Ante un ataque medieval: #BancoAVilma
Días atrás, Vilma declaró que acompañó a más de 570 mujeres que abortaron con pastillas. El viernes 13, un fiscal platense la acusó burdamente por “apología del delito”. Alcemos las voces en defensa de Vilma, del derecho al aborto y de la libertad de expresión.
Vilma ya lo explicó en varios reportajes. Durante su larga trayectoria como enfermera y dirigente política y del movimiento de mujeres, cientos de compañeras acudieron a ella para resolver la crisis que significa un embarazo no deseado. El uso del misoprostol, tal como lo hacen los profesionales del servicio de Ginecología en su propio trabajo en el Hospital Italiano, fue la alternativa recomendada. Es que la alternativa para esas compañeras es de hierro: si Vilma no les hubiera explicado cómo hacer el procedimiento con pastillas, habrían terminado en alguna abortería indigna y corriendo riesgo de muerte.
Conocedora directa de la problemática del aborto clandestino, e incluso con la trágica experiencia de una compañera de trabajo que se hizo a sí misma un aborto con agujas y murió por septicemia, Vilma es desde siempre una firme defensora del derecho básico a decidir. No defensora del aborto, como tantas veces lo ha repetido, sino del derecho a hacerlo en condiciones seguras y dignas para aquellas mujeres que así lo necesitan o así lo deciden.
“Una mujer no es una incubadora forzada”, insiste siempre Vilma, que respalda la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, y por eso junto a la legalización del aborto para no morir también exige educación sexual integral para decidir y anticonceptivos gratuitos para no abortar.
Una acusación digna de la Edad Media
Antes que el fiscal, cuando circuló lo de los 570 abortos con pastillas dos personajes nefastos salieron de inmediato a exigir el procesamiento de Vilma: la defensora de genocidas Cecilia Pando y el cavernícola diputado macrista salteño Alfredo Olmedo. Se ve que el fiscal de instrucción Marcelo Carlos Romero, a cargo de la Fiscalía N°6 de La Plata, se hizo eco de ambos.
Según Romero, Ripoll “realizó expresiones en las que se pondera la comisión de los delitos tipificados por la actual normativa penal argentina (el aborto), en el que protege nada más, ni nada menos que el Derecho a la Vida”. Para él, las expresiones de nuestra compañera Ripoll “superan con holgura la simple libertad de expresión y se internan en el plano de la ilegalidad”.
Como bien dijo Vilma: “Es el reino del revés: en realidad me acusa porque defiendo el derecho de las mujeres a no seguir muriendo por abortos clandestinos. De hecho, ‘apología del crimen’ hacen quienes sostienen la ilegalidad del aborto.”
Está claro: estamos ante una acusación retrógrada por donde se la mire, digna del Medioevo. Romero no sólo pretende acallar a Vilma Ripoll sino también, a través de ella, a todo el movimiento de mujeres que está luchando para que el Congreso apruebe la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, esa vieja deuda de la democracia con las mujeres y demás cuerpos gestantes.
Quién es Romero
El fiscal platense que ataca a Vilma tiene sus antecedentes. Primero, nadie escribe por casualidad “Derecho a la Vida” así, con mayúscula, si no es un ultracatólico militante. Efectivamente, Romero es profesor de la Universidad Católica de La Plata. Estos fervientes “pro-vida” amigos de la Iglesia son los que consideran “vida” a un feto de dos centímetros que no sobrevive fuera del útero, pero jamás hablan de las 150 mujeres que año tras año mueren por aborto clandestino.
Además, tal como él mismo se autodefine en su cuenta de Twitter, Romero es antiabolicionista y punitivista. Para decirlo más simple, es partidario de la mano dura, del endurecimiento de penas que, como ya es sabido con la experiencia de las leyes Blumberg, no resuelve nada. Por eso vive despotricando contra el jurista Eugenio Zaffaroni y todos aquellos que defienden las garantías procesales y constitucionales. Es más: cuando en marzo del año pasado el dirigente piquetero Emilio Pérsico anunció que harían cortes de ruta la semana siguiente, este fiscal también lo acusó por “apología del delito”. O sea, lo acusó no por cortar, sino por el mero anuncio. Romero es el mismo que asimismo persiguió al juez Luis Federico Arias por su correcto fallo en favor de las víctimas de las inundaciones en La Plata.
Defendamos a Vilma
Apenas trascendió la noticia de la acusación a Vilma, de inmediato comenzaron las expresiones de solidaridad con ella de un amplio arco de personalidades y sectores. Desde los periodistas Jorge Rial, Silvina Márquez, Ernesto Tenembaum, Estefanía Pozzo, Herman Schiller y Bruno Bimbi hasta la abogada de género Raquel Hermida Leyenda. Desde el reconocido ginecólogo Mario Sebastiani hasta Lorena Martins y Esteban Paulón, vicepresidente de la Federación Argentina LGBT. Desde la cineasta Fremdina Bianco y la politóloga Flor Freijo hasta el Frente Popular Darío Santillán. Y siguen llegando…
Desde el MST y nuestras agrupaciones Juntas y a la Izquierda y Libre Diversidad esperamos que la justicia platense rechace de plano la presentación arbitraria y antidemocrática del fiscal Romero. Entretanto, continuamos la campaña #BancoAVilma a través de las redes, petitorios y pronunciamientos y, por supuesto, seguimos en la pelea por conquistar el aborto legal.
Pablo Vasco