Cuarentena y anuncios del gobierno: lo que ellos callan
Finalmente el gobierno de Fernández anunció anoche la continuidad de la cuarentena hasta el 10 de mayo, aunque con nuevas flexibilizaciones económicas, varias de ellas parciales, de acuerdo a las distintas zonas y cantidad de habitantes o bajo decisión de gobernadores. Hubo una notoria ausencia sobre temas esenciales que sufre la población. Y por ende, una falta total de respuestas y medidas sociales. Te contamos que es lo que callan y nuestras propuestas socialistas.
Sergio García
El presidente le pidió anoche al país un nuevo esfuerzo, manteniendo en gran parte el aislamiento social. Pero sucede que el aislamiento no es ese el único esfuerzo que la población realiza en medio de la preocupación por el aumento incesante y cada vez más alto de contagios. Hay muchos otros males a cuestas que avanzan incluso a un ritmo superior a la pandemia. La situación económica y social de las familias trabajadoras fue muy complicada durante marzo y abril y se avizora aún peor para el mes de mayo que arranca en pocos días.
Fernández mantiene un discurso de modo tranquilo y pedagógico, intenta trasmitir calma, hablándole a un país…irreal. Porque del otro lado de la pantalla están esas millones de familias trabajadoras que lógicamente quieren cuidar su salud, pero que ya no pueden llegar a fin de mes. Y no escucharon anoche ninguna medida concreta que ayude a su vida cotidiana. Mientras además, los casos de coronavirus, van aumentando en una proporción un poco mayor, los últimos días.
Contrastando con el pedido a la población, a los grandes empresarios y corporaciones el gobierno no les ha pedido ningún esfuerzo ni exigido nada. Por el contrario, días previos al anuncio de anoche, les dio una nueva y millonaria concesión con la plata del Estado, es decir con la plata de la misma población. Importantes empresas, que han ganado millones los años anteriores, recibirán plata estatal, incluida reservas de ANSES, para pagar el salario de sus trabajadores, salario que en muchos casos, además recortaron. Por decisión del gobierno avanzamos al mundo del revés; los que menos tienen, con sus impuestos y aportes jubilatorios que recauda el Estado, les pagaran a las empresas millonarias para que paguen salarios. Increible.
Los olvidados
El discurso presidencial no hizo referencia tampoco al mayor problema sanitario que se vive; tristemente Argentina es vanguardia en cantidad de casos de contagios de sus trabajadores de salud, que vienen haciendo un enorme esfuerzo en cada establecimiento. Cada día de la última semana fue noticia algún hospital, clínica, o geriátrico, por un salto en contagios, visibilizando la falta de seguridad sanitaria, la desidia oficial o de empresarios privados, la falta de insumos y elementos de protección. Y como venimos insistiendo, la falta de test masivos, en primer lugar entre el personal de salud. De nada de esto habló el presidente. Hizo silencio absoluto, en una mezcla de falta de autocrítica y de medidas para solucionarlo. Los trabajadores por supuesto seguirán haciendo un gran esfuerzo. Y lamentablemente sus niveles de contagio también avanzarán a la par.
Paralelo a este drama social tampoco se avanza como se debe en realizar testeos masivos sobre franjas de la población, algo en lo cual el gobierno se equivocó desde el principio. Ahora comenzaron los test en estaciones para saber si la gente tiene anticuerpos o no, con mucha participación genuina de la gente que muestra que quiere hacerse los test. Esta actividad es algo útil pero no cubre la necesidad de test masivos que hacen falta. Como tampoco surge del discurso de anoche que habrá aumento de partidas presupuestarias en salud, para tomar en forma urgente la cantidad de personal necesaria en cada establecimiento para afrontar el salto en la pandemia que el propio gobierno admite que se avecina.
Más gastos, menos salarios
Así podría resumirse la realidad cotidiana de las mayorías populares. Y como decíamos al inicio de este artículo, Fernández no hizo mención alguna a ese drama social en ascenso. La crisis económica y social avanza al ritmo de la pandemia. Y el presidente no hizo ni una referencia al tema. En los hechos ocultó lo inocultable; que miles trabajadores desde el inicio de la cuarentena vienen sufriendo despidos, suspensiones y rebajas salariales.
De la primer ola de despidos de fines de marzo – inicios de abril, se pasó al modo suspensiones y recortes salariales, estos últimos, según organismos ya hace diez días superaban los 350.000 y llegando a mayo y con nuevas ramas productivas firmando nuevas rebajas en acuerdo con los sindicatos, rápidamente pasaran a contarse en millones los trabajadores que no perciben su salario completo.
Para que este flagelo avance actúa un trípode siniestro; la connivencia entre patronales, burocracia sindical y gobierno. Sin la más mínima consulta a los trabajadores, lo peor de la burocracia sindical del país firma rebajas salariales con patronales millonarias, ya sucede en la UOM, Smata, textiles, petroleros, entre otros rubros. Y el gobierno alienta esos acuerdos mientras, como decíamos, además subsidia a las empresas.
Sin comida ni subsidios
A la vez entre los millones de trabajadores informales y desocupados, la vida se va haciendo más cuesta arriba, no se escuchó en el discurso una sola medida que ayude a mejorar esta situación. Recordemos que a más de cuatro millones de personas se les rechazó el cobro del IFE de $10.000. Y recordemos que quienes sí lo recibirán a la vez tendrán solo ese monto muy insuficiente que no les durará más que pocos días.
Por otra parte, y como vienen denunciando decenas de organizaciones sociales entre ellas el MST “Teresa Vive”, en forma insólita en medio de la pandemia, cientos de comedores populares y merenderos no reciben los alimentos del Estado hace ya más de dos o tres meses en algunos casos. En una muestra cabal de irracionalidad capitalista, se pueden ver dos flagelos a la vez; la no entrega de alimentos por parte del gobierno y los negociados y sobreprecios en la compra de alimentos por parte del mismo gobierno. Dos caras indignantes del modelo vigente.
¿Hacia dónde vamos?
Frente a esta situación que el gobierno pretendió ignorar en sus anuncios, se van evidenciando a diario cada vez mayores muestras de descontento social. Aunque no haga referencia al mismo el poder central lo sabe muy bien, por eso vivimos un salto en la presencia policial y militar en las calles y un ciberpatrullaje declarado en las redes sociales. El temor a un salto en las acciones de descontento está en la agenda oculta oficial.
Al malestar general que genera no poder llegar a fin de mes, ni comprar las cosas necesarias que cada vez son más caras por el aumento incesante de los precios de consumo popular que ningún organismo oficial controla seriamente, se han comenzado a sumar las acciones de protesta directa. Las mismas ya habían comenzado semanas atrás mediantes denuncias organizadas a través de redes sociales como hicieron los trabajadores de cadenas de comida rápidas rechazando los recortes de salarios.
En los últimos días ya comenzaron a realizarse también acciones de calle. Y las mismas irán creciendo. Han salido a la calle los trabajadores despedidos del frigorífico Penta, hubo cortes de calles y abrazos en hospitales, una marcha de docentes en Neuquén, acciones en las puertas de empresas contra recortes de salarios y amenazas de despidos, desocupados organizando comedores en la calle para visibilizar la falta de asistencia del Estado.
Todo esto se irá multiplicando las próximas semanas. Avanzaran mucho más este tipo de acciones y otras por la combinación de dos cuestiones; más problemas sociales y menos soluciones gubernamentales. Por eso una primera tarea que tenemos es apoyar e impulsar con fuerza cada uno de estos reclamos y luchas en curso. Rechazando todo tipo de represión e intento de invisibilizar la protesta, tenemos todo el derecho a sacar a la luz nuestras demandas, de la forma que sea posible y como cada sector lo decida democráticamente. El presidente decía anoche que en su plan hay cinco fases y que la última sería “una nueva normalidad”. Mucho antes de llegar a ese punto, tendrá que convivir con la “normalidad” de lucha de los trabajadores, que ya están haciendo escuchar sus reclamos de diversas maneras.
Nuestras propuestas socialistas
La nueva etapa que se abre este lunes, que combina la continuidad de cuarentena sobre todo en grandes ciudades, con una apertura económica pedida por las grandes patronales a la cual el gobierno va cediendo poco a poco, hará más necesario todavía seguir impulsando desde la izquierda socialista y anticapitalista todo un programa de medidas y propuestas alternativas frente a esta crisis económica, social y sanitaria.
En este sentido, y como decimos en una nueva declaración pública del FIT Unidad hacia el 1º de Mayo, proponemos: “Que la crisis la paguen los capitalistas, los bancos, multinacionales y grandes empresarios, no el pueblo trabajador. Plata para los hospitales y los profesionales y trabajadores de la salud. Testeos masivos para poder determinar la real propagación de la pandemia. Por una cuarentena sin despidos, suspensiones y rebajas salariales. Por un inmediato Fondo de Emergencia para destinar las partidas necesarias a combatir la mayor crisis del coronavirus en base a un impuesto especial y progresivo a todas las grandes riquezas, bancos, patrimonios y dueños de la tierra y el no pago de toda la deuda externa. Abajo los despidos, las suspensiones y las rebajas salariales. Pago de los jornales íntegros por las patronales. Reparto de las horas de trabajo sin reducir salarios. Apertura de sus libros contables. Licencias pagas al 100% de todo sector productivo no esencial para enfrentar la pandemia. Obligatoriedad de empresas a reconvertirse para producir insumos necesarios frente a la pandemia. Comisiones de las y los trabajadores de control de las normas de la salubridad. Subsidio otorgado por simple inscripción a todo trabajador desocupado o precarizado, igual a la duplicación de los salarios mínimos vigentes. Aumento inmediato de salarios, jubilaciones y planes sociales”.
Junto a estas medidas, desde el MST y el FIT Unidad, en el mismo texto también planteamos: “Unificación y centralización del sistema de salud a nivel nacional, que reúna la totalidad de los recursos del sistema público, privado, de obras sociales y de la Universidad, bajo control de los trabajadores y profesionales. Implementación de comités de emergencia (o crisis) central y locales, con participación de lxs trabajadorxs…Nacionalización sin pago de indemnización y bajo control obrero de los sistemas bancarios y los mercados de cambios para impedir la fuga de capitales y centralizar los ahorros nacionales, para impulsar planes de desarrollo al servicio del pueblo trabajador. Nacionalización sin indemnización y bajo control obrero de los hidrocarburos, la minería y de todos los recursos estratégicos, así como de las empresas de luz y gas. Nuestras vidas valen más que sus ganancias”.
La crisis sistémica que vivimos y que ningún discurso presidencial puede ocultar aunque lo intente, necesita medidas de fondos. Como estas que aquí reproducimos y muchas más, en el camino de encontrar soluciones verdaderas que los socialistas tenemos y que llevaríamos adelante si los trabajadores gobernáramos el país. Mientras apoyamos las luchas en curso tenemos que seguir impulsando estas propuestas y fortaleciendo una alternativa política que se juegue por estos objetivos. Para esto te invitamos a participar en los eventos que organizaremos hacia el próximo 1º de Mayo.