Apertura de sesiones. El (doble) discurso de Alberto
El valor de la palabra (¿ ?). Alberto arrancó su discurso sermoneando sobre el valor de la palabra: «En la Argentina de hoy la palabra se ha devaluado peligrosamente. Parte de nuestra política se ha valido de la ella para ocultar la verdad o tergiversarla». Cinismo de sobra. Porque fue él mismo quien dijo que elegiría a los jubilados por encima de los bancos y les sacó unos $100 mil millones anuales de sus aumentos correspondientes para pagarle la deuda a los bancos. Es quien dijo en campaña que la deuda de Macri fue una estafa y ahora paga y promete seguir pagando. Es quien bancó un proyecto para retrotraer los tarifazos cuando el PJ estaba en la oposición y ahora los avaló con un congelamiento temporario que ya promete a las privatizadas que va a levantar. Y quien ahora nos dice: «Toda simulación en los actos o en los dichos, representa una estafa al conjunto social que honestamente me repugna». Desde la izquierda tenemos una propuesta para recuperar el valor de la verdad verdaderamente: que todos los cargos públicos sean revocables; el que no cumple con lo que prometió en campaña, se va.
Solidaridad… ¿con quién? El presidente le dedicó largos minutos a describir la herencia macrista, como si todo lo que hizo Macri no se hubiera hecho con votos del PJ en el Congreso y la connivencia de la burocracia sindical: inflación de 53,8% en 2019, deuda récord en monto y concentración de vencimientos (48.969 mil millones de dólares en 2020), desocupación de casi 10%, dos años de recesión y capacidad ociosa del 40% en la industria, tarifazos de 2000% en gas y 3000% en electricidad, pobreza y hambre. «Frente a esta situación dramática de destrucción, hemos elegido a la solidaridad como viga maestra de la reconstrucción nacional», clamó Alberto. Pero… su discurso no esbozó una sola propuesta para atacar la inflación, ni mejorar los ingresos de los trabajadores, ni terminar con el hambre. Sí aclaró que su propuesta de ajuste de retenciones a la exportación de granos sólo «incrementa uno de un total de venticinco cultivos». Dijo que va «a exigirles total responsabilidad a los formadores de precios», que está mal que sigan aumentando los alimentos, pero no mencionó ninguna propuesta para impedir que lo hagan. Con relación a los salarios, dijo que «las mesas de acuerdo entre trabajadores y empresarios son positivas, los sectores que participan son comprensivos del momento que atraviesa el país». ¿Positivas para quién? Ciertamente no para los docentes, cuyos dirigentes sindicales «comprensivos» cerraron una paritaria que los dejó debajo de la línea de pobreza, permitiendo que Alberto celebrara, que «mañana comenzarán las clases normalmente en casi todo el país». Aunque en doce provincias igualmente hay conflicto. Desde la izquierda tenemos las propuestas que le faltan a Alberto: aumento general de salarios, 82% móvil, anulación los tarifazos y estatización los servicios bajo control social, eliminación el IVA de los productos de la canasta familiar, y aplicación de la Ley de Abastecimiento contra los formadores de precios.
Analizar la deuda… y pagarla. Alberto reiteró sus más duras críticas a la deuda contraída por Macri: «Nunca más a la puerta giratoria de dólares que ingresan por el endeudamiento y se fugan dejando tierra arrasada a su paso». Dijo que el Banco Central lo está «analizando de modo pormenorizado», pero que «más allá de analizar lo ocurrido, hemos iniciado las negociaciones para reestructurar la deuda pública». O sea, sabe que la deuda es una estafa, la está analizando, pero la va a pagar. Desde la izquierda tenemos la única respuesta sensata ante semejante fraude: suspender los pagos, investigarla para demostrar su carácter fraudulento e ilegítimo y usar los gigantescos recursos del país para saldar la verdadera deuda, que es con el pueblo. Acaba de llegar otra misión del Fondo. En lugar de auditar nosotros la deuda usuraria, vienen a auditar nuestras cuentas públicas. Más cesión de soberanía, imposible.
Doble discurso ambiental. «A favor de la preservación de las condiciones de vida de nuestro pueblo, queremos construir una Argentina medioambientalmente sustentable», dijo Alberto. A ver… ¿cómo? «Enviaré a este Congreso un proyecto de Ley para el desarrollo del sector hidrocarburífero y minero que promueva y estimule la inversión nacional e internacional en el sector». ¡Impulsando el fracking, la megaminería y el monocultivo de transgénicos con agrotóxicos no se construye nada sustentable! Con Vaca Muerta y con Gioja al frente de la comisión de ambiente, las palabras de Alberto quedan en lo que son: puro verso. Desde la izquierda proponemos prohibir el fracking, la megaminería, los transgénicos y los agrotóxicos, e invertir en el desarrollo de tecnología para la transición hacia la energía y producción sustentables.
Jueces amigos y… jueces amigos. Una propuesta a la que los medios le dieron mucha importancia fue la que planteó Alberto para «ponerle fin a la designación de jueces amigos, a la manipulación judicial, a la utilización política de la Justicia y al nombramiento de jueces dependientes de poderes inconfesables de cualquier naturaleza». Pero el presidente pretende lograr esto con un reordenamiento superficial de fueros y competencias. Mientras los jueces mantengan sus privilegios y sigan siendo elegidos por el poder político, van a ser dependientes del mismo. Desde la izquierda proponemos eliminar sus privilegios, que cobren lo que un trabajador calificado, que sean elegidos por el voto popular y que institucionalsus cargos sean revocables.
¿Aborto legal? Amplios sectores celebraron el anuncio de Alberto de que presentaría en los siguientes 10 días un proyecto de «legalización» del aborto. Sin duda, que tal proyecto (que Alberto le había confiado al Papa que no sería «prioridad» de su gestión) esté entre los primeros temas que trate el Congreso este año, y que Alberto deba decir que va a «legalizar» el aborto (cuando había asegurado que lo que había que hacer era primero despenalizar), es fruto de la enorme lucha que ha desplegado la ola verde estos años y que no muestra estar dispuesta a retroceder. Pero tampoco en esto Alberto anunció ninguna propuesta concreta y deja más dudas que certezas. ¿Porqué otro proyecto y no el de la Campaña? Sólo puede ser para intentar limitar el alcance de ese derecho elemental que la democracia de nuestro país sigue debiendo. Acortar el plazo de accesibilidad, permitir la objeción de conciencia institucional y otras trampas pueden aparecer. Desde el MST en el FIT Unidad proponemos seguir en alerta y preparar la movilización para conquistar el aborto legal, seguro y gratuito.