La peor semana para el PJ riojano
Hace una semana la Corte Suprema de Justicia le frustró el plan eternizador al PJ y las pretensiones del gobernador Sergio Casas de ir por un tercer mandato. A partir de entonces no dejan de tropezar en medio de una crisis política que parece no tener fin.
Recordemos que el 27 de enero, en plenas vacaciones, el gobernador convocó a una Consulta Popular para refrendar una enmienda constitucional a la medida de sus privilegios. Hubo un 60% de ausentismo y el PJ forzó la interpretación de los resultados para sentenciar un triunfo inexistente. La Corte fue tajante: “La voluntad del pueblo no se presume, sino que se expresa en el marco de los procesos electorales transparentes”.
No había Plan B
Ante la negativa de la Justicia, rápidamente el PJ suspendió las elecciones convocadas para el próximo 12 de mayo primero a través de una resolución del Tribunal Electoral y con un decreto del gobernador después. No había plan “B”, ni candidato con el cual reemplazar a Casas. Desde entonces desapareció todo rastro de estabilidad política en La Rioja disparándose las internas en el oficialismo y la oposición.
Aumentaron más la bronca que los salarios
Para sumarle más nafta al fuego, el gobernador Casas se rodeó de burócratas sindicales y dirigentes del PJ para brindar un “importante” anuncio. No cabía un alfiler en la sala de conferencias. ¿Acaso tanto esfuerzo por mostrarse acompañado no es más que otra muestra de debilidad?
Finalmente disparó la indignación a las cámaras: un aumento salarial del 15% a los empleados públicos, sin abrir paritarias. Los trabajadores de Vialidad provincial salieron a cortar la avenida y echaron a su delegado por posar en la foto sin haber discutido la propuesta previamente con sus compañeros, luego se sumaron uno tras otro distintos sindicatos que venían de una siesta de años y anunciaron movilización.
No fue ningún beso de príncipe lo que rompió el somnoliento hechizo de las burocracias sindicales, la bronca social es tal que no hay margen para maniobrar.
Le hacen los deberes a Macri y al FMI
La clase trabajadora no tiene respiro. EDELAR aplicó un aumento del 37% en la tarifa de luz. A los 80 despidos de Confecciones Riojanas se suman ahora un centenar en Hilados I que cierra sus puertas y otro centenar de Ritex. El gobierno no tiene respuestas… bueno, para los empresarios, sí.
¿Recordás que Casas y De Leonardi pedían votar a favor de la enmienda del PJ prometiendo frenar a Macri y su ajuste? La realidad tiró al suelo las interpretaciones benévolas sobre el peronismo “opositor” y no deja lugar a justificaciones: el ajuste del FMI lo aplican Macri y Casas, sin chistar. ¡Todos ellos se tienen que ir!
Unir a la Izquierda o favorecer a Cambiemos
La ilusión de Cambiemos por gerenciar la provincia va creciendo a medida que el PJ hunde solito su improvisado desgobierno.
Hay que decir que la mayor fortaleza de “Cambiemos- Ahora La Rioja” es la debilidad del oficialismo. No los envuelve ningún apoyo popular porque ningún trabajador deposita expectativas en quienes cacarean contra la austeridad provincial mientras son virreyes de las medidas antipopulares de Macri. No son ellos quienes nos sacarán de la crisis, porque no vienen con ningún modelo de provincia alternativo al PJ, sólo proponen un cambio de nombres.
Quienes sí estamos en la vereda opuesta al ajuste, al FMI y a los antiderechos somos la izquierda; y tenemos un programa para lograr una Rioja feminista y al servicio de lxs trabajadorxs. La coherencia la demostramos en cada lucha. Pero la unidad que nos falta es una ventaja que tienen los partidos tradicionales para seguir vendiendo falsos mesías.
Lamentablemente el FIT no ha respondido nuestro último llamado a la unidad, previo a la suspensión de las elecciones. Tampoco lo hizo con nuestras cartas abiertas en todos estos años. Algunes compañeres se preguntan ¿será que no ven el potencial que tiene la unidad de la izquierda y el feminismo en las calles? No sabemos si es por escepticismo, adaptación y conformismo o electoralismo. Lo cierto es que hoy son una traba para la unidad de toda la izquierda y los sectores populares.
Nosotres, en cambio, peleamos a contrarreloj para levantar una alternativa feminista, anticapitalista y ecológica, con las mujeres y la juventud al frente, sumando nuevos sectores en barrios y ciudades de interior provincial. Somos la generación que no está dispuesta a negociar su futuro, a hipotecar lo público, queremos darle a la clase trabajadora la capacidad de decidir sobre todo lo que produce, a las mujeres y a las disidencias de vivir en libertad, a la niñez de crecer insubordinada a los dogmas, queremos que la palabra público suene a calidad, y que el trabajo digno no sea pieza de museo.
Tenemos una plataforma para dar vuelta todo
- Prohibir despidos y suspensiones por ley, confiscando las empresas que no cumplan.
- Salario igual al canasta básica y actualizado cada tres meses de acuerdo al costo de vida.
- Nuevo sistema impositivo: altos impuestos a las grandes fortunas, eliminar los impuestos sobre la canasta básica y subsidiar el consumo.
- Estatizar los servicios públicos bajo control social de trabajadores y usuarios. Retrotraer las tarifas a diciembre de 2015.
- Declarar la emergencia en violencia de género. Presupuesto de emergencia para asistencia integral, patrocinio jurídico gratuito, refugios y campañas de prevención. Aplicación de la ILE y suprimir la objeción de conciencia de los hospitales públicos.
- ESI no se negocia: aplicación efectiva de la Educación Sexual Integral, con perspectiva de género, bajo monitoreo de centros de estudiantes y agrupaciones estudiantiles. Boleto educativo gratuito.
- Basta de privilegios políticos: político que no cumple las promesas de campaña, pierde el cargo. Que sean revocables, que ganen como una directora de escuela y estén obligados a usar lo público. Elección directa y revocabilidad de jueces, fiscales y comisarios por voto popular.
- Prohibir la megaminería, cerrar la curtiembre de Nonogasta con reconversión laboral de sus trabajadores, cerrar el emprendimiento Laguna Brava e implementar la consulta popular vinculante en las comunidades ante cada proyecto extractivo.
Por Majo González.