Chubut en llamas. La salida es política, Arcioni se tiene que ir.

Chubut, una de las provincias donde el poder ejecutivo adelantó sus elecciones provinciales concluyendo éstas el pasado 9 de junio, se encuentra nuevamente con un escenario de conflicto y crisis profunda, similar al vivido en la primera parte del año 2018. Un escenario signado por la enorme movilización que conmueve a toda la provincia, de sur a norte y de la cordillera al mar como respuesta a la política de ajuste con la que vuelve a la carga el gobernador Mariano Arcioni, reelecto recientemente.

El conjunto de lxs trabajadorxs activos y pasivos del Estado provincial viene protagonizando una rebelión, con paros y retención de servicios, ocupación de edificios, masivas movilizaciones regionales y provinciales y cortes de rutas desde hace dos semanas que ponen en llamas a toda la provincia desde hace un mes y medio.

La génesis de la situación actual

El eje disparador de la disputa hoy es la reinstalación del pago escalonado a la administración pública, primero por sectores con los haberes de Junio y por rangos actualmente, junto al incumplimiento flagrante de las paritarias firmadas por el gobierno con los distintos sectores de la administración pública a inicios de este año. Por ese ariete se ha colado y cobrado centralidad en los reclamos obreros y populares la situación desastrosa de abandono de los servicios públicos y la infraestructura social en salud, educación y en todas las áreas. Con un gobierno que hace más evidente que nunca la farsa de la democracia burguesa y la demagogia más vil al servicio de mantener incólumes los privilegios de las grandes corporaciones que operan en la provincia y de los pagos del endeudamiento público provincial, fraudulento y en un 80% en dólares a acreedores externos que se cobran automáticamente de las flacas regalías que ingresan al Estado provincial fundamentalmente del petróleo. Esta primera aproximación nos ubica ante la envergadura de lo que está en juego en el escenario provincial de la lucha de clases.


Un debate recurrente entre el activismo político y sindical, pero también en la opinión pública general en el marco de la crisis actual es, cómo fue posible que Arcioni, después de la gran lucha de 2018 se imponga en las elecciones de este año.
Durante los primeros meses del año pasado, docentes y estatales protagonizaron un tremendo proceso de lucha, que incluso llegó a nacionalizarse con visibilidad en una Marcha Federal Educativa y una nueva Marcha Nacional contra la represión de la que fueran víctimas trabajadorxs movilizados en la Ciudad Capital de la provincia, Rawson. Hacia mediados del año pasado el gobierno fue acorralado por la movilización y sentado a negociar con todos los sectores en lucha. Arcioni tuve que retroceder y otorgar recomposiciones salariales -con desigualdades en cada sector-, cláusulas gatillo por variación de los índices de inflación y el pase a planta permanente progresiva de cientos de precarizados en las distintas reparticiones públicas -en muchos casos aún inconclusas-.
La inestimable colaboración de la burocracia sindical que presionada por la base primero se puso al frente de los reclamos pero luego pasó rápidamente a garante de una paz social, ante la incapacidad de los sectores en lucha de desplazarla del puesto de dirección reconocida, fue garantía para que el gobierno no volara producto de la movilización.

Este Estado provincial que centra su estructura económica en el rubro exportación, fundamentalmente petróleo, aunque también se nutre del aluminio, la pesca y otros rubros que hacen a la provincia la cuarta en el ranquin nacional en volumen de riquezas exportadas recibió importantes auxilios económicos para sus arcas, como la mega devaluación del Peso sobre mitad del 2018, que le dio aire financiero. Junto a esto el endeudamiento y la firma del Pacto Fiscal le permitió a Arcioni mostrar una provincia con superávit a fines de 2018.
Sobre esta base, la convocatoria a elecciones provinciales adelantadas en el marco de una calma ficticia, utilizando incluso las paritarias y cláusulas de gatillo por ajuste trimestral en salarios (con aumentos cercanos al 40% para lxs docentes, por ejemplo) como terreno implícito de su campaña electoral antes de que el alambre con el que estaban atadas las finanzas provinciales cediera, fue la garantía para retener el gobierno y hoy descargar todo el peso de la crisis sobre lxs trabajadorxs y el pueblo.

El modelo del pejotismo que expresa Arcioni es un fracaso.

Nuestra provincia naufraga con una deuda superior a los U$1000 millones. Dinero que al día de hoy nadie sabe a dónde fue a parar. Se trata de un endeudamiento inconsulto y fraudulento, cruzado por la corrupción de toda la casta de funcionarios políticos. Por eso el rechazo y denuncia de su carácter ilegítimo.
Circulan anuncios oficiales acerca de la necesidad de una reestructuración, dada la imposibilidad de cumplir con los plazos de vencimiento de la misma, máxime con el alza del dólar y dado el déficit de más de $500 millones en las cuentas provinciales. En otras palabras, Arcioni ordena su política de Estado en el cumplimiento con el pago de esta deuda de la que no percibimos beneficio alguno.


Se trata de un gobierno reaccionario en toda la línea. En los últimos días además se celebró en Buenos Aires el Consejo Federal de Inversiones, donde Arcioni junto a Alberto Fernández criticó el congelamiento de las naftas impuesto por Macri. Sin duda que es una medida parcial pero le preocupa la leve caída en la rentabilidad de las petroleras que esta medida cosmética pudiera provocar. Mientras tanto, sigue sin cumplir con el pago de salario en tiempo y forma a miles de trabajadorxs y jubilados en todo el territorio provincial. Están claras las prioridades.

Es necesario un plan económico alternativo

La devaluación del 30% producto del dolarazo de estos días, no hizo más que seguir empobreciendo a los ya castigados bolsillos obreros de Chubut. Y la posibilidad de un nuevo impacto devaluatorio licuará por completo el salario a cobrar con más de un mes de retraso. La crisis política nacional entonces, agita el cóctel provincial que pretenden hacernos tragar.
Ante este escenario, el MST plantea la urgencia de un plan alternativo para que la crisis no la pague el pueblo trabajador, sino sus responsables, los capitalistas, banqueros, las corporaciones del saqueo y la casta de funcionarios.
Mientras las mayorías de Chubut ni siquiera cobramos nuestro salario, las grandes corporaciones y ricos como Pan American, Aluar, Conarpesa, Benetton o La Anónima amasan fortunas. Es fundamental aplicar impuestos de emergencia sobre todos ellos, para volcar esa plata al cumplimiento de los salarios, la paritaria y el funcionamiento de la seguridad social. Así también planteamos eliminar realmente el IVA de los productos de la canasta familiar y el impuesto al salario, para que paguen más los que más tienen.
Es preciso suspender inmediatamente el pago de la deuda externa del Chubut y conformar una comisión investigadora independiente para determinar el carácter real de la misma. Mientras tanto, que esa plata vaya a garantizar la infraestructura necesaria en escuelas y hospitales.
Vamos también por la recuperación estatal de los recursos estratégicos, además de anular los tarifazos y estatizar los servicios públicos y el sistema de transporte bajo control de sus trabajadores y usuarixs. Estas son apenas algunas de las medidas necesarias para iniciar un camino alternativo. Tenemos que dar la pelea por concretarlas ya que para resolver la crisis actual no hay salidas intermedias.

Derrotar en la calle el ajuste de Arcioni, hoy socio de Alberto Fernández.

Transitamos un mes y medio de conflicto, durante el cual lxs trabajadorxs han demostrado su voluntad de lucha, disposición y embrionaria organización desde la base. La propia dinámica de ascenso obliga a las conducciones sindicales reconocidas a ponerse al frente de los reclamos, a regañadientes frenando y dividiendo una infructuosa Mesa de Unidad Sindical por regiones e inexistente provincialmente, que no hace sino evidenciar que lo que une a las burocracias sindicales es su política de encauzar todo al terreno electoral y el recambio, en este caso presidencial. El salto en la movilización ha dado un tremenda cachetada al intento represivo del gobierno, en los cortes de ruta del sur de la provincia es la propia población la que ha impedido una salida represiva, y se ha liberado a lxs dirigentes docentes de Comodoro Rivadavia con marchas masivas. Miles se movilizan en Comodoro, Esquel, Trelew y Puerto Madryn, la ocupación de edificios y oficinas públicas, junto al desarrollo de los cortes intermitentes de rutas en toda la provincia, vuelve a poner en jaque el gobernador.


Pero Arcioni cuenta con la complicidad de la oposición patronal y la burocracia sindical. Entonces este enorme proceso de movilización no puede quedar en manos de la burocracia, por eso llamamos a impulsar asambleas populares en todas las localidades para tomar esta pelea en nuestras manos, al mismo tiempo exigir la realización de un congreso de trabajadores y delegados de base de todos los sindicatos en lucha. Tenemos que ser nosotrxs lxs que definamos de conjunto a escala provincial el plan para derrotar al gobierno.

La salida es política. Asamblea Constituyente para que el pueblo decida todo.

La inclinación de Arcioni por el Frente de Todos no elude en lo más mínimo que haya sido en estos años, uno de los mejores ejecutores de las políticas de ajuste comandadas desde el ejecutivo nacional por Cambiemos a la orden del FMI. Lo hemos dicho, es de los mejores alumnos de Macri. Así, cada día que Arcioni sigue su mandato, seguirá el ataque a nuestras condiciones de vida. Por eso para imponer un plan económico alternativo, hay que derrotar a este gobierno ajustador y echarlo con la movilización. Es lo más democrático, gobierno que defrauda a su electorado debe ser revocado para que el pueblo pueda tomar otro camino distinto.
Sin embargo, no es un cambio de figuritas lo que hace falta. Por eso planteamos que Arcioni se vaya y que se convoquen a elecciones pero a diputadxs para conformar una Asamblea Constituyente. Para desarrollar un proceso de deliberación extraordinario, acerca del modelo de provincia que necesitamos las mayorías en Chubut. A favor de las corporaciones y la deuda, como pretende Arcioni, o a favor de lxs trabajadores y el pueblo, como planteamos desde el MST en el FIT Unidad.

MST Chubut