las clases se avecinan en Francia. Choques en los que está surgiendo y surgirá una nueva vanguardia joven para dar la pelea hasta el final. Luchas en las que estará planteado dar una importante batalla por una nueva dirección sindical y política de los trabajadores y el pueblo francés. Esa es la oportunidad para los luchadores y revolucionarios anti capitalistas del país galo.
Gustavo Giménez