Sectarismo y marginalidad política del Nuevo MAS
El Nuevo Mas ha publicado un artículo contra nuestro partido, titulado: ¿A dónde va el MST? Donde plantea que “nos parecen sumamente graves los últimos posicionamientos que viene asumiendo el MST”. Que haya debate no es ningún problema, de hecho, es lo más lógico dentro de la izquierda, ya que siempre hay distintas miradas y propuestas. Lo insólito en este caso, es el grado de marginalidad política, sectarismo y planteos delirantes que tiene dicho artículo, que no consideramos un texto individual sino el reflejo de la política muy equivocada de su dirección que, entre cosas afines a un método pequeñoburgués, pretende ocultarle incluso a su propia militancia, la realidad de su notoria debilidad de fuerzas, de su desarme político y teórico y de su anclaje en la marginalidad política, de la cual parecen no querer moverse.
Una situación en alza opuesta a los muy equivocados análisis del Nuevo Mas
Estamos en un momento muy importante del país, atravesando cambios políticos profundos y con la llegada del FMI como hecho central que jerarquiza las tareas antiimperialistas en todo país semicolonial. Vivimos la mayor crisis del gobierno y una perspectiva abierta a mayores turbulencias. Y la necesidad de la gran burguesía de que el acuerdo de Macri y el FMI pase con el apoyo del PJ mediante un gran acuerdo nacional.
Se viene un mayor ascenso y confrontación social en medio de una mayor debilidad del gobierno, situación que en nada tiene que ver con los muy equivocados análisis del Nuevo Mas que viene sosteniendo unilateralmente un giro a la derecha y un “planchazo” en la situación, justo cuando más se mueve todo. Este desarme ya se notó claramente el 1° de Mayo, cuando en su discurso sobre el tema, el Nuevo Mas no pudo explicar, enredándose en la peor confusión, en que supuesto momento derechista y aquietado estaríamos, cuando a Macri se le empezó a mover toda la estantería.
Anticapitalismo y antiimperialismo en la izquierda
En medio de semejante situación y cambio en curso, la primera cuestión es que la izquierda y los revolucionarios tomemos nota de la magnitud de la crisis y definamos como intervenir, partiendo de tomar en cuenta esos cambios y perspectivas. El Nuevo Mas, con un delirio sectario que no es nuevo, se altera porque escribimos un artículo titulado “Ante una nueva situación, nuevos desafíos” convocando a tomar las calles unitariamente contra el acuerdo FMI-Macri y a construir una gran alternativa de la izquierda anticapitalista, antiimperialista y de los sectores populares. Esta propuesta, que hemos hecho reiteradas veces, lógicamente toma más importancia ante la crisis del país y un régimen político que hará perder por completo la soberanía e independencia nacional y quiere llevar al movimiento de masas a optar entre Macri o el PJ. Toda la tradición política del marxismo plantea, teóricamente y mediante ejemplos históricos prácticos, la necesidad de combinar tareas anticapitalistas y antiimperialistas cuando la realidad más lo requiere. Y es el método de la clase obrera, el de buscar la mayor unidad, en defensa de sus derechos.
Frente a esta nueva situación, hay que levantar una política revolucionaria, ofensiva y de disputa y enfrentamiento al FMI y su plan y a todo el régimen político que lo sustenta y tener un programa alternativo para ofrecerle a los trabajadores, las mujeres y la juventud. No hacerlo es el mayor favor que le podríamos hacer a las fuerzas principales del sistema capitalista argentino. Quien se niega a hacerlo, como el Mas, por más que lo quiera disfrazar con frases izquierdistas, le hace el juego al régimen político. Dejando en evidencia que su dirección no logra comprender ni mínimamente estas tareas políticas imprescindibles.
Ser alternativa o ser mendigo del FIT
Ante semejante crisis y proceso en curso, el Mas se contenta con decir que se puede hablar “solo con el FIT y Zamora”. Lo cual confirma su lejanía de la realidad y su estreches de miras. Porque reduce su intervención política solo al interior del trotskismo, dejando de lado todo lo demás. Lo cual es la negación del propio Trotsky, que innumerables veces llevó adelante y educó políticamente en la necesidad de todo tipo de tácticas, de acuerdos, de frentes diversos. Lo mismo que enseño Lenin años anteriores, sobre todo en su excelente libro contra el izquierdismo. La dirección del Mas infantilmente dice “solo con el FIT” y en esa frase liquida la política revolucionaria para convertirse en un grupo seguidista del electoralismo del FIT, que además no quiere hablar con el Mas ni con nadie.
Además, está por demás de claro que el FIT tiene la mayor responsabilidad de que no surja un gran movimiento político unitario que dispute a millones conducido por la izquierda anticapitalista, porque se niega a nuestra propuesta reiterada; unir nuestros dos frentes y desde allí a convocar a otros sectores de la izquierda. Y lamentablemente se seguirá negando. Por eso decir que solo hay que hablar “con el FIT” es la peor de todas las políticas. Es la que conduce a la parálisis, al estancamiento, al propagandismo abstracto y en los hechos a ser cómplices de su sectarismo.
Una política amplia y de izquierda, frente al FMI y un brutal ajuste
Nuestro partido está muy lejos del razonamiento ultra sectario del Mas, que nos es completamente ajeno, y queremos la más amplia unidad de toda la izquierda y los sectores populares que quieran enfrentar a los partidos del régimen y esta nueva incursión imperialista del FMI en el país. Esta política levantamos y convocamos a fortalecer. Y rechazamos toda propuesta que no vaya en este sentido.
Sobre esta base y como hemos hecho en distintos momentos de la historia del país, siempre estamos abiertos a escuchar distintas posibilidades mientras proponemos las nuestras, cómo siempre ha hecho el movimiento revolucionario leninista y trotskista, que no tiene nada que ver con la ceguera política del Mas. Si los compañeros quieren quedarse encerrados en su lógica infantilista pueden hacerlo. Lógicamente no contarán con nosotros para tan equivocada política, alejada de las mejores tradiciones y experiencias de la izquierda, dónde siempre ha sido correcto, útil y válido, unir tácticamente a diversas identidades del campo de la izquierda anticapitalista, antiimperialista y del movimiento popular si eso puede abrir un curso positivo, tanto en Argentina como en diversos países del mundo.
Por otra parte, el Mas intenta hacer un debate alrededor de un nuevo frente que se está constituyendo. Debería bajar su nerviosismo y comenzar por ver que el MST no es parte de ese frente, en vez de hacer hoy debates irreales. Va a haber estos meses muchos movimientos políticos, el de este frente que está surgiendo y el de otros sectores que puedan también generar otras opciones. De cada uno habrá que ir viendo su política, sus propuestas y ver que política tener ante ellos. Los iremos evaluando y opinando sobre los mismos. Pero no hace falta la sobreactuación sectaria del artículo del Mas, que solo conduce a discutir falsedades, a taparse los ojos como un niño asustado y a negarse a actuar con propuestas de izquierda, sobre las organizaciones reales que existen en el país y sobre la crisis y fragmentación del peronismo, que puede generar diversos movimientos a futuro.
Brasil y Argentina
Por otra parte, el Mas no resiste este debate más allá de nuestra frontera. En Brasil, al igual que nosotros, apoya al PSOL, un agrupamiento amplio de diversos sectores populares y de izquierda, que además tiene ahora un candidato a presidente muy apegado al lulismo. ¿Por qué en Brasil apoya una unidad amplia y en Argentina la rechaza? ¿Por qué apoya al PSOL, cuya dirección mayoritaria es más cercana al reformismo que al anticapitalismo? En política, hay que ser coherentes y no saltar de manera oportunista de país en país. Para nosotros sí es correcto apoyar al PSOL aún con sus contradicciones porque todavía enfrenta a los partidos del régimen brasilero, y sí es correcto intentar que surja un proceso similar en nuestro país, porque sería muy útil para disputar la conciencia de millones y dentro de un movimiento así, las corrientes anticapitalistas y socialistas daríamos las peleas políticas que haya que dar. Y cuando suceden grandes cambios políticos como ahora en Argentina, es cuando hay más posibilidades de que pueda suceder. Y la política correcta es intervenir e incentivar ese proceso y no rechazarlo con frases preadolescentes.
De la crisis del viejo MAS a un sectarismo más profundo
En su artículo, el Nuevo Mas también intenta darnos lecciones sobre las conclusiones de la crisis del viejo MAS de los 80 y plantea que tenemos “enredo e incomprensión con esa grave crisis, de la confusión creada por frentes como Izquierda Unida, que terminó dejando por el camino el criterio de clase de los acuerdos”. Parece que no han notado que el sector de esa crisis de la cual ellos provienen es el que más ayudó, con un fuerte escepticismo y burocratismo, a liquidar esa enorme experiencia y después se siguió subdividiendo hasta llegar al Nuevo Mas actual, que es una muy pequeña organización. No vemos con qué autoridad política pretenden aleccionarnos de toda esa experiencia.
Como todo sector que sale de una crisis derrotado y confundido, el Nuevo Mas se equivoca en las principales conclusiones. Por ejemplo, cree que Izquierda Unida y todas las tácticas políticas para llegar a amplias franjas y a la base obrera del peronismo fueron equivocadas, cuando en realidad fueron muy buenas políticas, que ayudaron a construir la más grande experiencia política de la izquierda revolucionaria en nuestro país. En su esquizofrenia, el MAS dice ahora que con “Zamora sí se puede hablar” ¿Y de dónde proviene Zamora como figura política? ¿En qué frente se hizo figura de izquierda reconocida y diputado nacional? ¿No fue con Izquierda Unida que se logró el primer diputado trotskista de Latinoamérica? ¿Y eso no ayudó a fortalecer una política independiente? Y el peso del trotskismo hoy ¿No tiene nada que ver con esa enorme experiencia de décadas que culminó en los 80? Deberían tratar de no hacer el ridículo con la historia de la izquierda en nuestro país.
De nuestra parte, creemos que corrigiendo lo que haga falta, porque siempre hay errores y desaciertos, reivindicar y seguir impulsando una línea política anticapitalista, socialista y amplia para postular mejor a la izquierda en el país, sigue siendo el camino correcto. De la cual Izquierda Unida en sus dos etapas, la intervención dentro del Movimiento Proyecto Sur cuando encabezaba banderas antiimperialistas, el apoyo al PSOL de Brasil y otras experiencias frentistas, son muy rescatables.
Los dilemas de Izquierda al Frente
El frente que conformamos ha sido un paso positivo, en la difícil tarea de ayudar en parte a que la izquierda sea alternativa frente a millones. Evidentemente, tiene debilidades políticas que este debate saca a la luz. Porque uno de los dos partidos (el Mas) quiere encerrarse en sí mismo, que es lo único que no hay que hacer de cara a la crisis mayor que se viene. Desde el MST vamos a seguir proponiendo ampliar la unidad a otras fuerzas, dialogar con diversos sectores, tratar de postularnos realmente desde la izquierda anticapitalista y socialista. En ese camino la realidad dirá si Izquierda al Frente supera esta prueba y este debate, y aporta a las tareas políticas que hacen falta. Esperamos que el Mas reflexione al respecto.
Por último, queremos referirnos a una muy desafortunada y cuasi cómica frase del artículo del Mas, que dice: “el MST fue arrastrado por nuestro partido a la independencia de clase”. Compañeros; su partido es una muy pequeña expresión de la izquierda, que no tiene vida política en la mayoría de las provincias del país y en otras la tiene muy débilmente, tienen casi nula estructuración obrera y ninguna representación política de peso. No tienen ninguna condición, ni por su poca fuerza ni por su política equivocada, de arrastrar ni al MST ni a nadie. Pongan los pies sobre la tierra. El MST pelea históricamente por la unidad de toda la izquierda, e hicimos Izquierda al Frente como parte de esta política. Ni más, ni menos.
Venimos de un 1° de Mayo en común, donde se demostró claramente que el MST viene creciendo y garantizó la presencia de la gran mayoría de los asistentes y los principales discursos políticos, incluyendo el cierre del acto. Tal vez todo esto les preocupe a los compañeros. Es la realidad, que no se puede tapar ni esconder. Por encima de estas cuestiones, lo fundamental es que vienen tiempos de grandes convulsiones políticas y sociales y de mayores desafíos para la izquierda. Por eso reafirmamos que, a todo el gran arco político de la izquierda y el movimiento popular, incluyendo al Nuevo Mas, los invitamos a responder unitariamente.
Sergio García