La marea verde desbordó el país
Con pañuelazos ante las catedrales el 8 y marchas enormes el 9, el cuarto paro internacional de mujeres y disidencias tuvo en la Argentina uno de sus principales hitos. A la marea verde por el aborto legal se sumaron los reclamos contra los femicidios, por igualdad salarial y por separar a la Iglesia del Estado. Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y el MST aportamos nutridas y combativas columnas con la consigna “Ni machismo ni capitalismo: igualdad y socialismo”.
Casi cien mil mujeres en Buenos Aires, 50 mil en Córdoba, 25 mil en Rosario y 10 mil en Tucumán dan cuenta de la gran magnitud que tuvieron las movilizaciones unitarias del 9 de Marzo, que por supuesto abarcaron toda la geografía nacional. De este modo, junto a las hermanas de Chile y México, nuestro país se volvió a destacar como uno de los focos del movimiento feminista a nivel global.
El domingo 8, desde Juntas-MST impulsamos los pañuelazos del mediodía ante las catedrales en contraposición a la inédita provocación que montó la Iglesia Católica con su misa celeste en Luján. En algunos casos los convocamos de manera unitaria junto a otras agrupaciones y, en otros, fue nuestra propia militancia. Pero no podíamos dejar pasar sin respuesta semejante reto de la institución históricamente enemiga de nuestros derechos, que sigue presionando con todas sus fuerzas para impedir el aborto legal.
En la tarde del mismo 8, la noticia de la aparición del cuerpo sin vida de Fátima Acevedo, en Paraná, nos reabrió las heridas por la violencia machista y a la vez la convicción de seguir luchando. Con 68 asesinadas en estos dos primeros meses del año, ya llevamos más femicidios que días. En Paraná, como los fiscales se negaron a informar en público, con nuestra compañera Nadia Burgos al frente, decenas de mujeres bloquearon los tribunales con una vigilia que duró hasta la mañana siguiente. El lunes 9 al mediodía se hizo una acción solidaria ante la Casa de Entre Ríos en CABA, de la que también participamos.
El 8M la capital de Córdoba fue también escenario de una manifestación masiva, en cuya cabecera unitaria marcharon nuestra diputada Luciana Echevarría y Maru Acosta, luchadora contra la violencia femicida.
Congreso: marcha y acto multitudinario
Desde la Plaza de Mayo, la columna conjunta del FIT-Unidad que integramos marchó hasta la Plaza Congreso, en donde se realizó la concentración central. Al frente de nuestra concurrida columna se destacaron las jóvenes “vikingas anticlericales”, cuya performance guerrera habían estrenado el 8 ante la Catedral Metropolitana con una alta repercusión mediática. Además de las columnas de las agrupaciones feministas como la Campaña contra Todas las Violencias, el colectivo Ni Una Menos y la Campaña por el Derecho al Aborto, las organizaciones sociales y los sindicatos, a la manifestación se sumaron miles y miles de pibas independientes, que multiplican la fuerza del pañuelazo federal del 19F y son la vanguardia de esta pelea.
En Congreso, la presencia de las banderas, las columnas y los cánticos de la izquierda superó a la de los sectores políticos y sindicales afines al gobierno de Alberto Fernández. No obstante una amplia diversidad política, salvo algún roce menor, no hubo incidentes.
Desde el palco unitario, el acto se inició con un saludo de la Asamblea de Chilenes, que reivindicó la valiente lucha de esas mujeres y repudió la represión de Piñera. Entre otras dirigentes, allí estuvo nuestra compañera Cele Fierro (MST) junto a Myriam Bregman (PTS), Romina del Plá (PO) y Mónica Schlotthauer (IS).
El documento, cuya elaboración no fue sencilla por las diferencias existentes, comenzó con las consignas centrales acordadas: “La deuda es con nosotras y con nosotres, ni con el FMI ni con las Iglesias. Aprobación del proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal ya”. El texto, que entre otras fue leído por nuestra compañera Ingrid Urrutia, delegada general de ATE-INCAA, señaló: “Somos un movimiento antiimperialista, anticapitalista, antipatriarcal, anticlerical, antirracista… Decimos no al extractivismo minero y vegetal… Exigimos urgentemente la separación de las Iglesias del Estado. Reclamamos la investigación y el no pago de la deuda ilegítima y fraudulenta… Paramos porque sabemos que toda deuda pública y externa se traduce en deuda en cada casa y en ajuste para todes… Somos nosotres las y les que más sufrimos el saqueo capitalista a costa de nuestros cuerpos y territorios… Paramos porque la miseria de los salarios docentes expresa la precariedad a la que nos condenan… Somos las que tenemos a cargo las tareas de cuidado, que son la clave de la división sexual y jerarquizada del trabajo y suponen una doble y triple jornada laboral que sostiene al capitalismo todos los días… Nuestro proyecto está en las calles, es el que venimos construyendo desde hace años de la mano de la Campaña por Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y este año tiene que ser ley”. Aun sin nombrarlo, de conjunto el texto se opone a las políticas del gobierno nacional.
Cerró el acto Nora Cortiñas, reconocida madre de Plaza de Mayo (Línea Fundadora), quien entre aplausos propuso ni una menos, no pagar la deuda, que se vaya el FMI, que les paguen a les docentes de Chubut, que el aborto sea ley y recordó a las y los 30.000 detenidos-desaparecidos por la dictadura “cívico-militar-eclesiástica-empresarial”.
Un párrafo aparte merece el divisionismo de Las Rojas-Nuevo MAS: en todas las asambleas previas se negaron a construir una marcha y un documento conjuntos, marcharon por separado desde Corrientes y Callao… ¡pero luego pretendían subir al palco unitario en Congreso! Sectarismo y oportunismo flagrantes, que cada vez recogen mayor rechazo en el movimiento feminista.
Al fin de la concentración la policía porteña detuvo a cinco pibas, que al cierre de esta nota aún estaban detenidas en la Alcaidía 12, en el barrio porteño de Saavedra. ¡Libertad!
Tras el cierre del acto, nuestra columna salió de Plaza Congreso hacia el norte por Callao. A poco de andar, de nuevo la fuerza de “las vikingas” copó la escena y centenares de pibas se sumaron por largo rato a corear las canciones, bailar y agitar sus pañuelos verdes al son de la batucada de Juntas-MST. Cele Fierro cerró el agite invitando “a sumarse a nuestra organización para seguir la pelea por el aborto legal y también para enfrentar a este sistema capitalista y patriarcal”.
Aborto: la pulseada por la ley
Contra las versiones de que Alberto Fernández presentaría su proyecto de ley de aborto el 9, el mismo día de las marchas, el gobierno se atrasó y ahora se dice que lo haría hacia este viernes 13 o inclusive en la semana próxima. En realidad, lo que ocurre es que ante la marea verde expresada el 19F y el 8 y 9M está dudando de presentar su versión original, que limitaba el plazo a 12 semanas en vez de 14 e incluía la objeción de conciencia institucional. Esto último significa que la práctica del aborto no sería cubierta por las obras sociales, las prepagas ni las clínicas privadas al no ser incluida en el Programa Médico Obligatorio (PMO). O sea, una “legalización” trucha. A su vez, la Iglesia Católica y las iglesias evangélicas, unidas en su cruzada celeste antiderechos, como ven al gobierno dispuesto a ceder van a seguir presionando por limitar lo más posible nuestro derecho elemental y democrático a decidir sobre nuestros cuerpos.
Ante este panorama, y aunque la conducción de la Campaña por el Derecho al Aborto lamentablemente está dispuesta a aceptar cualquier proyecto del presidente, es imperioso que sigamos organizadas y movilizadas para defender el proyecto colectivo de la Campaña que en 2018 logró media sanción.Los sectores amigos del gobierno dicen que “es lo posible”. Pero es falso. ¿Acaso a las Madres, cuando hacían sus rondas en plena dictadura, no les decían que lograr justicia era “imposible”? ¿Acaso en épocas de Alfonsín no nos decían que lograr el divorcio era “imposible”? ¿Y no decían que era “imposible” anular el Punto Final y la Obediencia Debida? ¿Y echar a Menem, a De la Rúa o a Macri? ¿Y lograr las leyes de matrimonio igualitario e identidad de género, con la Iglesia en contra, no nos decían acaso que era “imposible”?
Si las mujeres, así como la clase trabajadora y la humanidad entera, caemos en el posibilismo escéptico que se conforma con las migajas que nos ofrecen desde el poder, estamos al horno. La historia del mundo y de nuestro país y nuestro pueblo demuestran que cuando hay voluntad política y movilización, lo que parece imposible se vuelve posible. Por eso nuestro grito de guerra es: ¡Aborto legal sin ningún recorte clerical! Y será ley.