CTA: Barajar y dar de nuevo
Ante las reuniones y eventos que se anuncian en los diversos sectores en que se fragmentó la CTA, nuestra corriente sindical realiza dos planteos: a) la prioridad es convocar a la mayor unidad de acción para enfrentar las reformas reaccionarias de Macri; b) abrir un amplio debate en los trabajadores para avanzar hacia la nueva central democrática y combativa que se necesita.
La crisis de la CTA Autónoma que estalló en 2016 y luego derivó en la división en dos “centrales”, llevó a la dispersión de sectores de activistas fundamentalmente de los gremios estatales que habían sembrado expectativas y puesto sus energías militantes para relanzar una central de masas.
El sector de dirigentes nucleado fundamentalmente alrededor de la lista Verde de ATE (De Gennaro – Godoy) que produjo la ruptura a principios de este año, pasó a autodenominarse “CTA Perón” y luego de un año prácticamente sin iniciativa alguna, ahora está llamando a plenarios y “congresos”. El otro sector, del secretario general Pablo Micheli, que mantuvo la legalidad como CTA Autónoma, desarrolló algunas marchas unitarias correctas con la CTA de los Trabajadores y ambas expresiones han anunciado la voluntad de unificarse y también se están realizando plenarios en distintos puntos del país.
Pero en las filas de los trabajadores y luchadores sindicales de los gremios estatales, de salud, judiciales y docentes prima el descontento por ver a los dirigentes más preocupados por las disputas fraccionales tendientes a ver quién hegemoniza el aparato sindical que por lograr una articulación sobre bases democráticas para enfrentar el plan de Macri.
La crisis no se resuelve con sectarismo o acuerdos por arriba
Desde nuestra corriente sindical del MST vinimos planteando de manera sistemática que la CTA necesitaba un cambio de rumbo. Lo hicimos desde el 2010, en que integramos la Lista 1 en unidad de acción y manteniendo nuestra independencia como corriente, en los eventos y debates internos de la CTA Autónoma. Por eso repetidas veces propusimos la necesidad de democratizar y transformar toda la estructura de la CTA (reformulando el estatuto), de apoyar el desarrollo de las nuevas direcciones que vienen surgiendo, de disputar por un recambio en los gremios de la CGT para desarrollar la central en el sector privado y de, partiendo de la autonomía, ayudar a poner en pie también una alternativa política de los trabajadores. Lamentablemente por responsabilidad de la corriente mayoritaria en la dirección de la central (la Germán Abdala) no se realizó ninguna de estos cambios estructurales y sobrevino la nueva crisis que desembocó en otra división.
Frente a la nueva crisis y coincidiendo con las aspiraciones de muchos de los luchadores planteamos que todo intento de recurrir a viejas recetas, está destinado al fracaso y es funcional al gobierno y las patronales. Y, coincidiendo con otros sectores y algunos dirigentes, formulamos una propuesta que incluso fue votada en algunos de los sindicatos: convocar a un amplio debate en las bases, hacia un congreso que resuelva democratizar los estatutos incorporando la representación proporcional, entre otros puntos y realizar elecciones anticipadas. Lamentablemente ello no sucedió y se ahondó la crisis.
Ahora las propuestas que están en danza, no apuntan a los cambios profundos que hacen falta. El sector articulado alrededor de la Verde ATE (CTA Perón), marcha a un congreso de su propia agrupación. La CTA de Micheli y la CTA de Yasky vienen proponiendo la unidad, pero sin abrir un debate con el conjunto de los trabajadores y hacer una amplia convocatoria a todos los sectores. Los sectores de la izquierda sindical nucleados en el FIT se abstienen de este debate, cuando se podría articular un fuerte polo para pelear por un proyecto democrático y combativo de central.
Hace falta construir algo nuevo
La realidad actual del movimiento obrero necesita un rumbo distinto y otras tareas. Para apoyar, unir los conflictos y derrotar a las burocracias que están jugadas a la gobernabilidad, avanzando hacia una nueva dirección y un nuevo modelo sindical, los miles de delegados y activistas antiburocráticos que han venido marcando el ritmo de las luchas actuales necesitan de una referencia que los aglutine. Por ello, la estrategia pasa por la disputa por una nueva dirección clasista para el movimiento obrero y un nuevo modelo sindical democrático.
Necesitamos la mayor unidad en la acción con todos los sectores dispuestos a enfrentar al gobierno y derrotar sus reformas reaccionarias, como planteamos en las páginas centrales.
Pero al mismo tiempo necesitamos responder a la necesidad de poner en pie una central autónoma, democrática y para la lucha. En ese sentido creemos que no sirve repetir viejas recetas que ya fracasaron. Necesitamos abrir un profundo debate en la base de todos los gremios de las CTAs sobre qué modelo sindical se necesita y cómo avanzar a una unidad sobre bases democráticas. En este debate tienen que participar sin exclusiones todos los sectores que se referencian en las distintas vertientes de las CTAs, todos los agrupamientos antiburocráticos y de la izquierda sindical. Luego de un período de debate, acordar un congreso abierto que debata un nuevo estatuto democrático con proporcionalidad absoluta, limitación de las reelecciones, finanzas transparentes y controladas por la base y mecanismos de revocabilidad, entre otros puntos. Que resuelva un programa obrero y anticapitalista y que ponga en pie el llamamiento a un plan de lucha nacional. Desde nuestra corriente proponemos abrir con urgencia este debate. Y llamamos a todos los sectores críticos al rumbo actual, a los luchadores con los que compartimos los conflictos del estado y de la salud, a los activistas de la Multicolor y a todos los activistas estatales y privados que acuerden con dar juntos esta pelea.
Guillermo Pacagnini