¡No son monstruos, son hijos sanos del patriarcado!
Desde el pasado 6 de agosto, se esta llevando a cabo el juicio oral contra Gabriel Orlando Sosa, quien fuera encontrado penalmente responsable “prima facie” del delito de abuso sexual agravado sobre su hija, en el 2015. Desde ese momento su mama, Ivana no solo realizo la denuncia ni bien su hija lo dijo, sino que desde ese momento también empezó una lucha para probarlo y lograr el juicio.
Un porcentaje de casi el 70% de las violaciones y abusos, se llevan a cabo de modo intra familiar. Pero ante las denuncias y pedidos de exclusión o restricción, surgen diversos estereotipos patriarcales que abundan en los juzgados y alimentan la defensa del abusador. “Los niños exageran, no siempre dicen la verdad, son manipulados “ dicen esgrimiendo la supuesta inocencia de los denunciados. ¡Los niños no mienten!, cualquier profesional que trabaje con niños sabe que ellos denotan la verdad no solo a través de la palabra, sino sus dibujos, reacciones, llantos, risas, maneras de sentarse de moverse que también dan cuenta de estos temores. Pero fundamentalmente su palabra debe ser valida, tenida en cuenta y valorada.
Otro recurso del que muchos abogados defensores echan mano es el Síndrome de Alienación Parental (SAP), dicho supuesto síndrome, es falso, no existe. Fue desestimado por asociaciones profesionales de medicina y psiquiatría y es cuestionado por todas las personas que trabajan temas de familia con perspectiva de género.
Miente, miente que algo quedará… decía el funcionario nazi Joseph Goebbels, creador de este “sindrome” para convencer de que la repetición sistemática puede transformar una vil mentira en el verosímil más creíble. Algo de esa estrategia ponen en juego quienes apoyan la teoría del supuesto Síndrome de Alienación Parental (más conocido como SAP), que tiene cómo única base científica un menjunje de estereotipos patriarcales. “Falsas denuncias“, “la maldad de la ex mujer”, “el carácter de víctima de los padres separados”, “la injusticia de la justicia contra los hombres”, “la madre que lava cerebros contra el padre” y tantos otros tópicos “pro SAP” fáciles de desparramar y de conseguir rápida adhesión.
Lamentablemente, ponerse la camiseta del SAP no tiene saldo cero. Por el contrario, su utilización por Tribunales de Familia de nuestro país y de otros, como Chile, Paraguay, España y Australia es el máximo ejemplo de defensas destructivas que vienen propinando un certero knock out al sistema de protección infantil.
Los padres denunciados por abuso, y que suelen ser culpables, son grandes acosadores legales, porque cuando la mujer denuncia penalmente el incesto o hechos graves de violencia de género estos hombres automáticamente inician el pedido de visitas, tenencia, custodias compartidas y comienzan la cadena de presentaciones judiciales e incidencias de todo tipo. Son expedientes de varios cuerpos en continua actividad procesal, y la estrategia básica es el ataque constante a la credibilidad de la madre denunciante y al relato del niño o niña”.
Contra estos formatos patriarcales, pelean las victimas de abuso, verdaderas estructuras legales que someten al máximo a les niñes, y el progenitor que acompaña.
¡Los niñes no mienten!!! Es muy importante erradicar esta estructura perversa en la justicia!.
También se empieza a dar otra batalla, de la que Ivana es parte, la imprescriptibilidad de estos abusos, para poder ser denunciados cuando la victima pueda procesarlo verdaderamente si no puede hacerlo al primer momento, para hacerlo en el momento oportuno. La primer marcha por esta pelea, en nuestro país, se realizo en marzo de este año, con capas rojas de caperucita que indican el empoderamiento de ese personaje que vence al lobo manipulador y no tiene miedo de denunciar.
Ayer transcurrió la segunda jornada de debate oral del tribunal oral n° 7 del departamento judicial de Lomas de Zamora en el juicio contra Gabriel Orlando Sosa, imputado por el delito de ABUSO SEXUAL AGRAVADO POR EL VÍNCULO llevado adelante por la fiscal de instrucción la Dra. Silvina Estévez de la UFI N°11 y el fiscal de Juicio el Dr. Héctor Toneguzzo, en la cual se dictó una Prisión Preventiva hasta que se dicte la sentencia el día 22/8 que se leerá públicamente.
Lo positivo es que la Justicia actuó como debe ser y puso a éste sujeto tras las rejas donde debe estar, dado que la misma se hizo esperar dando lugar a las estrategias dilatorias llevadas a cabo por la Defensa del imputado más la inoperancia del anterior Fiscal.
Es un aliciente para Ivana que con lágrimas en los ojos, sintió un pequeño alivio en su alma. Pero su lucha continúa diez días más hasta la Sentencia del tribunal. Desde Juntas y a la izquierda y el MST la seguiremos acompañando, a ella y a su hija, y visoramos una Sentencia positiva para la hija de Ivi y finalmente que se cumpla la condena pedida por el Fiscal de 11 años de prisión!…Que haya justicia para Ivana y sobretodo para su hija!
Vilma Almirón. Procuradora