La lucha antiimperialista y la izquierda
La presencia del G-20 en nuestro país, como meses antes el regreso del FMI, reabren debates sobre qué política tener desde la izquierda. Y muestra los límites y errores del FIT que no ayudan a postular de conjunto a la izquierda.
Es un hecho más que notorio que la reunión del G-20 en Buenos Aires implica la llegada de las principales potencias y poderes imperiales que saquean y destruyen el planeta en función de sus intereses de clase. Vienen a planificar en toda la región y el mundo sus planes de ajuste para descargar la crisis global sobre nuestros países. De su cumbre saldrán nuevas recetas que tendremos que enfrentar en las calles.
El gobierno de Macri y Bullrich impulsa la militarización de la ciudad y una campaña de miedo sobre la población metropolitana, con operaciones mediáticas para evitar que en esos días se exprese un fuerte repudio al G-20.
FIT: ausente en la contracumbre y sin propuesta alternativa
Sobran motivos para impulsar una enorme campaña unitaria contra el G-20, desarrollar todo tipo de iniciativas unitarias, para que tengan el mayor peso social y político posible y que franjas populares que repudian la injerencia imperialista puedan tener un canal de movilización.
Es una gran oportunidad para que la izquierda encabece un llamado abierto y sea protagonista de una enorme contracumbre, como parte de varios días de lucha antiimperialista y anticapitalista. Pero no es esta la política del FIT, que no encabezó ningún llamado y se opone a participar en la contracumbre que otras fuerzas organizamos para los días 28 y 29N, en Sociales y Plaza Congreso respectivamente. El FIT tan solo participa de la marcha final el 30. Hará lo mínimo posible, cuando debería haber puesto toda su fuerza contra el G-20.
El mismo error ante el FMI
Este accionar propagandista ya lo había tenido el FIT en ocasión del primer acuerdo de Macri y el FMI. En ese momento rechazó ser parte de marchas y actos unitarios que diversas fuerzas organizamos en Plaza de Mayo y otros centros políticos. Algunos de sus integrantes hasta nos criticaron porque participamos de acciones conjuntas contra el FMI, cuando era una tarea política correcta e imprescindible para colocar a la izquierda a la vanguardia de la lucha contra el fondo. El FIT en esa ocasión intentó tapar su abstencionismo sectario con declaraciones y algún acto de compromiso, cerrado y de tinte electoralista.
Un poco de historia
No está de más recordar que la historia del leninismo y el trotskismo es diferente. En la década del ’20 la III Internacional bajo la conducción de Lenin y Trotski difundía, entre otros textos, sus Tesis de Oriente. Desarrollando una audaz política antiimperialista, planteaba: “La clase obrera de las colonias y semicolonias debe saber firmemente que sólo la ampliación e intensificación de la lucha contra el yugo imperialista de las metrópolis puede asignarle un rol dirigente en la revolución y que la organización económica y política y la educación política de la clase obrera y los elementos semiproletarios son las únicas que pueden aumentar la amplitud revolucionaria del combate contra el imperialismo. Los partidos comunistas de los países coloniales y semicoloniales de oriente, que aún se hallan en un estado más o menos embrionario, deben participar en todo movimiento que les sirva para abrirles una vía de acceso a las masas.”
En esos mismos años Trotsky, sobre la situación en Francia, recomendaba la mayor audacia y ofensiva política y una táctica de frente único con organizaciones reformistas y centristas. Lógica y correctamente bregaba por la independencia política de los revolucionarios frente a los demás para seguir ganando influencia política. Así planteaba en su texto1: “La política del frente único, sin embargo, no encierra en sí misma garantías para la unidad de hecho en todas las acciones. Por el contrario, en numerosas ocasiones, puede que en la mayor parte de ellas, el acuerdo de las diferentes organizaciones sólo llegará a cumplirse hasta la mitad o en nada. Pero es necesario que las masas en lucha puedan convencerse en todas las ocasiones que la unidad de acción ha fracasado no por culpa de nuestra intransigencia formal sino por culpa de la ausencia de verdadera voluntad de lucha de los reformistas.”
Dentro de los cuatro primeros Congresos de la III Internacional, en medio de avances fascistas en varios países, su planteo sobre cómo actuar era: “Una de las tareas más importantes de los partidos comunistas consiste en organizar la resistencia al fascismo internacional, en colocarse al frente de todo el proletariado en la lucha contra las bandas fascistas y aplicar enérgicamente también en este terreno la táctica del frente único.”
En este mundo de Trump y Bolsonaro, sin duda una orientación similar sería correcta.
Por una izquierda consecuente
Como en cada debate clave, las conclusiones son decisivas. Lo primero que salta a la vista es que el electoralismo aleja a la izquierda de las tareas verdaderas y de las luchas políticas que necesitan un impulso consciente. El FIT cae permanentemente en una desviación oportunista, al no poner toda su fuerza en la lucha antiimperialista y anticapitalista, negándose a una amplia unidad de acción.
Desde el MST, así como hemos participado en cada acción común contra el FMI, ante la llegada del G-20 nos planteamos ser parte de la mayor unidad de acción en las calles y en diversos eventos unitarios para denunciar el plan de las potencias imperialistas que aquí se reunirán.
Tendremos un gran acto anti G-20 el viernes 23N en Plaza Congreso, seremos parte de diversos talleres el 28N en Sociales y de paneles comunes y un acto central el 29N en Plaza Congreso, todo como parte del espacio “Confluencia” contra el G-20. En estas actividades somos impulsores de invitar al PSOL de Brasil para expresar la lucha contra Bolsonaro. Finalmente haremos una importante columna del MST en la marcha común del 30N.
En cada una de estas diversas actividades expresaremos nuestras propias posiciones y propuestas, garantizando así las dos premisas del marxismo revolucionario: la mayor unidad en las calles y la independencia política para desarrollar todas las opiniones de la izquierda antiimperialista, anticapitalista y socialista.
Invitamos a todas y todos nuestros lectores a ser parte de estos eventos y a fortalecer con el MST un proyecto de izquierda unitario y consecuente en nuestro país.
Sergio García
1. El frente único y el comunismo en Francia, 1922.