Córdoba: Con el orgullo en alto contra los violentos y el patriarcado

A 51 años de la rebelión de Stonewall, movimientos nacionalistas de derecha intentaron bajar la bandera del orgullo, izada en el Parque Sarmiento de la ciudad de Córdoba. Gracias a algunas organizaciones del colectivo LGBTTIQ+ no lograron hacerlo, pero otras decidieron acordar con los violentos ¿Alcanzan los simbolismos aislados para resolver nuestros problemas? Aportamos algunos debates desde la izquierda.
La presencia de las organizaciones de la disidencia en Córdoba es cada vez mayor. Tan es así que, un día antes del aniversario de Stonewal, la Municipalidad buscó mostrarse afín a los reclamos del sector izando la bandera del orgullo en parque más grande de la ciudad. Esto despertó el odio de grupos nacionalistas de derecha, como Bandera Vecinal, y antiderechos que se presentaron en el lugar e intentaron bajarla. Sin embargo, gracias a la presencia de organizaciones y activistas, se evitó que pudieran hacerlo, derrotando una vez más estas posiciones donde hay que hacerlo: en la calle. Seguimos con el orgullo en alto contra los fachos y el patriarcado.

 

Nada más que simbolismos

El gobierno de Martin Llaryora intenta lavarse la cara izando la bandera de la diversidad y mostrándose cercano a algunas organizaciones de la disidencia. Sin embargo su partido, el PJ, viene de rechazar la aprobación del cupo laboral trans, votándolo en contra junto con la UCR, a finales del año pasado. Como si fuera poco, lejos de utilizar sus primeros meses de gobierno para ampliar derechos, ha demostrado ser el más apurado en atacar a los trabajadores y sus conquistas históricas. En seis meses de gobierno nada se dijo de la inclusión sanitaria y educativa trans, ni de la aplicación de la ESI con perspectiva de género.
La ocupación principal del PJ municipal en estos meses ha sido atacar los derechos de los trabajadores, recortar salarios, criminalizar la protesta y ahora intentar avanzar contra las y los docentes municipales. Al tiempo que se niegan a aplicar el cupo laboral trans, Llaryora promueve la precarización de les compañeres contratando personas travestis y trans para que realicen los trabajos a cambio de míseros $10.000. Demuestran una vez más que para el ejecutivo municipal, les compañeres de la disidencia somos ciudadanes de segunda.

Las políticas de ajuste y exclusión pegan con fuerza aumentada sobre les compañeres de la diversidad, si queremos avanzar en reconocer los derechos de la población LGBTTIQ+ no alcanza con los simbolismos. Hace falta la inmediata aprobación del cupo laboral trans y travesti para garantizar trabajo digno para les compañeres.
Seguiremos exigiendo la efectiva aplicación de la Ley de Educación Sexual en todas las escuelas municipales, por la inclusión social y sanitaria, por una nueva ley antidiscriminatoria. Peleamos para que en todos los centros de salud municipales se repartan de manera gratuita preservativos, incluyendo los que son para vulva o campos de latex.

Al final, pusieron la bandera para la foto.

Después de anunciar por redes que la bandera quedaría de manera permanente, la Municipalidad cedió a las presiones de los anti-derechos y, aún contradiciendo lo que habían anunciado, a las 00:00 de hoy arriaron la bandera. Ciertas organizaciones de la diversidad afines al PJ cordobés, entre ellas Putos Peronistas y Córdoba Diversa, arrogandose una representatividad colectiva que no poseen, «negociaron» con los fachos y llegaron al «acuerdo» de bajar la bandera de la diversidad y colocarla nuevamente en un Centro cultural, a construirse en el futuro, nadie sabe cuándo.

Organizar la bronca

Lo sucedido en Córdoba confirma que ante cada avance que demos, el patriarcado y el capitalismo están dispuestos contragolpear. Desde el intento de cooptación de sectores para usarlos como mano de obra barata, hasta el ataque físico de bandas como las que vimos en el Parque Sarmiento. Lo sucedido demuestra que con los violentos y retrógrados disfrazados de nacionalistas no tenemos nada que negociar yqy la comunidad necesita derechos reales y políticas públicas, no solo promesas y simbolismos.

Para defender lo conquistado y lograr los derechos que nos faltan, hoy es más necesario que nunca organizar nuestra bronca, para seguir la lucha por vivir en una sociedad donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.