Reclamar 36 hs, plan de lucha y luchar por una nueva dirección. Las tareas después del paro
El paro del 29 fue contundente y desde la izquierda y el sindicalismo combativo los sacamos a las calles. Pero en lugar de darle continuidad, los dirigentes de la CGT y las CTA se han metido en la rosca electoral al servicio de les Fernández y el PJ. Retomar la lucha e impulsar el recambio de dirección son los desafíos principales.
Los luchadores combativos y la izquierda, los que pusimos el cuerpo en el paro del 29, necesitamos profundizar el balance que empezamos a hacer en los lugares de trabajo. Nuestras principales conclusiones marcan que, más allá de las maniobras intimidatorias del gobierno y las patronales, el paro se sintió con fuerza. En primer lugar no tenemos dudas que el significó un golpe al gobierno de Macri, que no logra poner un dique de contención a la crisis integral de su modelo y a su debacle política que encendió el alerta rojo electoral.
Y en segundo lugar, que la burocracia no logró imponer su perfil al paro, no pudo instalar una jornada de baja intensidad. Los trabajadores se expresaron con fuerza pese a la falta de preparación porque el rechazo al gobierno y al FMI es claramente mayoritario y alimentó la disposición a la lucha.
La tercera conclusión indica que desde el Plenario del Sindicalismo Combativo, en unidad con otros sectores antiburocráticos y la izquierda, más allá de las limitaciones de este espacio, logramos jugar un papel importante marcando una perspectiva y rompiendo la pasividad. Los cortes en los accesos a la CABA, las acciones y marchas en todo el país le cambiaron la fisonomía al paro. Y el acto en el Obelisco, contrastando con el cierre de escritorio de Daer fue, al decir de la prensa, «el acto de cierre de la jornada de paro», mostrando la potencialidad de la unidad de la izquierda clasista. Se plantó un polo alternativo a través de esta unidad de sectores antiburocráticos recuperados, las principales corrientes sindicales de izquierda (ANCLA/MST; CSC/PO, IS) que componen el Plenario, los movimientos piqueteros de lucha (Teresa Vive, Polo Obrero, entre otros) con la suma del MAC/PTS. También colocamos un programa obrero alternativo para sortear la confusión de un llamado anodino por parte de la burocracia. Un programa que señala que hay una salida obrera a la crisis para que la paguen las corporaciones y el FMI y no les trabajadores. Y el reclamo de continuidad con las 36 hs y el plan de lucha.
La conclusión principal
Sin embargo el paro pasó y el efecto, al no haber continuidad, comienza a disiparse. La burocracia se da por satisfecha; cumplieron con la formalidad de luchar. Y le otorgan un nuevo round de ventaja al gobierno golpeado para que en tándem con las patronales sigan descargando la crisis. Les trabajadores ven que su energía invertida se desperdicia y el activismo se pregunta para qué sirvió tamaño esfuerzo. Los dirigentes cegetistas vuelven a la transa por los dineros del fondo de obras sociales, vociferan impúdicamente que no habrá nuevos paros hasta las elecciones y que hay que delegar en el armado pejotista esa tarea. Los dirigentes «disidentes» del 21 F o de las CTA, con un lenguaje más contestatario y luchista, apuestan a lo mismo y no hacen nada, con el argumento desmovilizador de que no están dadas las condiciones, que no hay que hacer olas en un año electoral. Mientras tanto la Renault rebaja la jornada con rebaja de salarios y suspende, aportando a las miles de puestos de trabajo destruidos y la inflación se come los salariaos cuando las paritarias en curso van 15 puntos promedio por debajo del costo de vida, sin cláusulas de actualización y con sumas en negro.
Si con tamaño ataque no pegó un salto cualitativo la conflictividad obrera y popular, no es por falta de disposición a la lucha de les trabajadores como lo demuestra el propio paro o la heroica pelea de las mujeres y disidencias que se vio en las recientes movilizaciones. Echarle la culpa a la gente, es el deporte favorito de la burocracia y no se condice con la realidad. Tampoco es por la fortaleza del gobierno que se debate en una profunda crisis global. Sin dudas, el rol nefasto de estas direcciones traidoras, las sindicales y las del PJ, que jugaron a la gobernabilidad y frenan las luchas, las dividen o no les dan continuidad, es el principal factor por el cual todavía tiene aire el gobierno.
La resistencia expresada en pequeñas y grandes luchas de los trabajadores, las mujeres y la juventud es un factor causal importante de la crisis política del gobierno y su modelo. Le impidió ir a fondo con el ajuste y meter las reformas estructurales exigidas por el Fondo y las corporaciones. Pudimos haber derrotado a Macri y su ajuste y no lo logramos por el rol de sostén de la gobernabilidad tanto de la burocracia sindical como del PJ en todas sus variantes. Por eso la tarea es superar a estas direcciones. De allí se desprenden los próximos desafíos para los luchadores combativos.
Lo que se necesita ahora
Por eso, impulsar el recambio sindical que más allá de los ritmos de desarrollo vienen germinando en los diferentes gremios, en el activismo y los nuevos dirigentes combativos que crece desde el pie, es la tarea número uno que tenemos por delante.
Avanzar en el desarrollo del Plenario del Sindicalismo Combativo es sin dudas un paso importante en ese camino. Esta unidad es la que posibilitó postular desde la izquierda un programa de salida obrera y popular a la crisis, imprimirle a las medidas domingueras de la burocracia un carácter activo y plantear la necesidad de seguirla con un paro de 36 hs y un plan de lucha hasta derrotar a Macri y su plan de ajuste. Sumando nuevos contingentes, delegados, activistas. La unidad del clasismo es clave para apoyar las luchas que seguramente seguirán más allá del clima «electoral». Y para intervenir con fuerza postulando una nueva dirección en las próximas elecciones sindicales como la de ATE con la Lista Multicolor. Y para impulsar la unidad de acción en las calles con mayor potencia. Nuestra corriente sindical ANCLA está comprometida en esta tarea de primer orden.
Pero también es fundamental avanzar en la unidad en el terreno político de la toda la izquierda, una gran limitación que tiene la confluencia del sindicalismo combativo que estamos construyendo. Se necesita esta unidad de toda la izquierda obrera y socialista para lograr disputar en las mejores condiciones con los cantos de sirena del mentado Frente Patriótico que auspician los Fernández, pero también para potenciar la pelea por barrer a la burocracia y avanzar en la nueva dirección democrática y combativa que necesita el movimiento obrero.
Guillermo Pacagnini