Paola y Milagros ¡Las queremos libres y con nosotras!
Paola Córdoba vivió un infierno que duró más de 20 años. Alberto Naiaretti la violó, la golpeó, la obligó a prostituirse e hizo de su vida y la de sus hijes un martirio permanente que el Estado ignoró sistemáticamente, replicando la indiferencia sobre las violencias. El sábado 9 de marzo Paola no aguantó más y lo apuñaló más de 180 veces. «Esta noche te mato», le había amenazado él.
Todavía vibraba la tierra del viernes 8 M, donde miles de mujeres marchamos, gritamos, saltamos e hicimos, una vez más, que se pare el mundo. El día siguiente, Paola Córdoba volvía a ser violentada como tantos años atrás. En su casa del barrio Santa Paula de José C. Paz, Naiaretti volvió a amenazarla, a ella y a sus hijes, Milagros de 18 y otros tres de 6, 9 y 13 años. Paola lo apuñaló una, dos, muchas veces. Y en cada puñalada marcaba en el cuerpo del victimario lo que su propio cuerpo memorizaba desde hace 22 años, cuando ella tenía 15 y él se la llevó lejos de su familia y su entorno para encerrarla y llenarla de miedos.
La permanente sensación de amenaza cumplida y la impunidad de un Estado que pide a las víctimas llamar al 144, pero después las deja desamparadas, forman parte de esta historia. Naiaretti incumplió miles de veces las perimetrales que le daban la razón a Paola pero ella nunca retrocedió. Fue insistente con la justicia. Fue a la Comisaría Primera de José C. Paz, también a la fiscalía de Malvinas Argentinas y a la fiscalía de San Martín. En una oportunidad, una fiscal le dijo: «Hay cosas peores”, cuando Paola le relataba que Naiaretti la obligaba a prostituirse. Paola buscaba algún tipo de ayuda en esa otra mujer que estaba recibiendo su denuncia, escuchándola, pero se encontró con alguien que la estaba revictimizando.
Una historia más de abusos y sufrimiento
Atrás de la historia de Paola hay mucho sufrimiento y en ese entramado está la clave. ¿Por qué ahora ella está presa, cuando los femicidas están sueltos? La indiferencia del Estado mata! Mata a las mujeres, las lesbianas, trans y travestis que se contabilizan muertas cada 29 horas. Muchas veces también mata a sus hijes. El Estado debería haber asegurado que Naiaretti estuviera preso y no lo hizo. Pura desidia estatal.
Desde Juntas y a la Izquierda y el MST de José C. Paz estamos acompañando desde el día 11/3, junto a otras organizaciones, el caso de Paola, porque sabemos que ella es una mujer más invizibilizada, no escuchada por las instituciones que deberían haberla escuchado hace rato. Paola era prostituída por su pareja, y lo denunció, fue acompañada por su hermana, pero se burlaron de esa situación.
Paola era golpeada y agredida, física y verbalmente. Su hija era violada también por él, y los espacios que deberían haberse ocupado de ellas no lo hicieron. Una vez más una mujer de un barrio la pasa mal. Una vez más el Estado la condena rápidamente y encierra a una mujer, cuando todas las organizaciones que acompañamos estos casos de violencia y abusos sabemos que los violentos, violadores y pedófilos están libres, y una mujer que se defiende se la detiene enseguida.
Una movilización de vecines, amigues y organizaciones exigimos su libertad
Desde el 11/3 estamos en las calles exigiendo la libertad para Paola y Milagros. Fuimos varias veces a la Fiscalía de Malvinas Argentinas, fuimos a Tribunales de San Martín, recorrimos el barrio. El 18/3 nos concentramos en la puerta de las Fiscalías descentralizadas de Malvinas Argentinas, familiares y organizaciones de mujeres, y reclamamos a la fiscal Bazzani que firme la excarcerlación extraordinaria, dispuesta por el juez de garantías el último viernes 15/3, para Paola y Milagros. La fiscal Silvia González Bazzani que hoy se niega a firmar la excarcelación, es la misma que recibió denuncias de Paola y no hizo absolutamente nada. Esta vez la columna de Juntas y a la izquierda y el MST estuvo acompañada por nuestra pre candidata presidencial Cele Fierro, que estuvo con María, una de las hermanas de Paola, para trasmitirle toda nuestra solidaridad y apoyo.
El Estado es responsable por el abandono constante, por la falta de respuesta a las reiteradas denuncias ante la justicia, como por la falta de políticas públicas reales para prevenir y erradicar la violencia hacia las mujeres. No existe una casa de refugio para las víctimas. Tenemos la Ley 26.486 de protección integral a las mujeres a la cual se destina 11 pesos por mes por mujer. Vamos a seguir acompañando a la familia, vamos a seguir exigiendo la libertad para ambas, vamos a seguir movilizadas y organizadas. Y hasta que no estén libres, no vamos a parar!
Ale Lucero, JS del MST – UNPAZ