Educación y la virtualidad en Santa Cruz
En el marco de la pandemia internacional por el COVID-19, finalmente el presidente extendió el aislamiento social obligatorio hasta el 27 de abril. Sin embargo, todo hace suponer que en las escuelas este período se va extender mucho más.
En nuestra provincia, la Gobernadora Alicia Kirchner, adhirió a la cuarentena obligatoria pero poco hizo, junto a sus funcionarios, desde la presidencia del CPE y el Ministerio de Desarrollo Social, para garantizar las condiciones materiales mínimas para que todas las familias e individuos puedan quedarse en sus casas sin mayores necesidades, entendiendo que hay un buen número de trabajadores independientes o precarizados que viven al día, y que la gran mayoría de los trabajadores estatales vivimos con sueldos de hambre.
A los docentes, en particular, nos mantiene bajo la línea de pobreza. Más del 50% viven con menos de la carga total de horas y sus salarios no llegan ni a los $40 mil que cuesta la canasta básica. Ni siquiera se concretó el compromiso asumido por el gobierno en la última paritaria de sumar al básico el miserable aumento del 7%.
En este panorama, tanto el gobierno nacional como el provincial definieron continuar las clases de manera virtual para “mantener el vínculo pedagógico” con nuestros estudiantes. Pero la realidad es que hay una improvisación total en la reestructuración del proceso de enseñanza-aprendizaje. Pese a los grandes esfuerzos de los docentes, no se logra llegar de forma equitativa a todos los estudiantes y es por responsabilidad de los de arriba, que se han encargado de desfinanciar durante años nuestro sistema educativo. Que además nunca realizaron un relevamiento serio sobre las condiciones de vida de les estudiantes, si tienen servicios básicos, si sus tutores cuentan con un trabajo estable, y mucho menos si tienen acceso a la tecnología o a internet.
Siguiendo con esta línea, el año pasado ofrecieron una diplomatura en Tic´s y enseñanza virtual que llegó a unos pocos amigos de funcionarios, no se volvieron a repartir las netbooks, que en muchos casos aun siguen durmiendo en depósitos, y tampoco declararon la gratuidad del servicio de internet frente al panorama actual.
Es muy importante para nosotros señalar que no hubo consulta ni participación del conjunto de la docencia para debatir la mejor forma de abordar la educación virtual, entendiendo que somos quienes elaboramos las propuestas, administramos los pocos recursos que tenemos: nuestras pc, nuestro internet, nuestra electricidad (los que tenemos porque no es la realidad de toda la docencia tampoco) poniéndolos al servicio de educar en estos tiempos difíciles, y los que conocemos la realidad de cada uno de nuestros chicxs y sus familias.
Por el contrario, el CPE continúa decidiendo unilateralmente y bajando línea como si la complejidad de situaciones nuevas que trae aparejada esta nueva realidad no existiera. Hay una presión por enviar infinidad de trabajos y tareas, de cumplir el horario de la jornada laboral, que nada tiene que ver con “mantener el vínculo pedagógico” con nuestros estudiantes. Sin tomar en cuenta que la explicación, el intercambio, el contacto personal entre docentes y estudiantes es fundamental para el proceso de enseñanza-aprendizaje y no puede reemplazarse por PDF, Youtube, etc. Desentendiéndose totalmente de la situación en las que hay familias que se encuentran desbordadas, con varios hijos buscando cómo llevar lo mejor posible esta situación con actividades, manualidades y juegos para que afecte lo menos posible a los niños y adolescentes. Que las tareas escolares en muchos casos no pueden ser explicadas o acompañadas por familias que no cuentan con las herramientas para hacerlo o que están preocupados en cómo paliar la crisis. Ni hablar de las y los docentes, que también somos padres o madres, y a esta situación le sumamos la elaboración de actividades, los mails, los grupos de WhatsApp, la clase virtual, cumplir el horario frente a la pc y la corrección de cientos de trabajos digitales. Y como si fuera poco, viendo como los funcionarios evalúan (por supuesto sin ninguna consulta con la docencia) extender el ciclo lectivo para “recuperar este tiempo” Entonces nos preguntamos: ¿Todo este trabajo y esfuerzo de trabajadores y familias para qué?
Por supuesto, no estamos en desacuerdo con utilizar las nuevas herramientas tecnológicas. De hecho, creemos que favorecen el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y que, con un uso adecuado, pueden ser un soporte y auxiliar extraordinario para cada docente. Sin embargo, hay que poner en debate en qué condiciones deben usarse, ver también con qué intercambio y discusión se definen, qué presupuesto se destina, qué carencias surgen y qué plata se está pensando destinar para asegurar esta virtualidad educativa.
Esto nos debe llevar a reflexionar sobre la importancia de nuestro rol en el sistema educativo, que es irremplazable. ¿Cómo se hace para aplicar adaptaciones si las familias no tienen herramientas? ¿Cómo se hace para enseñar tornería o mecánica? ¿Cómo se hace para enseñar técnicas artísticas? ¿Como enseñamos lo más abstracto sin la presencialidad? El estar en el proceso de enseñanza y aprendizaje es imprescindible y ahora hay menos dudas que antes de ello. De esta premisa parte la gravedad de esta denuncia: de no consultarnos o convocarnos a trabajar sobre lo que hacemos diariamente y como volcarlo a la virtualidad; la gravedad de que el gobierno nos tenga sobreviviendo con salarios miserables, la gravedad de no administrar los recursos en función de hacer accesible y equitativa la educación para todxs.
Esta situación no sólo probablemente se prolongue, si no que en la medida que se sigan exceptuando de la cuarentena nuevas actividades se hará más compleja. Por eso consideramos urgente tomar medidas para poder llevar adelante nuestra tarea de la mejor forma posible y que la educación llegue a todxs les estudiantes:
- Reconocer como trabajo y proceso de enseñanza y aprendizaje las distintas propuestas elaboradas. Terminar con la verticalidad y trabajar con el conjunto de la docencia la manera de llevar adelante nuestra tarea.
- Garantizar la gratuidad de los servicios de internet y electricidad, realizar un relevamiento sobre dispositivos tecnológicos y acceso a internet de todos los hogares con personas en proceso educativo (incluyendo universitarios y terciarios), colocar puntos wifi en distintos sectores de la ciudad priorizando los barrios con mayor demanda, repartir las miles de netbooks que están guardadas en las escuelas y depósitos del CPE, habilitar puntos de fotocopiado o imprentas para que se pueda retirar el material de forma organizada.
- Garantizar las condiciones sociales mínimas de las familias con un inmediato aumento salarial urgente y subsidios para lxs trabajadores precarizados e informales que cubra, en ambos casos, el costo de vida de la provincia.
- Para obtener los recursos necesarios gravar con impuestos de emergencia a las grandes corporaciones mineras, petroleras, pesqueras, cadenas de supermercados, al juego y todas aquellas que se han enriquecido a costa del saqueo de nuestras riquezas y exigir al gobierno nacional la suspensión de todos los pagos de la deuda externa para hacer frente a la emergencia sanitaria y social.
Alternativa Docente Santa Cruz