Presupuesto: ajuste y complicidades
Sincericidio. “Nunca se hizo un ajuste de esta magnitud sin que caiga el gobierno”, se regocijó el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, sobre el Presupuesto 2019 recientemente aprobado. En términos reales, la reducción del gasto será del 6% en servicios sociales, del 23% en educación y cultura, del 48% en vivienda y urbanismo, del 20% en promoción y asistencia social, del 8% en salud, del 17% en ciencia y técnica y del 20% en agua potable y alcantarillado. La única partida que aumenta más que la inflación en el Presupuesto 2019 es la destinada a pagar deuda externa. El pago de intereses será de 596.000 millones de pesos, mientras la deuda pública llegará a representar el 87% del PBI a fin de 2019. Queda claro que el ajuste recae sobre el pueblo trabajador.
Los cómplices del ajuste. Finalmente, el Presupuesto se aprobó en el Senado con 45 votos a favor. Más que los pronósticos más optimistas del gobierno. Los gobernadores del PJ hicieron su parte por la “gobernabilidad”. Tanto aquellos que mantienen un buen diálogo con el gobierno, como algunos que sostenían una postura más confrontativa, consiguieron los votos favorables de sus senadores. El kirchnerismo, al igual que en diputados, no votó a favor, pero aseguró el quórum con su presencia. La bancada que lidera Cristina Kirchner, incluso solo se quedó en el recinto lo suficiente para garantizar esa votación. Una vez votado el Presupuesto, se retiró antes de que se tratase un proyecto que pide la reincorporación de trabajadores despedidos por Fabricaciones Militares.
El bono de la traición. Los otros cómplices del ajuste son los dirigentes de la burocracia sindical. La CGT venía anunciando un paro general contra el ajuste. Convenientemente, lo proponían para después del tratamiento del Presupuesto. Y luego directamente lo levantaron, a cambio de un miserable bono de fin de año de 5000 pesos en dos cuotas, que ni siquiera está claro si se va a pagar en muchos casos. El kirchnerismo sindical, en su versión pura, así como en su variante papal, hizo lo propio para desinflar la movilización contra el Presupuesto, contraponiendo su procesión religiosa a Lujan y borrandose se la cita en Congreso.
¿Fin de año tranquilo? Lo que busca Macri es terminar el año sin sobresaltos. Para eso necesitaba cerrar el Presupuesto y tranquilizar por esa vía al FMI, que puede ver en los recortes presupuestarios un camino hacia el prometido “déficit cero”. También necesitaba apaciguar los posibles conflictos sociales. Con el bono logró el levantamiento del paro de la CGT y el compromiso de los movimientos sociales afines a la Iglesia de no movilizarse en lo que resta del año.
Las paranoias del G20. El otro motivo por el cual Macri necesitaba un fin de año tranquilo es que le toca hacer de anfitrión de la cumbre del G20 a fin de noviembre. No podía recibir a Trump, Xi Jinpin, Putin, May, Macrón y demás en un país convulsionado y movilizado en su contra. Pero no iban a alcanzar los acuerdos con los cómplices de siempre para garantizar una cumbre perfecta, así que están montando un exagerado operativo de militarización e insulación del centro porteño. Los invitados traen sus propios equipos de seguridad. En el caso de Trump esto incluye 1000 custodios y un portaviones. El gobierno de Macri, por su cuenta, va a desplegar 25.000 tropas, sellar tres perímetros de vallas, declara asueto para quienes trabajen en el microcentro, cerrar las terminales de trenes y subtes, y clausurar Aeroparque durante tres días. La paranoia generada ha llevado a los de Pato Bullrich a hacer detonar una cartera “sospechosa” que resultó contener un pollo crudo, arruinándole la cena a algún vecino.
Ninguna tranquilidad. A Macri y al G20 no pensamos dejarlos en paz. Ellos se reúnen para acordar las maneras de aumentar la explotación de los trabajadores del mundo, y lo hacen acá para fortalecer los laboratorios de ajuste de Macri y Bolsonaro. Nosotros los vamos a enfrentar. Por eso preparamos un gran acto el 23 de noviembre en Congreso y una gran marcha unitaria contra el G20 el 30 de noviembre. No podés faltar.