Fue feminicidio: justicia para Maria Julieta Riera
Fue feminicidio: justicia para Maria Julieta Riera
El sábado 2M a la mañana, pese a la cuarentena, numerosas personas nos hicimos presentes ante los Tribunales de Paraná, acompañando a la familia y amigues de Maria Julieta, asesinada por Jorge Christe en la madrugada del jueves pasado. Los tapabocas y el aislamiento no logran frenar nuestros reclamos y se conquistó un paso importante: dictaron prisión preventiva por 60 días tras imputar al femicida bajo el delito de “homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y violencia de género”.
Del asesinato de Julieta nos enteramos el viernes a primera hora. Los medios de comunicación informaron del hallazgo de su cuerpo en un edificio céntrico de Paraná. Se comunicaba que había «caído» de un octavo piso, que era el novio quien había dado aviso a la policía y se encontraba demorado. Inmediatamente las organizaciones de mujeres y feministas, entre ellas Juntas-MST, respondimos con un pedido de verdad y justicia en las redes sociales. Con las horas, la autopsia confirmó lo que ya se preanunciaba: fue femicidio.
Entonces el pedido de Justicia inundó las redes y la familia convocó hoy a movilizar frente a la audiencia de imputación.
Este es el tercer feminicidio en el año en nuestra provincia y el segundo en lo que va de la cuarentena. El pedido de justicia por Fátima y Romina también se hizo escuchar y nos obliga a seguir en las calles, reclamando respuestas reales por parte de un Estado responsable que no acciona. Con 99 feminicidios en lo que va del año, es urgente declarar la emergencia y asignar un presupuesto suficiente para aplicar realmente la Ley 26.485. Lo mismo para el gobierno provincial. Medidas como la creación de refugios, equipos interdisciplinarios y espacios de contención se vuelven esenciales en un contexto de cuarentena. No basta con la línea 144 porque muchas son las mujeres que no llegan a denunciar. Para enfrentar la violencia machista hacen falta medidas de emergencia y estructurales. Campañas de prevención y una ESI efectiva se vuelven indispensables, así como la capacitación en género de todos los efectores del Estado, con control y seguimiento de las organizaciones de mujeres y de víctimas. Sin una participación real y continua de quienes venimos luchando contra la violencia patriarcal, no hay ni va a haber Ni Una Menos.
Nadia Burgos