Los gobernadores del PJ son cómplices. Abajo el presupuesto de Macri y el FMI
Finalmente hubo fumata blanca entre Macri y los gobernadores y el proyecto de presupuesto 2019 será enviado al Congreso. Si bien se anunció que todavía hay temas a acordar, la foto de 19 gobernadores con el presidente y sus ministros es una clara señal de respaldo político. Con este acuerdo, el PJ avala, a cambio de algunas concesiones menores en las partidas provinciales, un tremendo ajuste y entrega de nuestra economía para cumplir el acuerdo firmado con el Fondo Monetario.
Así, en su momento más frágil, este gobierno, representante directo de las grandes empresas, es sostenido por una “oposición” que, pese a transitar un periodo pre electoral, teme visceralmente que la bronca popular termine en otro Argentinazo que tumbe al gobierno y cuestione el conjunto del régimen político, como sucedió en 2001. Los dirigentes de la CGT, que no dudaron en reunirse con la misión del FMI y llaman a paros alejados del pico de la crisis, son la otra pata de esta misión de salvataje de un gobierno y un régimen cada vez más cuestionados. El kirchnerismo evitó que Alicia, que es una de las gobernadoras más ajustadoras, apareciera en la foto. Su oposición retórica se diluye cuando en las luchas concretas dirigentes afines a ese sector terminan firmando convenios a la baja como acaba de hacer la CONADU y llaman a esperar a las elecciones.
El segundo acuerdo con el FMI, luego de que el primero durará apenas tres meses, incluye mayores desembolsos del préstamo de 50.000 millones de dólares, para que Mauricio intente transitar el proceso electoral con los recursos necesarios para que no estalle la economía. La contrapartida es un aceleramiento brutal de las cláusulas de ajuste, la meta del “déficit primario cero”, para el año 2019.
El presupuesto que diseña Dujovne en sus reuniones con Lagarde en EEUU consagra un plan que significa una enorme transferencia de recursos de los trabajadores y sectores populares para pagar la deuda externa y beneficiar a los grandes empresarios, y algunas contribuciones menores de distintos sectores patronales afectados por las retenciones, ampliamente compensados por la devaluación y la baja generalizada de los salarios.
Justamente la primera gran medida para achicar el déficit es la importante baja salarial y de deudas que el Estado ahorra con la mega devaluación de más del 30% en los últimos días, y que suma un 100% si tenemos en cuenta que el dólar estaba a 20 pesos en abril de este año y ahora oscila en torno a los 40.
Como siempren el reparto de las cargas está totalmente desequilibrado sobre los trabajadores. Mauricio, que llorando lágrimas de cocodrilo, tuvo que ceder a las exigencias del Fondo y lanzar una retención a las exportaciones del 12%, formada por una suma fija de pesos que se irán devaluando por cada dólar exportado y por un periodo limitado, Pero la pérdida del poder adquisitivo ocasionada por una inflación proyectada de más del 42% anual, los convenios a la baja, el recorte a los presupuestos sociales, un sistema impositivo totalmente regresivo que descansa sobre la contribución forzada del IVA, un programa recesivo que contempla una brutal reducción de la obra pública y el empleo, hacen que la mayor parte de la crisis la paguen los sectores populares.
Lo que no cuentan los propagandistas del ajuste, entre otras cosas, es que una de las mayores erogaciones presupuestarias son los servicios de la fraudulenta deuda externa producto de su rápido y geométrico crecimiento. En el Presupuesto 2018 los vencimientos de capital previstos totalizaban 67.000 millones de dólares que se refinancian tomando nueva deuda, en el presupuesto del 2019 se tomará deuda adicional por 47.000 millones de dólares, a los que hay que sumar 50.000 millones de dólares del préstamo stand by del FMI y 41.400 millones de dólares del traspaso de las Lebac del Banco Central al Tesoro.
Se habla de que el presupuesto 2019 necesita un recorte de $500.000 millones para lograr las metas fiscales. Unos 12.500 millones de dólares de recortes. Una cifra similar a la que habrían fugado los especuladores en las corridas cambiarias de este año.
El salvavidas del Fondo ya lo conocemos de sobra, es un salvavidas de plomo. Nos prestan para que le paguemos la deuda externa. Como sus diseños llevan a políticas que achican la economía, que se calcula se contraerá un 2% durante este año y caerá aún más en el 2019, no alcanza la plata recaudada para pagarles. Entonces nos perdonan con un “waiver” y vuelven a diseñarnos un plan para que nos endeudemos más, embargando aún más nuestra economía. Cuanto más pagamos, más debemos. La calesita ya empezó y solo la movilización popular la podrá parar.
Y quizás la mayor mentira es que somos un país pobre al que no le queda otra que ajustarse. La Argentina es uno de los cuatro países del mundo con más tenencias en dólares, que se calculan equivalen a un PBI entero. De esos dólares solo una sexta parte están en el país en cajas de seguridad, colchones u otras inversiones. Todo el resto son ganancias fugadas por los empresarios al exterior.
¡Basta de robo, entrega de nuestra soberanía y miseria para el pueblo! Hay que enfrentar este Presupuesto 2019, con el que Macri y el PJ van a consagrar el acuerdo con el Fondo. Hay que romper con el FMI, dejar de pagar la fraudulenta deuda externa, investigar y embargar a los empresarios que fugaron divisas al exterior y destinar esos fondos a un plan económico alternativo que genere empleo, mejore los salarios, la asistencia social, la salud y educación.
Para ello hay que derrotar el plan de Macri, los gobernadores, el PJ y los grandes empresarios de este país. Son ellos y sus burócratas cómplices, o nosotros, los trabajadores y el pueblo.