CFK en la Feria del libro. Sinceramente, ¿es Cristina la opción al macrismo?
La presentación de su libro “Sinceramente” en la Rural, mostró que la figura de Cristina crece con la crisis. “Ella le gana”, dicen quienes impulsan el frente antimacrista. Pero, ¿ganamos así trabajadores, mujeres y jóvenes?
Cristina se presentó como la opción para derrotar a Macri y su gobierno “neoliberal” como forma de justificar su proyecto “alterno”, sin salir del marco capitalista. Dijo no ser neutral y no vamos a serlo.
Imitar a Trump ¿o las pistas del “nuevo” contrato social CFK?
Al proponer un contrato social de ciudadanía responsable, donde “todos pongamos el esfuerzo” apela a la reiterada idea de pacto que aplique duras medidas por la herencia recibida… Pese a hablar de un desarrollo, popular y nacional, nunca nombró al gerente del neoliberalismo, el FMI. Y sí elogió al jefe imperial Trump, al pedir imitarlo.
Dedicó un tercio de su breve discurso para dar pistas de su proyecto económico social. Al nombrar a José Ber Gelbard, ministro de Economía del último gobierno de Perón, da a entender que priorizaría el mercado interno y la pequeña y mediana empresa como forma de incrementar la demanda y el consumo, aunque sin decir de dónde saldría la plata. ¿Difiere de los gobiernos K? Con otros nombres y formas, es un modelo ya probado.
Cristina insiste con un Estado como supuesto mediador entre las clases en pugna, trabajadores y patrones. Pide empresarios buenos y reivindica así la esencia del capitalismo como sistema injusto, al definir al lucro como “motor” del desarrollo. Lo dijo al afirmar que “está bueno” que el empresario lo sea “para ganar plata”. ¿Esto es compatible con los reclamos obreros? Para los socialistas del MST, no. Para Cristina sí. Aunque sabiendo que con ella “se la llevaron en pala”, habló a esos patrones y les pidió “entender que para que tu empresa sea más grande y ganes más plata, tienen que ganar todos…”.
Por eso nombra a Gelbard, por el trillado anhelo K de una “burguesía nacional” y la ilusión de volver a los tiempos de Néstor. Aunque sin la plata de la soja ni el viento de cola que benefició a países emergentes como Argentina. Pretender eso hoy, en un contexto mundial opuesto, de ajuste y endeudamiento, resulta imposible o es sentar las bases de otra frustración y duros sacrificios.
Al nombrar implícitamente a Trump, según sus seguidores, reivindica el proteccionismo económico. Cuando es un guiño al capital para que la vean como su administradora. Porque no es posible comparar la primera economía mundial, la que imprime los dólares como patrón de intercambio, con la de nuestro país, una semicolonia.
Como en toda la década K, Argentina sigue con una economía primarizada, productora de materias primas, con escaso valor agregado, extractivista y de servicios en manos privadas, atada al saqueo, fuga de capitales y el yugo de la deuda que impide toda independencia económica, soberanía política y justicia social como esas banderas que el PJ ya no enarbola.
CFK y Gelbard: ¿nos hacen falta empresarios de esta magnitud ?
Gelbard fue dueño y accionista de grandes empresas como FATE, Aluar, ACINDAR, Wobron y junto al banquero Graiver, Ministro de Economía entre mayo de 1973 a octubre del ‘74. Había fundado la Confederación General Económica, CGE de pequeños y medianos empresarios.
¿Quién fue este gran dirigente empresario, según dijo Cristina? En un documental sobre este “ultimo burgués nacional”, Gelbard reconoce: “mientras en el país se consolidaba el poder militar, mi poder de lobby crecía. Con Manuel Madanes, el dueño de FATE, hicimos un gran arreglo que uniría a nuestras familias por siempre y las pondría a resguardo mutuo”. Madanes era un flexibilizador que hoy apela al preventivo de crisis de Macri para echar obreros.
Gelbard cuenta también cómo surge esa burguesía ventajista que medra del Estado: “con el general Lanusse logré una gran comunión de ideas y muy buenos negocios”. Y grafica: “Lanusse abogó para que Aluar, es decir, Madanes y yo, quedara como ganadora de la planta de puerto Madryn. Y el Estado se iba a encargar de brindarnos la energía para el funcionamiento de la planta y amplias ventajas fiscales…”. Ese capitalismo nacional fue un escándalo al fisco: el Estado invirtió el 85% y Aluar solo el 15% para tener aluminio.
Gelbard reconoce la corrupción: “Mi parte consistía en abultar las cuentas bancarias de algunos brigadieres”. Y que promovió el Gran Acuerdo Nacional para salvar a las FFAA y desviar la movilización obrera a las elecciones pactadas por Lanusse, Perón y Balbín. Gelbard asumirá como ministro del peronismo, expresando las disputas en la clase capitalista, cuando dice que acompaña al “tío” Cámpora como “la oportunidad de cambiar esa vieja alianza de terratenientes y grandes empresarios”. Fue ministro en los 49 días de presidencia Cámpora, en el breve interinato de Lastiri, siguió con Perón y renuncia con Isabelita.
CFK y su Contrato social: ¿qué pasó con el Pacto Social de Perón?
El Pacto Social de 1973 fue el primer y único pacto en el país. Se firmó el 8 de junio del ‘73 por la CGE que encabeza Julio Broner, empresario y socio en Wobron de Gelbard y el burócrata de derecha Rucci, por la CGT. Implicó congelar precios y salarios, con precios ya disparados, aceptar aumentos por debajo de las demandas obreras y congelar por 2 años toda paritaria.
Rucci dijo entonces: “acabo de firmar mi sentencia de muerte”. Lo que ocurriría después al ser asesinado. Desde Avanzada Socialista, prensa del PST (antecesor del MST), llamamos a tirar abajo ese pacto antiobrero, al igual que otros sectores y la guerrilla del ERP. También lo cuestionan sectores de la JP, la Tendencia (Montoneros) y Ortega Peña.
El escritor Miguel Bonasso reconoce a Gelbard como aliado de López Rega con Cámpora. El “brujo” era ministro de Bienestar Social y quería controlar la policía, además de crear la Triple A, banda fascista avalada por Perón. Ante el agio, desabastecimiento y especulación de las patronales, más las luchas obreras, Gelbard reconoce que su plan se derrumba. Y se va del país, denunciado por el “caso Aluar SA”. Asumirá el ministro Celestino Rodrigo que lanza su paquetazo liberal.
Cristina habló “del famoso Rodrigazo” como si Isabel Perón y el PJ no fueran quienes lo descargan contra el pueblo, al fracasar el Pacto Social de Gelbard. La “noche de la dictadura” que CFK menciona fue el corolario del fracasado Rodrigazo. Por eso rescatar “la envergadura de un Perón”, es solo un guiño de Cristina al PJ. Porque es la misma CFK que descreía de Perón y lo calificó como un “viejo de mierda” en 2006. Y que no pisaba por las cumbres del PJ hacía más de una década.
Sin socialismo no hay solución. No pago y plan de emergencia
Quienes la defienden argumentan que no es posible salirse del marco capitalista ni romper con el FMI ni defaultear la deuda. Pero esa receta la probamos en los 12 años K, cuando dieron concesiones parciales, muy lejos de las conquistas arrancadas al peronismo del ’45.
No cuestionan las bases del capitalismo ni sus corporaciones, megamineras o las privatizadas. Las bancaron, subsidiaron y garantizaron que se la lleven en pala. Y fueron “pagadores seriales” de la deuda, al cancelar cash U$S 10.000 millones al FMI en 2006. Y pagar el 100% al Club de París por U$S 9.700 millones en 2014.
¿No había poder para tomar otras medidas? En 2011 Cristina fue reelecta con más del 54%. Y le sacó más de 37 puntos de ventaja al segundo, Binner. Un 43% a Alfonsín y aún más a Rodríguez Saa y Duhalde. Tenía gran apoyo en el movimiento obrero y popular para bancar cambios de fondo.
Los K tuvieron ventajas económicas inéditas como el no pago de la deuda que impuso el Argentinazo, los superávits gemelos, gobiernos progres en Latinoamérica y un repliegue yanqui al fracasar el ALCA. Había condiciones políticas para tomar medidas de fondo. Pero no lo hacen porque no difieren con Macri en el fondo, sino en los modos y ritmos para administrar el capital con “rostro humano”.
La crisis capitalista sistémica no da lugar a medias tintas. Sin socialismo no hay solución. Sin avanzar en un default soberano de la deuda para pagar la deuda social. Y en un plan económico de emergencia donde paguen ricos y corruptos.
Al revés de Cristina y el PJ que aparecen unidos, luchamos porque Macri y el FMI se vayan ya. Y adelantar las elecciones a una Asamblea Constituyente donde dar vuelta todo y reorganizar el país sobre otras bases, a favor del pueblo trabajador.
Francisco Torres