¿Qué democracia y qué salida en tiempos de Macri?
La profunda crisis que atraviesa nuestro país a causa del ajuste brutal acordado por el gobierno y el FMI reactualizan una serie de debates en el amplio campo de la izquierda política y social y dentro de la esfera del kirchnerismo.
No cabe duda de que es imprescindible la más amplia unidad en las calles para derrotar el acuerdo Macri/FMI. Teniendo distintos proyectos, podemos marchar juntxs sin dejar de tener diferencias. Sobre esa base abordamos debates de importancia sobre el camino a recorrer.
Gobernabilidad y consecuencias de la continuidad macrista
Un debate muy importante de la actualidad es si en semejante crisis y desbarranque económico y social, Macri tiene que seguir o irse. Cuando desde los grandes medios de comunicación y usinas macristas dicen que hay que ayudar a encauzar la situación y dar gobernabilidad, lo que están diciendo es que el sistema político ayude a que el gobierno haga su tarea; un ajuste perverso que empobrecerá a las mayorías populares del país. Quienes desde el PJ se aprestan a hacerle a Macri ese favor, serán cómplices del ajuste y del FMI. Y en algunos casos, como lxs gobernadorxs, en aplicadores directos de este plan siniestro que padecemos.
A la vez hay sectores afines al kirchnerismo o parte de ese espacio, que dicen oponerse al plan Macri-FMI y plantean que no votarán el presupuesto 2019. Sin embargo, no convocan a terminar con este plan sino a «votar bien» el año próximo. Así desarrollan una campaña nacional bajo el slogan #Hay2019. La consecuencia práctica de esta propuesta es que Macri siga adelante un año más, como si nada pasara.
Sucede que sí «pasan cosas» y las pagamos las y los trabajadores, las mujeres y la juventud. ¿Qué significa en concreto decir que Macri tiene que seguir? Implica que sigan los despidos por un año más, que siga la fiesta de la fuga de dólares mensuales, que se siga depreciando nuestro salario en pesos cada mes, que se mueran nuestrxs viejxs sin sistema de salud que los contenga, que nuestrxs pibxs estudien en condiciones de inseguridad y precariedad, que la Universidad pública siga sin recursos, que aumenten cada semana los niveles de pobreza e indigencia, que hasta fin de 2019 usen los ingresos para pagar el robo de la deuda externa que ya representa el 82% de nuestro PBI. Estas trágicas cosas seguirán si Macri sigue.
¿Qué democracia?
Para justificar que pese a todo ese desastre Macri debe seguir, se utiliza el argumento de la democracia. Que lo votaron, que hay que respetar, que tiene que terminar su mandato, que así es la democracia. Toda una falacia. Quienes defienden esta postura, lo sepan o no, están defendiendo un modelo político antidemocrático, donde se legaliza con argumentos equivocados que un candidato puede hacerse elegir presidente diciendo que va a hacer una cosa y luego hacer otra. Un modelo político reaccionario; donde se puede mentir, engañar a las mayorías, estafar al país, tener cuentas en paraísos fiscales, perdonar deudas con el Estado de sus empresas familiares, entregar el poder de decisión soberana a la jefa del FMI. Todo eso se puede en esta supuesta «democracia» capitalista, donde deciden unos pocos por sobre y contra las mayorías.
No hay ninguna democracia real si la regla del juego es solo votar y luego soportar cuatro años que el ganador haga lo que quiera. Sin que nada se pueda cambiar, aunque estén destruyendo el país. Por eso nos oponemos a ese modelo político vetusto, elitista y al servicio de minorías económicas y corporaciones financieras, agroindustriales y extractivas. Creemos en otro modelo político; con revocatoria de mandato, donde el que no cumple, miente y estafa se tiene que ir. Donde las mayorías populares y la juventud opinemos y decidamos mediante mecanismos constituyentes sobre todos los grandes temas nacionales.
Donde cada funcionario político gane lo mismo que una directora de escuela, tenga obligatoriedad de usar la salud y la educación pública, ellos y sus familias. Donde tengan que hacer declaración jurada antes de asumir y demostrar al final de su mandato si salen o no, en la misma condición en la que ingresaron. Donde esté prohibido que lxs integrantes de empresas y grandes corporaciones puedan ser funcionarios y estar a la vez, de los dos lados del mostrador.
No hay nada democrático en dejar que siga el ajuste y proponer «esperar y votar bien en 2019». Porque «esperar» es permitir que millones vivan cada vez peor, y porque «votar bien» es además más que dudoso, si la propuesta es elegir como salida a un jerarca del PJ, hoy cómplice del ajuste. Los sectores que integran y apoyan honestamente al kirchnerismo bien podrían reflexionar sobre estos debates que son centrales para el presente y el futuro. Desde el MST opinamos que tenemos que salir de Macri y el FMI ahora, no solo porque es lo único verdaderamente democrático sino porque es imprescindible si queremos mejorar nuestras vidas en vez que sigan empeorando. Y tenemos que preparar una alternativa nueva, independiente de todas las viejas estructuras políticas y sin ligazones con el poder empresarial y corporativo, donde las mujeres, la juventud y lxs trabajadorxs seamos lxs verdaderxs protagonistas. Y eso no se logrará dentro del PJ, sino por fuera.
Electoralismo y claudicaciones del FIT
También queremos referirnos al Frente de Izquierda que además de negarse a impulsar una gran alternativa unitaria de toda la izquierda, rechaza insólitamente levantar la política que Macri y el FMI se vayan. Dos de sus tres partidos, PTS e Izquierda Socialista, no aceptan realizar una campaña común de toda la izquierda con esta política y solo aceptan levantar consignas generales contra el ajuste, mientras proponen un acto de lanzamiento electoralista en noviembre. Tan fuera de las necesidades obreras y populares está el debate interno del FIT, que PO tuvo que reconocer en una carta dirigida a sus socios políticos que: «una caracterización política que no valora el alcance de la crisis actual, conduce a una acción política «dilatada» y rutinaria, y a un acto tardío que sólo puede ser interpretado como un prolegómeno electoral. Criticamos a los que afirman que «hay 2019». Pero si actuamos así, no los estaríamos superando en términos de caracterización y de acción política».
El trasfondo de semejante error político es el electoralismo. Cuando todo se ve por el ojo de los cálculos electorales no se puede llegar a buen puerto. No está demás recordarles que el carácter de un proyecto de izquierda y revolucionario se ve sobre todo en las respuestas políticas que da, sobre todo, en las grandes crisis. Y en esta el FIT se niega a agitar la consigna «Que se vayan Macri y el FMI» porque ha perdido el rumbo. Y el obtener cada tanto un par de diputados, no elimina esa claudicación, sino que la hace más visible.
Las propuestas del MST
Para terminar, insistimos en la necesidad de que todos los debates los hagamos sin que estos impidan seguir en la calle en un frente único de lxs trabajadorxs, las mujeres y la juventud contra el gobierno y el FMI. La más amplia unidad para luchar por un paro de 36hs con movilización y un plan de lucha real, la mayor democracia para debatir, acordar o disentir. Eso también es esencial en la democracia que defendemos quienes luchamos por un modelo económico, político y social, anticapitalista y socialista.
Desde el MST estamos construyendo un proyecto político y militante que se juega entero, ahora, a terminar con Macri y el FMI y se convoque a elecciones a una asamblea constituyente. Para esa tarea convocamos a luchar en unidad. También proponemos una democracia radicalmente opuesta a la actual. Y queremos que la izquierda y lxs trabajadorxs y sectores populares seamos opción de gobierno en este país para avanzar en tomar medidas de fondo para dar vuelta todo. Fortalecer al MST es fortalecer estas propuestas y la pelea por la unidad de la izquierda que otros rechazan y que nosotrxs seguiremos impulsando con acuerdos y diferencias, dialogando con las organizaciones que quieran también hacerlo. A todo esto te invitamos a sumarte.
Sergio García