Elecciones estudiantiles. UBA: algunas conclusiones y una propuesta de orientación
La semana del 2 al 6 de septiembre tuvieron lugar elecciones simultáneas en las 13 facultades de la UBA. Se renovaron Centros de Estudiantes, Consejos Directivos, direcciones de carrera y otras instancias. Hubo cambios políticos de magnitud que dejan desafíos para la izquierda anticapitalista y socialista en la universidad. Con este artículo, nuestra visión.
- Los resultados en la UBA fueron concluyentes: las agrupaciones de las gestiones ganaron de forma categórica Exactas, Medi, Filo, Psico, Sociales y FADU. Además, el kirchnerismo se recolocó en Derecho, como segunda fuerza, desplazando a la Franja al 3° lugar. Es evidente que asistimos a una combinación de variables objetivas y subjetivas que explican estos cambios de envergadura:
- El apoyo material, de aparato, desde el minuto cero de las gestiones a sus agrupaciones fue enorme. En Medicina hubo directamente boicot al Centro y una ofensiva dura sobre una dirección independiente.
- Entró la oleada «malmenorista» en la UBA y se expresó en el fortalecimiento relativo de las organizaciones ligadas a la fórmula F-F.
El 2019 fue de quietismo en el movimiento estudiantil, a diferencia del 2018 (oportunidad desaprovechada). - Las propias limitaciones de la izquierda -esto es así en Medi y Filo- facilitó el resultado de avance de fuerzas de las gestiones y burguesas, y esto también amerita análisis.
En definitiva, hay que hacer una valoración integral de los resultados para sacar todas las conclusiones del caso y reorientar desde la izquierda a lo mejor del activismo estudiantil.
El rol del PO y el PTS: ¿giro estudiantil a derecha?
El contexto tiene las variables que señalamos más arriba, que incluyen un año sin actividad de lucha estudiantil, ofensiva de las gestiones y aluvión «malmenorista». Sin embargo, en el balance de fuerzas como PO y también el PTS, encubren responsabilidades propias y limitaciones bajo definiciones políticas que caracterizan «derechización» estudiantil, «giro conservador» y hasta explicaciones sociologistas del tipo «elitización» del estudiantado. Es evidente que hubo un voto a fuerzas estudiantiles burguesas, pero a la vez, el análisis que separa los desplazamientos de la conciencia política de un sector social con el rol concreto de las fuerzas actuantes, no hace otra cosa que oscurecer en lugar de clarificar.
Los resultados electorales en los centros son temporales, y al mismo tiempo, son la deriva de políticas y orientaciones de la izquierda con mayor responsabilidad al frente de la FUBA, Medicina o el CEFyL:
- La FUBA como superestructura nunca logró ser un factor real asociado a la vanguardia ni a la base estudiantil. Ni antes, ni ahora. El PO la transformó en una «marca» como un fin en sí mismo.
- En Medicina, el PO concentró la administración del Centro y marginó a fuerzas como la nuestra, claramente la otra corriente militante de peso en la izquierda en la facultad para apelar a la base estudiantil. Esa cerrazón sectaria y aparatista, los llevó a un callejón sin salida ante la ofensiva de la gestión.
- El PTS en el CEFyL no hizo de ese Centro un modelo «alternativo» al formato de PO en la FUBA u otros lugares. El uso exclusivo para auto-promoción electoral-partidaria, facilitó el triunfo del kirchnerismo. Incluso, que la base electoral que migró de la tercera fuerza en esa facultad fortaleciera al posibilismo K de la gestión y no a la conducción.
- El punto más alto de desaprovechamiento global, no postulación y conservadurismo aparatista fue el enorme conflicto de 2018. El PO actuó en bloque con el kirchnerismo y el PTS renunció a ser alternativa, y se limitó a acciones testimoniales de autopromoción mediático-electoral.
Por lo tanto, entre la acción consciente de las gestiones, con recursos, y la inconsistencia de políticas equivocadas, conservadoras y aparatistas del PO-PTS, se explica el resultado y retroceso de conjunto para la izquierda en la UBA.
Reorientar la izquierda en la UBA, construir otro proyecto
En el movimiento estudiantil hay revancha, como en general en los procesos políticos si no hay derrotas en el campo de la lucha. En un país como el nuestro, con semejante nivel de contradicciones acumuladas y reservas para pelear en el movimiento de masas, seguro se van a reabrir oportunidades para la izquierda en el estudiantado. En ese sector social están lxs miles que se movilizaron como parte de la «marea verde», feminista y disidente; está el movimiento en ascenso de la nueva ola que se viene, la socioambiental y lxs que como dijimos, se movilizaron a fondo, tomando facultades y enfrentando al macrismo, en el proceso anti-recorte del 2018. De nuestra parte, alertamos sobre la dinámica continuista en lo esencial del modelo económico del kirchnerismo como eventual próximo gobierno (y actual cogobierno) del país. Insistimos en la necesidad de preparar una fuerza en la UBA que encare lo que se viene con esa perspectiva de lucha y planteos de fondo.
Por lo tanto, es clave discutir cómo reorientar la intervención y fortalecer un proyecto distinto que no se adapte al aparato de FUBA, que conciba los Centros como palanca de organización, frente único y movilización estudiantil y a la vez, punto de apoyo secundario de las luchas obreras y populares. Y en ese camino, tributar a la construcción de una herramienta política que se oriente a acumular influencia política, fuerza orgánica y desarrollo estructural entre lxs trabajadorxs, las mujeres y la juventud. Con esa vocación y expectativa nos preparamos lxs socialistas del MST. A seguir sumando en el campo de la unidad de la izquierda, pero con una clara identidad propia al servicio de una estrategia: luchar por transformar con sentido anticapitalista y revolucionario el país, y en ese cuadro la universidad de conjunto.
Juventud Socialista / UBA