UNLaM: Miel es TT, mirá lo más destacado
Este lunes 6, desde las 8hs arrancaban las clases virtuales de la UNLaM por la plataforma Miel, que desde hace días presentaba un colapso. Hoy estalló, y estallaron los memes. También hubo propuestas alternativas de qué hacer frente al colapso de conectividad y la crisis más general
Lo de Miel era un colapso anunciado, ya que desde el viernes pasado, fecha en la que se habilitó la plataforma hubo un colapso. Por eso hoy desde las 8hs, los estudiantes canalizaron su angustia, enojo e incertidumbre con casi 20 mil tuits hasta el momento.
La universidad nos deseó buen inicio y nos pide paciencia, el Centro de Estudiantes replica lo que diga el rector Martínez, y los docentes están en la misma situación que los estudiantes, sin respuestas suficientes a todos los problemas que supone la virtualidad.
Muchas veces la incertidumbre estalla contra los docentes, pero es importante recordar que están en una situación precaria, con sueldos de pobreza y que este año les suspendieron la paritaria. Además, las mujeres (al igual que las estudiantes) muchas son madres y esta cuarentena además de las tareas del cuidado tendrán que hacer malabares para garantizar la cursada.
Este plan se hizo sin involucrar a estudiantes y docentes, fue inconsulto, eso explica gran parte de su fracasó, a tan solo minutos de haberse puesto a prueba. Creemos que para la toma de decisiones hay que apelar a un Comité de Emergencia. No pueden ser los canales habituales del consejo superior, hay que democratizar.
Por último, pero más importante, el rol de los más de 40 mil estudiantes de la UNLaM es apretar F5 mientras la curva del Covid-19 crece y se expende cada vez más cerca nuestro, de los propios estudiantes y sus familias? Creemos que no. Que es una ficción aferrarse a la idea de cursada virtual en estas condiciones de inédita crisis sanitaria, social, politica, económica.
Muchos jóvenes de la UNLaM fueron afectados por despidos o están sin poder trabajar. Muchas, mujeres afectadas por tareas del cuidado. Es un intento por imponer una falsa normalidad lo que propone la UNLaM, y lo rechazamos. En éstas condiciones, dónde sumamos la desigualdad tecnológica es imponer a la educación pública un carácter meritocratico.
Los estudiantes podemos jugar un rol en voluntariados pagos en nuestro municipio, en la producción de insumos en nuestro polo tecnológico, en relevamientos en los barrios, en la preparación y reparto de alimento, etcétera. Si estamos en guerra, como dicen desde el gobierno, tenemos que estar en la trinchera, no tecleando F5.
Ana Paredes Landman