CABA: Lucha, organización y programa contra el capitalismo cultural
En la Ciudad de Buenos Aires el gobierno de Larreta profundiza la persecución al arte callejero. En respuesta, crece la organización de artistas en colectivos y fuerzas políticas que rechazamos la avanzada macrista. Este artículo es nuestra visión del tema.
El modelo cultural capitalista del PRO en CABA no es nuevo. Arranca en 2007 con la gestión de Macri y Lombardi (el vaciador de Télam) en el área cultural. En este esquema, las personas son clientes, consumidores y espectadores (pasivos). Se invierte en mega-eventos y festivales, se engrosa el presupuesto en publicidad y marketing. A la vez, se achica en inversión cultural destinada a programa en barrios, como así también se avanza en el cierre de Centros Culturales independientes. Este modelo requiere disponer de todo el espacio público, privatizarlo. Es decir: confiscar el espacio a la producción cultural y a la libre circulación y disfrute social de lo que se reproduce ahí de forma no mercantil. Esta concepción de confiscación, represión y desalojo incluye manteros, artesanos y toda expresión independiente del circuito comercial hegemónico. Impugnamos esa lógica. Rechazamos esa orientación, su contenido clasista y su perspectiva empresaria.
Un movimiento de lucha anticapitalista y democratizador
El despliegue represivo en la CABA se sostiene desde 2007. La Metropolitana primero, y ahora con la Federal hostigan a los artistas en las calles. Hubo choques físicos en varias oportunidades. Nuestro partido, el MST, con la banca de Alejandro Bodart tomó con fuerza durante su mandato este tema. Hoy las estadísticas de las propias organizaciones del sector registran una cifra cercana a los 3000 artistas en CABA en condición de uso del espacio de todos. La represión es frecuente en peatonales, plazas y el subte. El contingente de artistas crece con la crisis económica que los excluye del mercado laboral comercial, que se restringe con el deterioro social. Ese campo expulsivo los desplaza al espacio público donde el poder reprime y persigue. Como en todos los órdenes, en este también, el macrismo se prepara para más ajuste y represión. Por eso, gestiona una modificación al Código Contravencional que habilita mecanismos de mayor hostigamiento legal:
- Dar por buenas, denuncias anónimas y justificar así la represión
- Secuestro de instrumentos y pertenencias de lxs artistas
- Multas impagables
- Cárcel efectiva
Se trata de una escalada que hay que rechazar. Frente a la agresión del empresariado cultural a través de su representación gobernante, se consolida un movimiento de lucha de claro contenido anticapitalista y democratizador del espacio público, y la producción cultural. Militamos en esa trinchera. Proponemos multiplicar este movimiento ascendente. Visibilizar con mayor fuerza toda su vitalidad. Montemos un enorme festival en Plaza de Mayo, la plaza de todo el pueblo para masificar el reclamo y movilizar adhesión social a esta causa. Esta propuesta la planteamos como Red de Artistas en las asambleas de las últimas dos semanas frente a la Legislatura.
Los socialistas y la cuestión cultural
Nuestra visión es muy simple en este asunto. Le oponemos un planteo de clase, a favor de un derecho de mayoría al elitismo burgués de cultura para pocos, como privilegio de grupo reducido. Y el espacio público lo defendemos como innegociable: es de todxs, no del capital. Entonces, nuestro planteo estratégico sobre este tema tiene los siguientes puntos de apoyo:
*La cultura y el arte, son necesidades sociales y profundamente humanas. Su disfrute y acceso tienen que ser derechos garantizados sin injerencia empresaria.
*Lxs artistxs son trabajadorxs y condición para ese derecho social. Por tanto, promovemos como política pública el apoyo material y en infraestructura para toda producción cultural
Finalmente, nuestro enfoque se completa con un principio político: ninguna injerencia ni limitación al artista y su producción, libertad completa. Nuestra lucha política por otro modelo social, incluye como programa la causa del arte y la cultura populares, como manifestación plena de emancipación y libertad.
Mariano Rosa