Contra el ajuste de Macri-FMI. 25J: Paro nacional
Hagamoslo activo. Seguirla con plan de lucha
Más allá de lo tardío y su perfil dominguero, arrancar el paro del 25 a la CGT fue un logro, producto de la bronca y decisión de la base de parar a Macri y el ajuste del FMI, las patronales y gobernadores del PJ. Es tarea de activistas y del sindicalismo combativo hacerlo activo, que tenga continuidad y un claro pliego de reclamos.
Se terminó el verso de Macri, el PRO y Cambiemos. El país se está hundiendo, la inflación va a superar el 30% y encima, nos entrega atados al FMI y los especuladores. Así no va más. Hay otra salida, opuesta a la que quieren el gobierno y las corporaciones.
Sin depositar confianza en las cúpulas de la CGT y las CTA que demoraron eternamente el llamado al paro general, desde ANCLA, Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática – MST, llamamos a luchadores y activistas a tomarlo en nuestras manos, para transformarlo en un parazo nacional y un golpe duro al gobierno y al FMI.
Desde el Plenario del Sindicalismo Combativo del sábado 23 en Lanús, peleamos por hacer activo el paro, promoviendo cortes, actos y marchas conjuntas en todo el país, con todo sector dispuesto a luchar en serio por parar a Macri y al Fondo. Para oponer una opción de lucha al paro dominguero de la CGT con el que buscan descomprimir la olla a presión que está por estallar.
El 23, los sectores combativos y antiburocráticos realizamos un gran plenario nacional para definir las acciones de lucha y esa salida alternativa. Por que sea masivo el paro del 25, ganemos las calles y tenga continuidad con un plan de lucha de todas las centrales sindicales, decidido democráticamente en la base. Con ANCLA y todas sus agrupaciones de gremios privados y estatales, nos jugamos para eso.
Junto a un claro programa de reclamos y medidas a levantar. Ante los 5 puntos mínimos que la CGT fue a mendigar a Macri para tratar de levantar el paro, en asambleas, plenarios de delegados y congresos gremiales debemos levantar un pliego de reclamos, junto a medidas de emergencia y de fondo para garantizarlo.
Mientras la CGT pedía al gobierno y las patronales evitar los despidos y suspensiones por 6 meses, llamamos a luchar por una ley que prohíba todo despido y suspensión. Y que nacionalice, bajo control obrero, a las empresas que igualmente despidan, suspendan o cierren. Rechazar además toda reforma laboral y no solo modificaciones a la Ley de Contrato de Trabajo como aspira la burocracia.
Mientras la CGT pide reabrir las paritarias que pactaron con el gobierno y las patronales en un mísero 15% a espaldas de la base, es necesario luchar por paritarias libres y sin techo. Con paritarios con mandato, electos por la base y con representación proporcional para integrar al clasismo.
Por un salario no menor a $30 mil y un aumento general de jubilaciones, sueldos y planes sociales; con actualización automática por la inflación real. La CGT pedía no pagar ganancias sólo en el aguinaldo de julio, cuando se debe eliminar el impuesto a las ganancias sobre salarios y jubilaciones.
Preocupados por currar con la plata de las obras sociales, le pedían a Macri que pagara sus deudas. Cuando hace falta un sistema público de salud, gratuito, integrado y de calidad para todxs, lo mismo en educación o vivienda.
Vamos por la anulación de los tarifazos y por reestatizar los servicios privatizados, bajo control de sus trabajadores y usuarios. Además de nacionalizar la banca y el comercio exterior para frenar la fuga de dólares y la especulación. Para rechazar el pacto con el FMI y suspender el pago de la usuraria deuda externa.
Estas son algunas medidas de un programa obrero y popular para que la crisis la paguen los especuladores y corporaciones, no el pueblo trabajador. La fuerza feminista y disidente que avanzó sobre el gobierno, la iglesia y el parlamento patriarcal muestra que es posible pelear y avanzar. Antes lo demostró la firmeza de lucha expresada en las jornadas del 14 y 18 de diciembre pasado.
Al mismo tiempo, y así como necesitamos unidad en la lucha, también debemos dar pasos en el terreno político entre la izquierda, los sectores clasistas, populares y antiimperialistas para que la crisis no se resuelva en clave del capital.