Crítica a la nueva obra de Grimson: “El futuro después del COVID-19”
Con ese título, Alejandro Grimson realizó una compilación digital de textos sobre la post pandemia. Los porqué de nuestro cuestionamiento a una selección que promete pensamiento crítico, pero está al servicio del oficialismo.
Escribe: Pablo Vasco
Doctor en antropología, investigador principal del CONICET y profesor titular en la UNSAM, Grimson tiene una reconocida presencia académica. A la vez, es funcionario del actual gobierno nacional.
Por resolución del jefe de gabinete Santiago Cafiero, desde fin de enero Grimson dirige la Unidad Ejecutiva Especial Argentina Futura y es asesor presidencial, por dos años, con rango y sueldo de subsecretario. Es decir, es un alto funcionario político.
Desde el oficialismo
La presentación oficial de Grimson en la web Argentina.gob.ar informa que “estudia culturas políticas, identidades, desigualdades y movimientos sociales”. A su vez, la Unidad Argentina Futura dice ser “un espacio de pensamiento para estimular un debate colectivo, federal e inclusivo, que integre a la ciudadanía en la construcción de un horizonte democrático y plural”. Suena bien, luego veremos qué tanto.
Dicha área incluye cuatro programas sobre una amplia gama temática(1). Pero si los clickeamos, por ahora no aparece nada. Será a futuro.
Es entonces como titular de dicha repartición que Grimson presenta la compilación de 26 textos de 28 autorxs, que es de acceso gratuito. Y si bien la existencia material de toda persona no determina su conciencia, sí la condiciona y mucho. De debate colectivo, inclusivo, democrático y plural su obra tiene poco y nada: está diseñada desde el oficialismo peronista gobernante y excluye a la verdadera izquierda, que además Grimson conoce bien y es la de mayor peso en nuestro país.
El pluralismo, te lo debo
Grimson explica así su obra: “Invitamos a varias decenas de intelectuales de distintas disciplinas y tradiciones políticas… para aportar ideas múltiples acerca de los sentidos del presente, las construcciones colectivas del futuro… ahí damos cuenta de cómo creemos en la pluralidad…”(2).
Nada que ver. A pesar de lo que se pregona no hay allí ni distintas tradiciones políticas ni ideas múltiples: a lo largo de sus más de 200 páginas su “pluralidad” sólo va del peronismo a la centroizquierda y a lo sumo la izquierda reformista. A esta última la representa Atilio Borón, dirigente del PC, aliado del kirchnerismo primero y ahora también del PJ. Por eso la más “roja” propuesta que hace Borón es un impuesto a la riqueza, lo mismo que Beatriz Sarlo, dicho esto con todo respeto por ella, que no se considera de izquierda.
Excluir a la izquierda revolucionaria, y en concreto a la vertiente trotskista que es la principal, es burdo. Además de ser una corriente de pensamiento histórica e internacional, en nuestro país tenemos de conjunto una incidencia innegable en fábricas, en escuelas y universidades, en barrios, en el movimiento feminista, en lxs desocupadxs, en los derechos humanos y también en el ámbito político-electoral. Por desgracia, con su omisión conciente, Grimson repite aquella pedante falacia kirchnerista de que “a la izquierda nuestra está la pared”.
¿Humanizar el capitalismo?
El combo digital articulado por Grimson y publicado por el gobierno muestra sí una diversidad de encuadres, temas prioritarios y estilos. Inclusive compartimos críticas puntuales que distintos textos enfatizan: al extractivismo contaminante (Maristella Svampa y Enrique Viale), a la opresión patriarcal (varias feministas) o en parte al peligro represivo (Roberto Follari). No obstante, no hay un verdadero debate de fondo porque una misma directriz marca toda la obra: cuestionar al neoliberalismo, pero nunca plantear una ruptura con el sistema capitalista para avanzar al socialismo.
Varios textos banalizan el contraste entre Byung Chul-Han, que prevé un capitalismo más tecnológico y autoritario, y Slavoj Zizek, que augura un cierto comunismo. También se reiteran las loas a Álvaro García Linera, ideólogo de todo este espacio y promotor de un ilusorio “capitalismo antineoliberal”, así como a los gobiernos latinoamericanos de la década pasada y por supuesto a la actual gestión de Alberto Fernández, en algunos casos casi a nivel reverencial.
En definitiva, se limitan a un reformismo muy parcial y tardío del mismo sistema socio-económico que ya ha demostrado largamente su naturaleza salvaje, explotadora, opresora y destructiva del pueblo trabajador y de nuestro planeta. No hay reciclado posible que mejore al capitalismo.
Mirando… ¡al pasado!
Otra previsible constante de El futuro… es el aliento al rol estatal, desde el Estado presente de Grimson o la nueva estatalidad de Paula Canelo al Estado social de Ricardo Forster o el polémico Estado maternal de Rita Segato. Sin embargo, ni siquiera en este punto son consecuentes ya que ningunx propone anular todas las privatizaciones ni reestatizar los servicios públicos, los bienes comunes y las industrias estratégicas, como tampoco nacionalizar o estatizar la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de capitales y recuperar algo de soberanía.
En igual sintonía, Grimson no cuestiona al libremercado capitalista como tal, sino “la total libertad de mercado” (destacado nuestro). En otras palabras: con un poco de regulación estatal, ¡que siga el capitalismo! En el siglo XXI, más que prefigurando “el futuro” como prometen, están más atrás que el general Perón de los ’50, hace 70 años.
Este atraso en materia económica va de la mano con propuestas políticas funcionales a la continuidad de la dominación capitalista. Por eso todxs, incluido Grimson desde el prólogo, postulan un nuevo consenso o un nuevo contrato social, en los mismos términos que CFK, que en realidad no es más que una versión aggiornada de la vieja conciliación de clases, siempre favorable a la burguesía explotadora.
Grimson, que de joven militó algún tiempo en el trotskismo, ha abandonado toda concepción marxista y clasista para pasar a “valorizar fuertemente la noción de comunidad”, en donde incluye a “trabajadores de la salud, de las fuerzas de seguridad, recolectores de residuos, productores de alimentos”3. De hecho su comunidad abarca a la burguesía, ya que él mismo pertenece a un gobierno de ese carácter. Y por eso en el prólogo al libro en cuestión, su estrategia reformista se limita a decir “creemos que otro futuro es posible y trabajamos por un mundo donde quepan muchos mundos”…
Una remera que diga socialismo
Quizás la única ventana hacia otra alternativa en todo el libro sea la que de alguna manera abre la escritora feminista Gabriela Cabezón Cámara, cuyo texto se titula El capitalismo está desnudo. Ella lo cierra de modo más directo: “El tirano está en bolas. Es un monstruo que se devora todo para seguir siendo. Que no sea”.
Proponemos tirar de ese hilo rojo. La respuesta de los gobiernos ante la pandemia, aun con sus matices, confirma lo que millones aquí y en todo el mundo ya venían pensando: que trabajan para el enemigo, para el imperialismo y los capitalistas. Así, el capitalismo no garantiza ni las aspiraciones mínimas que las autoras y autores de El futuro le atribuyen a su versión “humanizada”: pleno empleo, democracia participativa, igualdad de género, producción ambientalmente sustentable.
La única superación efectiva de la barbarie a la que nos lleva ese monstruo que se devora todo se llama socialismo: la propiedad colectiva de los medios de producción y cambio, y el poder en manos de la clase trabajadora, en el marco de una economía democráticamente planificada en torno a las necesidades del conjunto social. Es por ende un modelo ajeno al totalitarismo estalinista que se conoció como socialismo real y también al falso socialismo de la socialdemocracia, defensora del capital.
Esta perspectiva radical y revolucionaria requiere romper, enfrentar y derrotar al sistema capitalista imperialista aquí y en todo el mundo, para construir una sociedad nueva y distinta, libre de explotación y de toda forma de opresión. Para ese futuro sí que vale la pena trabajar.
1. Diálogos del Futuro, Mundo Abierto, Asamblea Futura y Red Futura Federal.
2. Más sopa de Wuhan en boca de dieguitos y Mafaldas; Norman Petrich y Agustín Pisani; agenciapacourondo.com.ar; 10/05/2020.
3. Ídem.