Lo que nos dejó Lagarde
Un acuerdo Macri – FMI ruinoso para el país. Contra los $50.000 millones de su préstamo «récord», que están destinados para que el país cumpla con sus intereses de deuda externa, el ajuste comprometido con el Fondo necesita una fuerte reducción del «gasto público». En resumen: baja salarial, despidos, reducción de las jubilaciones y planes sociales, achique de la obra pública y tarifazos en el transporte, gas y luz de un 30% a partir de Agosto. Venta de activos del Estado, altas tasas de interés y una libre flotación del dólar, que llevan a una economía recesiva, con menos trabajo, menos poder de compra, orientada a las exportaciones y que refuerza el modelo extractivo, con bajo desarrollo industrial.
La pérdida de soberanía del país. Prestan plata para que paguemos la usura de la deuda externa y apliquemos un plan al servicio de las multinacionales. Una deuda odiosa gestada por la dictadura militar y que los distintos gobiernos constitucionales han pagado, desangrando al país, y la han incrementado geométricamente en los últimos años. Cristina se ufanó que los gobiernos kirchneristas pagaron $200.000 millones de U$S. Ahora la deuda trepa a $345.000 millones de U$S, a los que hay que sumarle los $50.000 del acuerdo con el Fondo -casi el 70% de nuestro PBI- y sin contar las deudas de las provincias y las del Banco Central en Lebacs.
La reducción del gasto público. El déficit del Estado debería bajar del 2,7 % de este año, al 1,3% en el 2019, al 0% en 2020 y a tener superávit en 2021. Algo inalcanzable. Mientras se pretende una reducción de $300.000 millones de pesos, que aumentará con las subidas del dólar y la inflación. Ya empezó el recorte salarial de los estatales que no deberán superar la pauta del 8%. Los despidos de Télam son el comienzo de un fuerte recorte entre los trabajadores del estado, cuya magnitud empieza a apreciarse con el intento de cierre y privatización del Astillero Rio Santiago. Congelamiento de las vacantes en el estado nacional. Achique de la Obra Pública en forma brutal. Liquidación de la zona desfavorable para los beneficiarios de la AUH y ataque al fondo de sustentabilidad de las jubilaciones. Reducción de los presupuestos provinciales, que solo en la provincia de Buenos Aires prevé el recorte de $25.000 millones.
El ajuste lo pagan los trabajadores y los pobres. Nadie va a investigar la fuga de U$S 12.000 millones de la corrida cambiaria. Tampoco se va a frenar la baja a las retenciones agropecuarias que significan nada menos que $25.000 millones que quedan en manos de los grandes empresarios del campo, beneficiados así doblemente, por que la devaluación mejoró sus negocios. Y a esto se suman los $80.000 millones de la reducción de aportes patronales. En esas dos cuentas está un tercio del ajuste perseguido.
Negocian el Presupuesto 2019 con el PJ. El acuerdo con el Fondo tiene que estar convalidado en la votación del presupuesto nacional. Macri viajó a Córdoba para visitar al influyente gobernador del PJ, Juan Schiaretti. Nadie quiere que sus fondos para la próxima campaña electoral se reduzcan, pero nadie quiere tampoco que Macri tenga que salir del gobierno prematuramente y les deje un país en llamas. Negocian… total los platos rotos los pagamos los trabajadores.
Los que salieron a la calle. A denunciar el acuerdo en las reuniones de Christine con Macri y los ministros de finanzas del G20, fuimos la izquierda y las organizaciones sociales, que enfrentamos un verdadero ejército que protegía a los representantes del imperio. Nuestro MST estuvo en el centro del llamado a una acción unitaria y en la primera fila de la movilización. La CGT limitó su acción a una conferencia de prensa y a una cartita de protesta a Lagarde.
Enfrentar a Macri y el FMI. Para imponer semejante ajuste el gobierno amenaza con un giro represivo y por eso habilita a los militares para realizar tareas de represión interna. Van a crecer la fuerza y extensión de las luchas de los trabajadores y el pueblo contra estas medidas. Ante la traición de los dirigentes, la izquierda tiene la responsabilidad de tender un puente entre las luchas en curso, uniendo a las nuevas conducciones y activistas. Y generar, ante el desastre al que llevan al país la vieja casta política del gobierno de Cambiemos y los gobernadores del PJ y el FpV, una alternativa política anticapitalista de todos los que planteamos dejar de pagar la deuda externa e imponer un plan económico alternativo al servicio de los trabajadores y el pueblo.